¿Saben cómo se llama su Párroco?

Leía estos días con gran atención las noticias de la nueva realidad eclesial: Lutero vía los altares. Un Papa dispuesto a “pasarse por el forro” el Concilio de Trento y perdonen la expresión pero, buscar otra más suave, es engañarnos o suavizar algo que de por sí es tremendo y lamentable en la historia de la Iglesia. ¿Qué sucederá cuando lleguemos a la Iglesia y no encontremos imágenes de Nuestra Madre, de nuestros Santos y en su lugar, veamos lo mismo que hemos visto en el Vaticano, una imagen de Lutero? ¿Nos escandalizaremos, iremos a quejarnos al Párroco de turno, al Obispo pelotero que hace y dice lo que manda el Papa aunque sea la mayor herejía que se haya visto o escuchado? ¿Que harán Vds., bajar la cabeza y tragar con lo que nos echan o encabezar la batalla? Sigamos el mandato de San Bernardo de Caraval a los caballeros templarios, hagamos del salmo 113, nuestro himno y  nuestra tabla de salvación, lancémonos a las cruzadas, “Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam”

Quizás no nos hemos parado a pensar detenidamente en que lo que algunos consideramos un escándalo de dimensiones mayúsculas, no ha llegado de la mano del Papa Francisco, sino que se ha estado cociendo desde la llegada del misil Vaticano II. Los anteriores Papas han sido igualmente colaboradores de la venta de nuestra Iglesia al mejor postor. La Iglesia hace tiempo que ya no está gobernada por Nuestro Señor Jesucristo, no se le puede echar la culpa al Espíritu Santo de la elección de estos Sumos Pontífices. ¿Quieren pruebas que les demuestren que estamos en una Iglesia ocupada por el enemigo? ¿De verdad aún hay alguien que siga pensando que las Misas dominicales son Católicas?

Hace unas semanas leía un artículo en Internet, en el que un Sacerdote mostraba su disposición para permitir que en su parroquia se celebrase alguna de las misas dominicales “ad orientem”, ¿Saben que quiere decir? En lengua vernácula, pero llegado el ofertorio, el Sacerdote se pondrá mirando hacia el lugar en el que debería estar el Sagrario, “ad orientem” simplemente eso. Bien, pues para este tema tan sencillo, el blogger comentaba que llevaría esto al consejo parroquial, ¡Toma ya! si se descuida monta un sínodo diocesano como en mi Diócesis, para debatir si lee Mari Puri o Luis Miguel las lecturas. Esto es ser un párroco complaciente con la feligresía, Misa a la carta, ahora podemos opinar hasta como se Oficia, que lecturas se ponen, cualquier día el color del tiempo litúrgico…tómenselo a broma, pero yo ya he acudido a funerales que el Sacerdote sale de blanco por expreso deseo de la familia. Nunca los fieles fueron más ignorantes en temas litúrgicos y sin embargo, nunca opinaron tanto…que le pregunten a nuestros antepasados si el Cura les pedía opinión para algo. Hace poco me comentaba un amigo que en una reunión del consejo parroquial, tuvieron que ponerle freno a las predicaciones de D. Ruperto (nombre ficticio), porque se iba mucho del tiempo establecido. “Consejo parroquial” le llaman a esto…Como dice la canción, “dame veneno, que quiero morir”.

¿Saben cuales son algunas de las máximas de la Iglesia luterana? Una Iglesia igualitaria en la que no se diferencia al Sacerdote del laico, exactamente lo que estamos viendo a nuestro alrededor, de ahí que el siguiente debate que se espera, es el celibato sacerdotal, para que a imagen y semejanza de Lutero que se casó con una monja, nuestros Presbíteros puedan casarse con una monja (progre, por supuesto) o con quien les plazca. Esperemos unos meses, esto ya está en camino.

¿Quieren más pruebas de que nuestra Iglesia ya no es Católica? Este domingo, me encontraba en un Templo al que nunca había acudido y al terminar la Misa salí a mirar el tablón de avisos parroquiales, para ver si me encontraba en una Iglesia Diocesana y si la persona que había oficiado era un Sacerdote de la Diócesis de Santiago de Compostela o era un showman americano en busca de aplausos. Que vergüenza y que pena lo que tenemos que sufrir las almas, una sola Misa en domingo, en un lugar con una población importante de gente y que tengamos que padecer lo que yo viví allí…Nuestro Señor golpeado, escupido y crucificado ante las masas que aplauden “la misa es una fiesta muy alegre, la misa es una fiesta con Jesús”. Y no pierdan el tiempo pensando quién es o quién puede dejar de ser, es Vd. mismo que está leyendo este artículo, ¡Aplíquese, Sr. Párroco!

