Jesús increpa a los saduceos, que aunque tenían gran influencia en el Templo, no creían en la Resurrección de la carne, como sucede a muchos hombres hoy en día.
Le hacen una pregunta maliciosa y capciosa para tentarle. El divino Maestro eleva el nivel respondiendo que el Cielo será otra realidad muy superior y seremos como ángeles. El matrimonio es un medio para ir al Cielo perpetuando la especie en la Tierra, pero el fin último del hombre es dar gloria a Dios, alabarle perpetuamente. Para salvarse no basta con conocer estas verdades, sino hay que vivirlas, orando con constancia e intensamente para evitar el pecado e ir creciendo en la virtud y así dar frutos de santidad.