El infierno existe

“Él nos sacó del infierno y nos libró de la mano de la muerte; nos salvó de en medio de las ardientes llamas, sacándonos del fuego. Tributad gloria al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Daniel, 3)

Esta semana, mi tierra, Galicia, era asolada por el fuego, con profunda tristeza y desesperación veíamos como las llamas quemaban nuestros montes, las casas, como morían personas calcinadas por el fuego, animales…la magnitud fue de tal alcance que se extendió a Asturias y Portugal. Durante esa noche soplaron grandas rachas de viento procedentes de los restos de un ciclón. La proporción de todo esto fue tal que el humo y la ceniza llegaron hasta Londres.

El primer mensaje me llegó por mi hermana que se encontraba retenida en la autopista y nos envió una foto de lo que allí se estaba viviendo, asombrados miramos inmediatamente en Internet y en las redes sociales y a partir de ese momento se desató una ola de locura, aproximadamente cada hora aparecía un foco nuevo. Las llamas llegaron a la ciudad de Vigo y se desató el pánico colectivo. Desde el primer momento la noticia fue clara: una ola de incendios intencionados asola Galicia… ¿Conocen Galicia? El verde es nuestra bandera.

Pasamos la noche en vela sumidos en una gran tristeza, nuestra tierra ardía, se consumía y nadie podía hacer nada. La noche, el fuerte viento, las altas temperaturas por el ciclón y la falta de agua eran el motor conductor de estas manos diabólicas y perversas. La preocupación y la desesperación acaparaban todo, la noche parecía eterna…sinceramente, parecía el fin del mundo, el aire olía a muerte.

Supongo que Vds. se preguntarán, ¿qué tiene que ver todo esto con los temas habituales de los que suelo hablar? La respuesta es muy sencilla, esto es fruto del pecado. La mano del hombre, su corazón de piedra y su alma pecadora, han provocado esta desgracia de dimensiones incalculables. Todos estos incendios son obra de satán. Los que presenciaron las llamas en vivo, vieron el infierno en la tierra.

La Obra de la Creación destruida de forma consciente por el hombre: el monte, los árboles, las flores, las plantas, los animales, las personas…esto es delito, sí, pero lo que hay que tener claro es que es pecado mortal, va contra los Mandamientos de la Ley de Dios.

“Brote la tierra hierba verde, plantas que den semilla, árboles frutales que produzcan fruto según su especie y cuya semilla esté en ellos sobre la tierra”. Y así fue. Brotó, pues, la tierra hierva verde, plantas que tenían en sí semilla según su especie, y árboles que producían frutos y cuya semilla se hallaba en ellos según su especie. Y vio Dios que estaba bien” (Génesis)

Posiblemente los pirómanos, si los cojen, no pasarán ni un año en la cárcel, como suele ser habitual en un país como España en el que se transige con todo y la vida en la cárcel suele ser como un mes de vacaciones pagadas, pero no será así en el juicio final, la condenación es eterna para aquel que voluntariamente ha rechazado amar a Dios, el fuego que ellos han provocado será una chispa comparado con el fuego del infierno. El pecado de los demás siempre puede salpicarnos, es decir, podemos caer nosotros mismos en el odio, en el rencor, en la desesperanza, ¡no debemos!, la justicia no nos corresponde a nosotros. Por la mañana el Señor nos trajo la lluvia, esa misma lluvia que debe llegar a nuestra alma como agua renovadora que nos muestra que Dios nunca jamás nos abandona. “Nunca máis” (nunca más) es el lema cuando existe una tragedia en Galicia, pero yo creo que es mejor decir, “nunca jamás”, porque el Señor nunca jamás nos desampara, contra todo pronóstico llovió.

“Mira, Yahvé, nuestro Dios, nos ha manifestado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego” (Génesis)

Decía un teólogo en una conferencia que las desgracias a medida que se acercan a nosotros es cuando verdaderamente nos hieren en primera persona y nos damos cuenta de su magnitud, es decir, esto mismo puede suceder en Filipinas y decimos “que pena” y seguimos cenando y jugando al scrabbel entre bocado y bocado, pero cuando los hecho suceden en nuestra casa, despertamos del profundo sueño de la mundanidad y nos encogemos de congoja: ay, mamá, que nos ha tocado.

Todo esto, como les decía, es fruto del pecado mortal, el hombre vive apartado de Dios, ajeno al Padre Creador, pero lo cierto es que muy pocos Católicos reconocen y se asombran con la belleza de la creación. Si no somos capaces de mirar una rosa como obra de Dios, difícilmente podrá dolernos que alguien la pisotee. Hoy en día, en vez de observa la belleza del mar, la gente se dedica a tirar basura sobre él, lo mismo con los ríos, en los cuales, muchas empresas han encontrado un lugar maravilloso para verter toda la porquería que no saben donde tirar, ¿resultado? En los ríos ya no hay truchas, salmones, se los han cepillado con los contaminantes que echan sobre lo que antes era agua cristalina. Miren, hay que hablar de esto, pero no en plan discurso político como hace el Papa Francisco con su famosa Laudato si, una encíclica más propia de un Obama que de un Sumo Pontífice: “nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos(Laudato si). En vez de frases pueriles y cursis, de lo que hay que hablar es del pecado, maltratar a una persona o matarla es pecado, pero igualmente lo es cuando lo hacemos con cualquier ser vivo y no lo hacemos por sobrevivir, sino por pura diversión, como tantas atrocidades que se leen en prensa sobre los animales.