¿Saben cómo se llama su Párroco? Lutero

Cada uno consultará con su director espiritual, si es que lo tienen, la conveniencia de quedarse o no ante lo que algunos denominan “Eucaristía” y la importancia de cumplir con el precepto. Yo en esto, por ahora, me mantengo fiel a lo que me enseñaron mis papás y lo que manda la Santa Madre Iglesia, la obligación de ir a Misa los domingos y fiestas de guardar, por lo tanto, salvo que caiga fulminada al suelo, intento aguantar hasta el final rezando el rosario cuando las situaciones son tan sangrantes como la vivida, ofreciéndolo principalmente por el Oficiante y su conversión y terminada la Misa, haciendo firme propósito de no volver allí, salvo causa de fuerza mayor. Y sepan que ese hombre que Oficiaba, es lo que llaman un Sacerdote tradicional en muchos ambientes, Ven Señor, Jesús.

Todo ese espectáculo que se presentó ante mis ojos, desbordaba todo lo que cualquier imaginación alcance a pensar. Una Iglesia llena de gente, abarrotada es la palabra, un Sacerdote cual Oprah Winfrey, micrófono inalámbrico perfectamente camuflado en la casulla y deleitándonos con sus gracias mientras camina por un pasillo lleno de masas sonrientes orgullosos de su párroco estrella. En el ambón, un laico octogenario dirigiendo el canto y las oraciones cual si fuese Teresa Rabal o Xuxa en sus mejores días, una pantalla gigante con las oraciones tanto del fiel como del Sacerdote, incluida la fórmula de la Consagración, supongo que por si nos queríamos unir al Sacerdote, al fin y al cabo, ¿qué nos separa? ¿La casulla? Si algunos ya ni la usan. Después dicen que no se puede hacer la Misa Tridentina si la gente no sabe latín, no, la gente por lo que veo no sabe ni el español ni cualquier otro idioma de origen, es necesario ponerles hasta el Padre Nuestro en una pantalla. Como decimos en Galicia, damos peniña, esto es: pena, pero pena de verdad. Y Esto que les acabo de relatar es otra de las grandes máximas de la Iglesia Luterana, la supresión del presbiterio y la participación activa de los creyentes: cantar, dar palmas, leer… resumiendo, parecer un intelectual ante tu comunidad parroquial, cuando no tienes mejor ocupación en la vida. ¿Aún dudan del nombre de su párroco? Se lo repito, Lutero.

“Orden Sacerdotal: La iglesia de Cristo no conoce este sacramento; es un invento de la iglesia del papa. Si se les pudiese obligar a reconocer que todos los bautizados somos sacerdotes en igual grado que ellos, como en realidad lo somos, y que su ministerio les ha sido encomendado sólo por consentimiento nuestro, inmediatamente se darían cuenta de que no gozan de ningún dominio jurídico sobre nosotros, a no ser el que espontáneamente les queramos otorgar.” (Martín Lutero)

¿Siguen pensando que la transformación la trae el actual Papa en el bolsillo? No, él solo trae la confirmación de lo que llevamos años viviendo. Toda esta ridiculez no empezó con el Papa Francisco, esto viene de antes, él, simplemente es la guinda del pastel, el que se va a coronar de gloria poniendo su imagen en el centro de los Templos, en vez del Sagrario.

Se habla mucho estos días de este individuo, de Lutero, pero ¿Vds. saben quien era? Simplemente un fraile de tantos con aspiraciones principescas, que empezó así, como la mayoría de los párrocos del montón, queriendo destacar, con ocurrencias que al principio incluso, escandalizaban a muchos. Después presentó las dudas sobre la Transustanciación, pasados unos días comenzó a plantearse el celibato, lo que llevó a contraer matrimonio con la monja, a cuestionarse los Sacramentos… resumiendo, él mismo se alzó como un nuevo Dios, busco su respaldo en un grupo de ineptos (consejo parroquial) impuso su propia religión y se apartó de Roma, negando la sujeción papal…Esto último no nos vendría mal en estos momentos, es un punto a considerar.

