Sobre el uso de la palabra con “h” (todo depende del significado de “esto”)

Cuántas veces escuchamos en la Iglesia cosas como esta: ¡Cuántas veces! ‘ ! Pero aquel sacerdote, aquel hombre o mujer de Acción Católica, aquel obispo, o aquel Papa, nos dicen que debemos hacer esto de esta manera !’ y luego hacen lo opuesto. Este es el escándalo que hiere a la gente y previene que la gente de Dios, crezca y continúe adelante. No los libera… Esta (es) la saludable realidad de la Iglesia católica: La Iglesia nunca nos enseña que ‘esto o aquello’. Eso no es católico. La Iglesia nos dice ‘esto y aquello’. … Esto no es católico, esto es herético. (Papa Francisco, 9 de junio de 2016. Homilía en Santa Marta).

Lo siento, pero no. Es todo lo que uno puede decir en respuesta a los comentarios hechos por Su Santidad durante la santa misa en Santa Marta recientemente. Incluso para los estándares bergoglianos, estas afirmaciones van muy lejos, y eso  ya es decir mucho. Luego de pronunciamientos como este, uno empieza a preguntarse si su estrategia consiste en esperar que lancemos las manos al aire y nos marchemos. Marcharse… ¿pero a dónde?  “Señor, ¿a quién iríamos? (Jn. 6, 68). Así que empecemos a desenredar esta pieza de retórica que destroza la mente, una vez más.

Lo podemos hacer. Después de todo, las palabras tienen un significado. Si le digo a mi pequeño hijo “¡DETENTE!” mientras está corriendo hacia la calle, lo que yo quiero decir es que él debe detenerse y no continuar. Él debe detenerse allí donde está, en vez de continuar moviéndose hacia el tráfico, que puede dañarlo o incluso matarlo. Cualquier vez que utilizamos un término en vez de otro (a no ser que los términos sean considerados sinónimos), estamos expresando un significado que no es simple y aislado, pero tiene dos significados distintos. Reflexionando, ese es el fin último de las palabras en primer lugar. Si todas significaran lo mismo, al final de cuentas (por ejemplo: misericordia y suposición), en primer lugar, no tendría ningún sentido el esfuerzo lingüístico. ¿O sí tendría sentido?

La palabra herejía también significa algo, algo importante; algo bastante serio, que no se puede comparar ni siquiera con ser atropellado por un camión de gran carga. ¿Importa que el Santo Padre haya elegido usar el adjetivo de la palabra “h” en este caso? Sí, importa. De lo contrario, no lo hubiera usado.

Por otra parte, la gramática, existe para que las unidades individuales de significado puedan ser combinadas con otras más complejas. Por ello, existe algo como la ambigüedad verbal, con antecedentes poco claros al ser un error común. Si yo digo “entre naranjas y plátanos, estos son mis favoritos”, no logro comunicar nada concreto, porque el pronombre demostrativo “estos” se puede referir tanto a las naranjas como a los plátanos. Uno  debe distinguir; y uno debe seguir las reglas gramaticales para que la gente pueda comprender mentalmente lo que se expresa. Sobre esto, el éxito del esfuerzo favorito del papa Francisco, conocido como diálogo, depende de comprender lo que expresa. Cuando se trata de la gramática por sí sola, las observaciones anteriores son nada menos que fastidiosas.

Entonces ¿qué debemos entender sobre la afirmación, que la “Iglesia nunca nos enseña ‘o esto o aquello’. … Esto no es católico, esto es herético” ? Aún a pesar de llevar tres años de mensajes papales, que van desde lo confuso hasta lo indignante, aquí tenemos un mensaje que se lleva el premio de todos. ¿Qué es este “esto” que merece utilizar la palabra con “h”, indicando que la herejía depende del significado de esta palabra?

Al emplear esto,  cuando dice “Esto no es Católico… esto es herético”,  ¿es lo mismo que el esto en “o esto o aquello”? En cuyo caso el esto herético, significaría que tomar partido por una proposición es oponerse a la otra. Alternativamente, el esto en la frase “esto es herético” se puede referir a la enseñanza del “o esto o aquello”. Ahora, la conjunción correlativa que acompaña a “o” no es otro “o”, pero más denota que significa uno u otro. Pero no importa. Cualquier palabra sirve de antecedente gramatical, y el contenido del Santo Padre parece ser el mismo. Él sostiene que el establecimiento de distinciones -no las propias, que son dejadas totalmente sin especificar-  es un grave problema teológico.

Uno desearía que el papa Francisco fundamente su argumento de que la Iglesia “nunca” enseña  algo que podría ser caracterizado como “o esto o aquello”. A primera vista, parece más cercano a la verdad, decir que sí lo hace. Cielo o infierno. Bien o mal. Verdad o mentira. Salvación o condenación. Aceptar a Cristo o rechazarlo. Creer en Dios o no creer en Él. ¿Cuál de estas antítesis, o quizás todas ellas, debemos abandonar ahora que debemos darnos cuenta que la Iglesia “nunca” las enseña?

Y ¿qué hay de la antítesis en las que se basan las observaciones anteriores atribuidas al Santo Padre? Si la enseñanza del “o esto o aquello” no es católica, entonces sólo la enseñanza de “esto y aquello” lo es (católica). En otras palabras, ser católico, según el papa Francisco primero, es abrazar la dialéctica hegeliana. Implica rechazar el “o esto o aquello” a favor del “esto y aquello”.

El único problema es que, si aquello significa lo mismo que esto, el Santo Padre está concluyendo que hay una distinción entre la dialéctica hegeliana y todo lo que está fuera de ella. En otras palabras, él enseña, que hay una diferencia entre “o esto o aquello” y “esto y aquello”, y además, que el “o esto o aquello” debe ser rechazado a favor de aceptar el “esto y aquello”. De acuerdo a su planteamiento, entonces, es o lo uno o lo otro, y que para evitar el cargo de herejía, debemos escoger “esto y aquello”.

Mientras tanto, hacer que la gente elija entre esto o aquello, es precisamente en lo que el papa Francisco está ocupado en denunciar en primer lugar. En otras palabras, y siguiendo el pensamiento lógico, la enseñanza que expuso en su homilía sobre lo que es o no es herético, de acuerdo a su propia definición, es también herética. A veces, la regresión infinita al centro de la mentalidad liberal, puede realmente ser tediosa.

Si el Santo Padre va a ir tan lejos como para llamar a algo herético,  debería tener la amabilidad de aclararnos que es “esto” y “aquello”. Al contrario,  cosa maravillosa de ser dicha, nos encontramos rascando nuestra calvicie bergogliana una vez más. Ante la ausencia de otra interpretación viable, y a la luz de los distintos trabalenguas del papa Francisco, que expresa a quienes se atreven a estar en desacuerdo con él, nos quedamos con la impresión, pero aún con posible opción de negarlo, que lo herético para él, simplemente denota no poder seguir la línea trazada por el nuevo régimen del Vaticano, en ningún aspecto.

Dejemos de lado el cúmulo de ironía que implica ser aleccionados por él, de todas las personas, que tener un “vocabulario muy creativo para insultar a los demás” es un pecado, y concentrémonos solamente en evitar ser calificados de herejes, ¿está de acuerdo? Evidentemente debemos volvernos tontamente bergoglianos si no queremos ser calificados como herejes, aun cuando sea imposible descifrar qué quiere decir este hombre en primer lugar. Que nunca fue, no lo es ahora, ni será remotamente parecido a lo que la palabra “h” realmente significa.

Kelly Michaels

[Traducido por Cecilia González Paredes. Artículo original.]

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