Cuando éramos niños, un gesto tan simple como tirar un papel al suelo, nos podía reportar una buena reprimenda, además de recordarnos que era una mala acción y debíamos confesarnos. Nuestros padres, sin ser ecologistas de la nueva ola, nos transmitían las enseñanzas necesarias para cuidar lo que Dios tan generosamente nos ha dado para que le Amemos más y nos acerquemos más a Él. Recuerdo que en mi infancia había unos horarios para bajar la bolsa de la basura, nadie sacudía las alfombras más allá de las nueve de la mañana, no se tiraba nada al suelo, no se maltrataba a los animales…oigan, que no les hablo de hace tres siglos, esto fue hace unos años, cuando España era Católica y hoy en día, ¿se puede decir lo mismo, cuando cada uno orina en la calle donde mejor le parece y no le ponen ni una multa? Alguno dirá que estamos rodeados de degenerados, pero yo les digo que de lo que estamos rodeados es de pecadores compulsivos.

Vivimos en medio de una sociedad atea, nuestros reyes ya no son católicos, los empresarios tampoco lo son, nuestros políticos son ateos declarados que promueven el aborto, los cambios de sexo, los hijos a la carta, ¿Qué podemos esperar de los niños del futuro? Desde el momento en que una nación es gobernada sin Cristo, la población está muerta espiritualmente. Cuando el actual rey de España era niño, se conserva en las hemerotecas sus fotos recibiendo su Primera Comunión, ¿hay fotos públicas de sus hijas recibiendo al Señor? No, ¿por qué? Muy sencillo, reniegan del título de “reyes católicos”, lo que antes era un honor, ahora por lo visto, es un deshonor. Y qué decir de nuestros Obispos, en otros tiempos hubieran convocado una Procesión para pedirle a Nuestro Señor, por intercesión de algún Santo, que nos trajese la lluvia para posteriormente hacer una Misa en acción de gracias, pero ahora, sólo se manifiestan si es con banderas y políticos para chupar cámara.

No sé si me estoy explicando con claridad meridiana por donde quiero ir, yo lo veo claro, no sé Uds., pero toda esta perversión es fruto del pecado que gobierna el mundo, la gente no cree en el infierno, no cree en la condenación, uno no siente nada cuando viola los Mandamientos de la Ley de Dios. Se lo dije más veces, pero no me da miedo ser repetitiva, esto es Sodoma y Gomorra.

“Dijo, pues, Yahvé: “El clamor de Sodoma y Gomorra es grande, y sus pecados son extraordinariamente graves. Bajaré a comprobar si han hecho realmente según el clamor que ha llegado hasta Mí” (Génesis, 18-20)

 El otro día me comentaba una amiga que ella era Católica como yo, pero no practicante, esa frase ya da mucho que pensar sobre que no compartimos la misma religión, porque en la mía es claro que el que no practica, ya vive en estado de condenación. Unido a esto, mi amiga me preguntaba si yo creía en el infierno, ya que ella estaba completamente segura que no existía, como les comentaba y me reafirmo, una de las dos es evidente que no es Católica. Como Vds. sabrán o habrán leído, el director de la Repubblica, Eugenio Scalfari pone en boca del Papa Francisco la negación del infierno, cierto o no, no ha salido ninguna boca vaticana a desmentir estas afirmaciones del Sr. Scalfari, cuando lo propio sería que algunos de sus voceros saliera al paso de tan graves afirmaciones, pero en vez de eso, su Santidad lo tiene como telonero de sus conciertos. Suponiendo que esto piense el Obispo de Roma, imagínense entonces mi pobre amiga, que se supone que está a un nivel inferior en cuanto a preparación, o todos estos delincuentes que cometen sus atrocidades sin sentimiento de culpa, pensarán que el cielo es una jornada de puertas abiertas. No hay infierno para el pecador, ni hay justicia para los delincuentes, entonces, ¿por qué no matar a placer, robar, quemar, torturar, etc? Si no se habían parado a pensar en esto, supongo que ahora entenderán el por qué de la sociedad actual. Los niños llegan a casa y sus padres no les reprenden por sus malas acciones. Esos mismos niños ya no van al catecismo y si van, sus catequistas no les hablan de pecado. Las Misas de domingo son una parodia a la cual, cuando uno cumple diecisiete años, sale volando para no volver…Así es la vida de un pirómano, de un asesino, de un maltratador, de una abortera, etc, es una vida en la que no han conocido a Dios, una vida en la que no les han dicho que insultar, emborracharse, copular, no cumplir unos horarios, no respetar a tus padres es pecado…los han educado como pequeños salvajes, como tarzanes del siglo XXI. Ciertamente Tarzán no era tan bestia, seguía simplemente un instinto animal, estos individuos no saben ni lo que es un confesonario.

¿Saben o recuerdan cómo se destruyó la Roma Imperial? Ni más ni menos que con un incendio provocado por Nerón, ¿Era Nerón un Católico ejemplar que destacaba por su vida de piedad y oración? No, era un perverso que estaba todo el día de orgía en orgía, megalómano, se recreaba en sí mismo y en su grandeza, no había para él más dios que su propia persona y eran tan profundamente cruel y maquiavélico que culpó a los propios cristianos del incendio de Roma para salir sin culpa de semejante barbarie y con su sangre fría mandó a los cristianos a los leones. Nerón sigue vivo hoy en día porque es el mismo demonio y como él, sus seguidores, sus secuaces que quieren acabar con el mundo y erigirse como los nuevos amos de una república independiente en la que impera la ley del mal… ¿De verdad alguien cree que no existe el infierno después de ver las llamas sobre nuestras cabezas? Sólo podemos confiar en el Buen Dios que se levantará en medio de la llamarada para salvar a su pueblo de la muerte eterna.

“Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahvé descendía sobre él en medio de fuego. Este humo subía como el humo de un horno, y todo el monte temblaba fuertemente. El sonido de la trompeta se sentía cada vez más fuerte; mientras Moisés hablaba y Dios le respondía” (Génesis)

Sonia Vázquez

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