“Comenzaré por negar la existencia de siete sacramentos, y, por el momento, propondré sólo tres: el bautismo, la penitencia y el pan”

“Lo que quiero es desvanecer escrúpulos de conciencia, para que si alguien creyese que en el sacramento del altar existen el pan y el vino verdaderos, no tema que por ello está cayendo en herejía. Que se sepa que se puede pensar, opinar y creer una u otra cosa sin por ello arriesgar en nada la salvación, ya que es algo que no afecta a la fe.” (Martín Lutero)

La cuestión es que estamos tan ciegos o somos tan tontos o ignorantes que todo eso es lo que están aprobando nuestros jerarcas hoy en día y vemos como los papólatras de turno aplauden las ocurrencias del actual Romano Pontífice y sus secuaces, que en un documento mortífero se atreven a negar la Transustanciación (“del conflicto a la comunión”).

¿Pensamos por nosotros mismos o dejamos que otros piensen por nosotros? ¡Cuidado! Háganse esta pregunta varias veces y reflexionen sobre ella. Mis queridos lectores, en el camino al Calvario estaba la muchedumbre, riéndose, apartándose, tirando piedras…pero a los pies de la Cruz, estaba la Santísima Virgen, con María Magdalena y Juan, ¿No querremos nosotros estar ahí, acompañando al que tanto nos Ama?

Y alguno se preguntará, ¿qué interés puede tener el actual Papa en ensalzar la imagen de alguien que renegó precisamente del Papado? Muy sencillo, puede ser, no quiero afirmarlo, pero puede ser que nuestro Papa, sea el nuevo Lutero del siglo XXI y nos esté confirmando en una nueva Iglesia. ¿Asustados? Pues tarde despertamos, esto es real, estamos en una Iglesia luterana…Sí, sí y Vds. y yo sin enterarnos, pero ha ocurrido, estamos en una Iglesia protestante, gobernada por el neo frailecillo.

Señores, esto es lo que nos han metido desde el Concilio, unos lo han hecho poco a poco sin que nos demos cuenta, otros a lo bestia, pero no queda nada, ni las cenizas de la verdadera Iglesia de Jesucristo. Los Sacerdotes ya no quieren ser santos, ya no quieren gobernar la Iglesia con santidad, rectitud y ejemplaridad y por eso, nadie se escandaliza de ver al Papa abrazar a los luteranos y decirles que “tanto en la Iglesia luterana como en la Católica hay personas con corazón santo” y añade que “le gustan los luteranos que siguen realmente la fe de Cristo” y que “no le gustan ni los Católicos tibios ni los luteranos tibios”, como quien habla de rubios y morenos, o de blancos y negros sin pensar en que hablamos de los que viven en el error, en el pecado y en la falsa religión, frente a los que seguimos las enseñanzas de Cristo y de la Iglesia y nos esforzamos por vivir en Gracia de Dios. ¿Creen que puede existir la santidad en algo impuro? ¿Puede un pecador estar en Gracia de Dios? La respuesta es tan sencilla y tan clara como la misma pregunta.

¿Se dan cuenta? El Papa nos está diciendo que es lo mismo ser Católico que luterano y sus esbirros en sus parroquias y diócesis proclaman esta realidad. Insisto, esto no es de hoy, ni una proclama papal, esto ya está vigente desde hace muchos años. En cualquier despacho de Cáritas ya no se hace proselitismo, se facilita la ayuda pero no se intenta que esas personas conozcan a Dios, toma el pan y vuelve cuando quieras y sigue rezando a tu buda todas las noches. Los misioneros actuales, en su mayoría, son ONG´s que van a enseñar a plantar un árbol, pero en ningún caso se les enseñará a esas personas que esos árboles son obra de Dios, que sigan orando a sus falsos dioses. Da igual que uno se muera bautizado que sin bautizar, nuestras obras son indiferentes, se reniega de la palabra “transustanciación” y esto no causa estupor porque fue tras el Concilio Vaticano II cuando ya se retiraron los Sagrarios del centro de la Iglesia y se apartó a nuestro Señor a una esquina oscura y olvidada del Templo, dando protagonista al hombre sobre el Hombre. Nos hallamos en una Iglesia gobernada por fantoches, ya no hay el buen pastor en los Ministros, una Iglesia en la que como borregos aplaudimos la ocurrencia del Romano Pontífice al preguntar algo tan absurdo como  “¿Quiénes son los mejores? ¿los evangélicos o los católicos?”…lo que habría que preguntarnos es ¿A quién seguimos, a Dios o al diablo?

Sonia Vázquez

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