Aprobado el odio: aboliendo a Dios, la familia y el género

Desde las catacumbas, Michael Matt nos habla del último frente en la guerra contra Dios: la guerra de género.

Hace cincuenta años, los católicos tradicionales hablaban en contra de las mujeres que vestían como hombres. ¿Deliraban, estaban locos de atar?

Hoy en día, semejante discurso sería tildado de peligrosamente fundamentalista, por supuesto; pero, dado el hecho de que ahora viendo que tenemos un intento masivo de desdibujar la línea entre mujeres y hombres, niños y niñas, quizá los tradicionalistas estaban en  lo cierto.

Este breve Discurso desde las catacumbas, nuevamente, prende la chispa de la discusión. Después de todo, los católicos tradicionalistas estaban en lo cierto sobre la guerra contra la liturgia; tenían razón acerca de las horribles consecuencias sociales y morales de los anticonceptivos; y quizá, ¡sólo quizá!, tenían razón al preocuparse por las mujeres que visten como hombres. ¿Qué piensan ustedes?

Por favor compartan este vídeo.

A continuación, les transcribimos la traducción al castellano del audio del vídeo original en inglés.

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Aprobado el odio: aboliendo a Dios, la familia y el género

 

«M.: Hola nuevamente, señoras y señores. Aquí Michael Mando, desde las catacumbas. ¿Saben?, ni siquiera tenía intención de grabar un programa esta noche, pero encontré una historia que, uf, creo que es tan desconcertante que pensé en bajar a las catacumbas. ¿Verdad Rob?

R.: Sí.

M.: Eres tan bueno al acomodarme aquí que, no sé. Estoy más que furioso aunque ya no hace ningún bien enfadarse. De lo que estoy hablando, es de este nuevo “transgénero”, esto que, ¿cómo de llama? Tontería. Saben, es una especie de legalismo, de totalitarismo de transgénero, que está alrededor de nosotros. Pueden verlo por todas partes, de cualquier modo, y lo recordé mientras leía esta historia que ahora, nos llega desde Carisma News de Michael Brown. Trata sobre el hecho de que, en la ciudad de Nueva York o en el estado de Washington, el término y las leyes transgénero se han salido completamente de madre. Ahora, en Nueva York, te pueden multar con 250.000 dolares si violas estas nuevas leyes transgénero. Y podría contarte aún más cosas en la línea de esta historia, así que… Pongamos que, en la ciudad de Nueva York, estás en el gimnasio haciendo deporte; entras en las duchas y algo parecido a una mujer entra también, Rob, y quiere ducharse allí mismo, en el cubículo de al lado. Si lo cuestionas, si te quejas de ello, puedes ser acusados de violación de la ley y ser multado con 250.000 dólares. En el estado de Washington tienen las mismas leyes. ¿Eras consciente de ello?

R.: (…)[1]

M.: Sí, puede parecer agradable… y puede parecer raro y espantoso, muy espantoso si te sucede a ti en la escuela, un restaurante o donde sea y una niña de 10 años va al servicio, al designado para las damas y un barbudo de 110 kilos entra tras ella: lo mismo. No puedes cuestionarle, no puedes pedirle al gerente que haga algo al respecto. Ni siquiera puedes presentar justificantes demostrando que ese individuo ha sido diagnosticado de transgenerismo, lo que sea que eso signifique.

»Entonces, Rob, lo que pasó es que empecé a pensar que algo más está sucediendo aquí; realmente, no se trata de los derechos de los transgénero. De lo que se trata, es de una guerra contra el género. Y creo que el problema es que hay demasiadas personas tomándose esta discusión en serio, tomándolo como si fuera un derecho, un tema de derecho civil y no lo es, señoras y señores. Pienso que, rápidamente, la mayoría de nosotros hemos de reconocer que esto es lo que es: una guerra contra el género, es decir, una guerra contra todo tal y como Dios lo creó.

»A nivel de calle, estamos tratando con una guerra entre Cristo y el Anticristo, entre el reino de Cristo y el reino de satanás[2], y sé cómo suena esto, Rob. Tú sabes como suena. Parecen tonterías de viejecitas de iglesia. Suena un poco loco, un poco paranoico, un poco tonto y no es eso; pero no puedo encontrar ninguna otra razón de porqué estarán haciendo esto. No pueden tener baños asignados a mujeres y hombres porque eso, de alguna manera, viola los derechos de alguien en alguna parte.

»¡Es una locura! Es la receta de la locura completa. Se lo están haciendo a los militares, realmente ya se lo han hecho: están desmoralizando a los militares con el mismo proceso: mujeres y hombres mezclados.

