Fátima en la encrucijada de la historia de la modernidad (II)

Procuramos en el artículo anterior en el que hablábamos de los aniversarios que recordamos este año (Reforma Protestante, Masonería, Revolución Bolchevique) demostrar cómo se han ido acelerando los tiempos de cada una de estas revoluciones que han transformado el mundo occidental… 1517, 1717, 1917. Trataremos de demostrar ahora que las apariciones de Fátima, el cuarto de los centenarios que recordamos, constituyen el remedio y la respuesta a aquellas revoluciones.

Fátima que se nos presenta, entonces, como la advertencia y remedio a estos males. Por eso Fátima está en la encrucijada de la historia moderna.

100 años de Fátima: El Remedio

Como sabemos el sentido del mensaje de Fátima es triple, ya que nos habla de los peligros para el Alma y por eso Nuestra Señora muestra a los niños el Infierno; los peligros para el mundo ante los cuales pide la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María; y los peligros para la Iglesia, especialmente contenidos en el controvertido tercer secreto. Sin embargo promete: «Al final mi Corazón Inmaculado triunfará, el Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será dado al mundo un tiempo de Paz”.

Podríamos considerar a Fátima como la cuenta regresiva de los errores difundidos por las tres revoluciones que recordamos este año. Ante la Revolución bolchevique: el mensaje de Fátima pide la Consagración de Rusia al Sagrado Corazón. Ante la Revolución Francesa producida por la acción de la Masonería: el mensaje nos advierte “no hagáis como el Rey de Francia”. Ante el Protestantismo: el mensaje nos previene acerca de la desorientación diabólica y la apostasía contra la cual promete una sola Iglesia.

Fátima y la Revolución Bolchevique: 1917-1917

La Virgen en Fátima avisó, en 1917, apenas unos meses antes de la Revolución Bolchevique, que si Rusia no se convertía y no era consagrada por el Papa a su Inmaculado Corazón, esa nación esparciría sus errores por todo el mundo:

“…la Santísima Virgen, repetidas veces, tanto a mis primos Francisco y Jacinta, como a mí, nos dijo, que muchas naciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no alcanzábamos la conversión de esa pobrecita Nación[1].

Efectivamente así fue y así sigue siendo si consideramos que la ideología de género es la nueva cara del marxismo.

El 16 de febrero de 2008 el Cardenal Carlo Caffara, Arzobispo de Bolonia, en una entrevista a Tele Radio Padre Pío, afirmó:

«…le escribí una carta a Sor Lucia de Fátima a través de su obispo ya que no podía hacerlo directamente. Inexplicablemente, sin embargo, ya que no esperaba una respuesta, viendo que solo había pedido sus oraciones, recibí una larga carta con su firma – que ahora se encuentra en los archivos del Instituto. En ella encontramos escrito:

La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia. No teman, añadió, porque cualquiera que actúe a favor de la santidad del matrimonio y de la familia siempre será combatido y enfrentado en todas las formas, porque esta es la cuestión fundamental (…) Sin embargo, Nuestra Señora ya ha aplastado su cabeza»[2].

Fátima, la Masonería y la Revolución Francesa: 1917-1717

En Rianjo, en agosto de 1931, Nuestro Señor le confía a Sor Lucía:

«Tu me das mucho consuelo por el pedido de conversión de Rusia, de España y de Portugal, pedido expresamente también por mi Santa Madre (…) Haced saber además a mis Ministros que, habiendo escogido seguir el ejemplo del Rey de Francia en retardar la ejecución de cuanto yo tengo expresamente pedido, ellos lo seguirán también en la aflicción y en el castigo. Pero será muy tarde para recurrir a Jesús y a María»

Nuestro Señor sucesivamente con un mensaje íntimo le dice:

«Como el Rey de Francia no han querido escuchar mi pedido! Se arrepentirán y harán aquello que yo he pedido, pero será demasiado tarde: Rusia ya habrá esparcido todos sus errores provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia. El Santo Padre tendrá mucho que sufrir».

¿A qué se refiere la frase del Señor: Como el Rey de Francia…? Pues se trata de lo sucedido en 1689, 100 años antes de la Revolución Francesa cuando en Paray le Monial, Santa Margarita María de Alacoque recibe el siguiente mensaje:

“Haz saber al Hijo Mayor  de mi S.C. –hablando de nuestro Rey– que como su nacimiento temporal ha sido obtenido por la devoción a los méritos de mi Santa Infancia, igualmente él obtendrá su nacimiento de gracia y de gloria por la consagración que él hará de sí mismo a mi Corazón adorable que quiere triunfar del suyo, y por su intermedio, de los grandes de la tierra. Él quiere reinar en su palacio, ser pintado en sus estandartes y grabado en sus armas, para volverlas victoriosas de todos sus enemigos, abatiendo a sus pies estas cabezas orgullosas y soberbias a fin de volverlas (a las armas) triunfantes sobre todos los enemigos de la Santa Iglesia”.

Lamentablemente el Rey Luis XIV no cumplió el mandato. Si hubiera consagrado el Reino de Francia al Sagrado Corazón, lo hubiera librado de la conspiración masónica que llevó a la Revolución de 1789. La cronología no es casual, sino causal…

17 de junio de 1689: Pedido de Jesucristo a Santa Margarita María para transmitir al Rey de Francia.

17 de junio de 1789: Comienzo de la Revolución en Francia con la conformación de la Asamblea Nacional.

Fátima y la confusión protestante: 1917-1517

Cuando a Sor Lucía le preguntaban por el Tercer Secreto, respondía sencillamente:

«Está en el Evangelio y en el Apocalipsis. ¡Leedlos!” (…) ¡Es la desorientación diabólica que invade el mundo y engaña a las almas! … Es que el Demonio ha conseguido infiltrar el mal, con capa de virtud, y andan ciegos guiando a otros ciegos… ¡Y lo peor es que ha conseguido burlar y engañar almas que, por las posiciones que ocupan, tienen una gran responsabilidad! (…) yo me ofrezco en sacrificio por todos los Sacerdotes y por todas las Almas consagradas, especialmente por aquellos que son más desviados y engañados»[3].

El 13 de Abril 1971 le escribe a su sobrino, el P. José dos Santos Valinho:

«Veo en su carta que está preocupado por la desorientación de nuestros días. Es triste en efecto que tantas personas se dejen dominar por la onda diabólica que cubre hoy al mundo entero, y que los ciega a tal punto que no son capaces de ver el error. La mayor culpa es haberse alejado de Dios que dice «sin Mi nada podéis hacer» (…) además en materia religiosa el pueblo es ignorante y se deja arrastrar donde lo llevan. Por este motivo, grande es la responsabilidad de aquel a quien se ha encargado de guiar a la grey»[4].

Cuenta son Lucía que en la revelación que tuvo en Tuy el 3 de enero de 1944, antes de poner por escrito el Tercer Secreto, que tras la visión de un terrible cataclismo cósmico, sintió en su corazón una voz suave que le decía:

«con el tiempo, habrá una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica y Apostólica. ¡En la eternidad, el Cielo[5]

Estas palabras suponen la negación radical de toda forma de relativismo o indiferentismo religioso, al cual la voz celeste contrapone la exaltación de la Santa Iglesia y de la Fe católica. El humo de Satanás podrá infiltrarse en la Iglesia a lo largo de la historia, pero quien defienda la integridad de la Fe ante las potencias del infierno verá, en el tiempo y en la eternidad, el triunfo de la Iglesia y del Corazón Inmaculado de María, sello definitivo de la trágica pero esperanzadora profecía de Fátima.

Los pedidos de Virgen incumplidos y las consecuencias que de su incumplimiento se han derivado deberían ser más que suficiente para llevarnos a meditar, a orar y a obrar. Si amamos verdaderamente a Nuestro Señor, a su Santísima Madre y al Iglesia, hemos de estar listos para defenderla. Será nuestra contribución para acelerar el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María.

Andrea Greco de Álvarez

[1] Conversación entre Sor Lucía y el P. Agustín Fuentes, vicepostulador de la causa de beatificación de Jacinta y Francisco, el día 26 de diciembre de 1957. Publicado con el imprimatur de Su Arzobispo S.E.R. Mons. Sánchez de Santa Cruz, Méjico

[2] La entrevista fue reproducida en la revista mensual “Voce di Padre Pio”, Marzo de 2008.

[3] Carta de Sor Lucía  a la Madre Martins, 1970. Martins dos Reis, Uma vida ao Serviço de Fátima, Porto, 1972 (Con imprimatur del Obispo de Leiria, Monsignor Joao Venancio). El capítulo 6, “Um Pequeno Tratado da Vidente sobre a Natureza e Recitação do Terço” contiene extractos de cartas de Sor Lucía escritas entre 1969 y 1971.

[4] Ibidem.

[5] Carmelo de Coimbra, Um caminho sob o olhar de Maria, biografia de Irma Maria Lúcia de Jesús e do Coracao Imaculado, O. C. D. Marco de Canavezes: Edições Carmelo, 2013, 495.

Andrea Greco
Andrea Grecohttp://la-verdad-sin-rodeos.blogspot.com.ar/
Doctora en Historia. Profesora de nivel medio y superior en Historia, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. En esta misma Universidad actualmente se encuentra terminando la Carrera de Doctorado en Historia. Recibió la medalla de oro al mejor promedio en historia otorgada por la Academia Nacional de la Historia. Es mamá de ocho hijos. Se desempeña como profesora de nivel medio y superior. Ha participado de equipos de investigación en Historia en instituciones provinciales y nacionales. Ha publicado artículos en revistas especializadas y capítulos de libros. Ha coordinado y dirigido publicaciones.

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