»Un tema que aún no han tratado es el sistema penitenciario. Tengo curiosidad por ver si esta porquería liberal funciona si deciden poner a hombres y mujeres juntos en la prisión estatal. Me pregunto cuan bien funcionaría. Pienso que, de hecho, todos sabemos que no funcionaría, lo que nos da alguna indicación de que esto es una patraña, según todos. Por lo tanto, hay alguna ideología dirigiendo la agenda, que tiene que ver con la guerra contra el género; y esto me hizo retroceder un poco en el tiempo. Sabemos que tengo edad suficiente y puedo reflexionar sobre el pasado, y recuerdo el antiguo tradicionalismo. Me acuerdo de mi padre, por ejemplo. Bien, tengo siete hermanas; mi padre tuvo siete hijas. Y me acuerdo que, por aquellos entonces, en mi hogar católico, estaba prohibido que mis hermanas llevaran pantalones.

»Puede que recuerdes algo similar, Rob.

R.: Sí.

M.: En aquel entonces, allá en los primeros días del movimiento tradicionalista, esto no era un tema de controversia: todos estaban en contra de que las mujeres llevaran pantalones. Entonces, ¿por qué era? El error era que muchas personas pensaban que tenía que ver con la modestia. Pero, primeramente, no tenía nada que ver con la modestia y sino con que los pantalones pueden hacer bolsas en una mujer; realmente, un par de pantalones no es una cuestión de modestia. Así es que, los primeros tradicionalistas, con lo que estaban realmente molestos y preocupados -y por lo que luchaban en contra-, era lo mismo por lo cual luchamos ahora, por casos como el de Bruce Jenner. Transgenerismo y todas estas cosas. Los primeros tradicionalistas entendieron que había una guerra contra todo lo que Dios había creado, bien sea un niño o un niño en el vientre, es decir, lo natural: la vida y la muerte. Así es que estamos hablando sobre el aborto, sobre la eutanasia, el patrón que Dios ha dispuesto para la vida, bien sea que hablemos de los roles de mujeres y hombres, de la familia, de la madre como el corazón y el padre como cabeza del hogar.

»Ser un tradicionalista, significa todas estas cosas. Desgraciadamente, se reduce a hasta…[3] La idea equivocada es pensar que se reduce a las misas en latín y que eso es todo lo que es. Bueno, les puedo decir que, desde mi experiencia personal, en los viejos tiempos no se hablaba de las misas en latín: se hablaba en un asalto en toda regla, frontal, completo, en contra del orden natural, como Dios lo creó, en todos los niveles. Así es que, un tradicionalista, se oponía a la idea del travestismo; a esto se oponían, contra esto luchaban: las mujeres vistiendo como hombres, porque ellos lo entendieron desde la historia: lo vimos en Augusta, en Tomás, en Assuma: vemos que toda esta idea del transgenerismo está reconociéndose o manifestándose a través del travestismo.

»La idea, la rampante guerra es acerca de qué es el sexo, de que es una sexualidad apropiada; y creo que quizá necesitamos dar un grito a los viejos pioneros del movimiento tradicionalistas, tan reivindicados en muchos temas. Ahora, por favor, no me malinterpreten. No estoy diciendo que si su esposa se pone pantalones hoy día, en 2016, para hacer jardinería o montar a caballo, eso sea un pecado mortal. Vamos, vayamos más allá de eso. Hablemos acerca de la filosofía que estaba en peligro, lo que estaba motivando a los tradicionalistas. Vieron la guerra contra la Iglesia, una guerra contra la misa, contra la familia, contra la familia, contra los no-nacidos, y la lucharon.

»Así que ahora, nosotros, con nuestra visión 20/20 podemos mirar hacia atrás. Tenemos a esa pequeña niña que entra en el baño y el hombre que quiere entrar tras ella porque cree que es una mujer y supone que debemos olvidarnos de los derechos de la pequeña. Digo que, esto, es el caos, el eso lo que ellos [los antiguos tradicionalistas] querían decir: cuando expulsas a Cristo, cuando rompes con el orden natural del mundo y de la Iglesia como Dios lo ordenó, termina en un caos como el que tenemos. Y pienso que es muy importante que nos demos cuenta de qué significa ser un católico de mente tradicional. De lo que estamos hablando es de todas estas cosas, no sólo de la misa en latín. Eso es sólo un elemento, otro aspecto de ello.

»Nuestra forma de culto también está siendo atacada. Es muy importante darnos cuenta de que la familia, los no-nacidos, los niños, la inocencia, todo esto, está siendo atacado desde hace mucho tiempo y si piensas que, de alguna manera, se puede evitar… Tengo una historia de aquí, de un colegio local llamado  Nova Clasica Academy. Ahora no es un colegio tradicional católico, pero hizo algo que muchos católicos tradicionales hacen: encerrarse en un colegio pequeño para evitar la tontería y la locura del sistema escolar público.

»Bien, estuvo bajo el punto de mira, porque había un grupo de padres diciendo que sus hijos son transgénero. Y, por tanto, requiriendo a la Nova Academy que ponga clases especiales, lecturas de poesías especiales y que su niños vista como el género opuesto, con la vestimenta apropiada. Los padres estaban indignados y, como pueden ver, se están acercando más y más a nosotros, pero no creen que puedan evitarlo. Porque no quieren que nadie –y cuando digo “ellos” estoy hablando de los poderes que hay detrás de los medios de comunicación y del gobierno-, no quieren que nadie les identifique con estas posturas clásicas, como Dios ordenó estas cosas, ya sea acerca de la familia o el género. Y, por tanto, vamos a ver más sobre este tema, incluso en las pequeñas escuelas. Esta escuela, Nova Academy, tuvo que pedir disculpas e hicieron caso porque, ¿qué más podían hacer? No podemos eludir esto.

»Déjame hacer una predicción justo ahora, Rob. Cuando el tema del transgenerismo afecta a los baños públicos no funciona. Así es que, en pocos años, veremos desaparecer los baños para hombres y para mujeres. Vamos a perder los pequeños dibujos de falditas y hombrecillos con pantalones. Esto va a desaparecer y vamos a tener hombres y mujeres entrando en el mismo cuarto; probablemente, harán cubículos para los individuos y cosas parecidas. Pero, nuevamente, incluso va a cambiar cómo utilizar los baños, como evacuamos. Esto es así de revolucionario, es así de fundamental y pienso que es muy importante que nos demos cuenta de que el tiempo se está acabando, el tiempo es muy corto. Esto está en su agenda en estos momentos y quieren hacer creer que nosotros sólo estamos motivados, que lo único que nos motiva es el orden litúrgico, la misa en latín y que hacemos la vista gorda sobre todo lo que está sucediendo…

»Sé que tenemos poco tiempo, pero me acuerdo de la situación acerca del control de armas. La otra noche, tuvimos a Obama diciéndonos como va a poner más tropas ATF en las calles, que van a hacer más leyes y todo esto, acerca del tema de las armas. Estamos hartos de los tiroteos, ustedes ya lo saben, los tiroteos masivos. Algo se tiene que hacer, lo entiendo. Pero la solución es un gobierno más grande. Me acuerdo, me acuerdo de esto. No se queden colgados de la idea de: “Quiero quedarme con mis armas, ¡caramba! Soy un tipo de la segunda enmienda”. No pierdan de vista el panorama total. El panorama más grande es que quieren asegurarse de que, su seguridad incluso cuando está en la cama y de noche, esté total y completamente pendiente del gobierno federal. Todo  se resume en “papá estado”.

»Como pueden ver, están en todos los niveles, sea el transgenerismo, el aborto, la educación sexual o el derecho a protegerse a usted y a su familia; están en guerra contra una forma de vida y una ideología. Y pienso que, si empezamos a entender esto…, no se dejen convencer por sus argumentos: “Puede conservar sus armas de caza y poco más; eso es todo lo que el gobierno necesita enseñarle acerca de cómo protegerse a sí mismo. El gobierno va a protegerle, no le enseñará como protegerse a sí mismo. Es el gobierno quién le protegerá”.

»Este es el tipo de argumentos que necesitamos. Por eso nos reunimos en los sótanos siempre que podemos, para tener este tipo de conversaciones. Bien. Necesitamos despertar. Ciertamente, se está llevando a cabo una batalla entre el bien y el mal. No lo conviertan en algo que no es. No la hagan más pequeña de lo que es. Es fundamental, es grande, se sale de los límites; es global, es universal. Lo que necesitamos hacer es dejar esto de neo-católico versus católico tradicional y otras cosas sin importancia y reconocer al enemigo por lo qué es y por quién es. Es demoníaco, es el demonio y hemos de estar de acuerdo para reunirnos y hacer lo que podamos con la ayuda de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo y Su Santa Madre, y con todos los santos para luchar contra este enemigo real y para entender que no vamos a eludir el tema, que no nos vamos a salir con la nuestra por ningún otro medio.

»Muchas gracias por escuchar nuestro desvarío de esta noche. Ha sido un placer y les esperamos la próxima semana.

Michael Matt

[Traducción de Tina Scislow. Artículo original]

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[1] En el vídeo original la respuesta es ininteligible (N. del T.).

[2] Renuncio a poner este nombre en mayúscula (N. del T.).

[3] Sin continuidad en la transcripción original (N. de la C.).

Michael Matt
Michael Matthttp://remnantnewspaper.com/
Director de The Remnant. Ha sido editor de “The Remnant” desde 1990. Desde 1994, ha sido director del diario. Graduado de Christendom College, Michael Matt ha escrito cientos de artículos sobre el estado de la Iglesia y el mundo moderno. Es el presentador de The Remnant Underground del Remnant Forum, Remnant TV. Ha sido Coordinador de Notre Dame de Chrétienté en París – la organización responsable del Pentecost Pilgrimage to Chartres, Francia, desde el año 2000. El señor Michael Matt ha guiado a los contingentes estadounidenses en el Peregrinaje a Chartres durante los últimos 24 años. Da conferencias en el Simposio de Verano del Foro Romano en Gardone Riviera, Italia. Es autor de Christian Fables, Legends of Christmas y Gods of Wasteland (Fifty Years of Rock n' Roll) y participa como orador en conferencias acerca de la Misa, la escolarización en el hogar, y el tema de la cultura, para grupos de católicos, en forma asidua. Reside en St. Paul, Minnesota, junto con su esposa, Carol Lynn y sus siete hijos.

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