La reforma, querida por el Comité Central del Partido, se votó a favor en la Asamblea Nacional del Pueblo y se hizo pública ayer. Para algunos cristianos, nada cambia: será la represión de siempre. Un maestro protestante: Es un cambio importante desde Mao. Muestra la expansión ilimitada del poder del Partido. Dudas sobre el diálogo entre China y el Vaticano: la Iglesia Católica se convertirá en un instrumento de apoyo para el Partido. La promoción de Xia Baolong, el destructor de cruces del Zhejiang.
Beijing (AsiaNews) – La Administración Estatal para Asuntos Religiosos (Sara), también conocida como la “Oficina de Asuntos Religiosos”, hasta ahora bajo la autoridad del Consejo de Estado, pasa bajo el gobierno directo del Partido Comunista. Esto es lo que aparece en un detallado programa de reformas sobre el Partido y las instituciones estatales emitido ayer.
La decisión de eliminar a Sara como entidad individual se tomó en febrero pasado durante la tercera sesión del Comité Central del 19no Partido. Parte de este programa de reforma fue revisado y corregido durante la reciente Asamblea Nacional del Pueblo, que acaba de finalizar. Los detalles del programa se publicaron ayer, indicando que esta reforma se implementará a fines de 2018.
De acuerdo con estas reformas, de ahora en adelante los asuntos religiosos serán gestionados por el Departamento de Trabajo del Frente Unido (Dlfu), un órgano del Comité Central del Partido Comunista, cuya función principal es la gestión de las relaciones con las élites no comunistas, tanto como individuos como organizaciones, en lo cual se apunta a los grupos religiosos. Bajo la autoridad del Dlfu, también fueron puestas la Oficina de Negocios con los Chinos de Ultramar y el Comité de Asuntos Étnicos, ambos anteriormente dependientes del Consejo de Estado.
Entre los cristianos chinos y los observadores, el cambio estructural es tema de evaluaciones dispares. El padre Liu, un sacerdote del sur de China, se encoge de hombros: “En el entorno religioso no habrá muchos cambios: ni una mayor apertura ni un mayor cierre. Sólo está el cambio sobre quién opera la gestión, y el nuevo sujeto hará las mismas cosas que antes”.
Un observador chino, que prefiere permanecer en el anonimato, enfatiza: “La reforma se usa para poner toda la autoridad bajo el Partido, sin compartir el poder con el Consejo de Estado”. También dice que no hay noticias reales: incluso en el pasado, Sara estaba bajo la supervisión del Dlfu; además, incluso ahora el Dlfu necesitará una oficina ejecutiva para llevar a cabo su trabajo y esta oficina es Sara.
“Tal vez – dice el observador – el movimiento puede unificar las diferentes voces que deben gestionar las religiones”, dado que la gestión involucra a diferentes departamentos: el de seguridad nacional, seguridad pública, planificación urbana, educación, etc.
Según Eric Lai, un experto católico originario de Hong Kong, la movida muestra que el Partido Comunista Chino (PCCh) ya no considera la religión como algo externo al control, sino como un instrumento para ser utilizado activamente para mantener la estabilidad. “No hay nada nuevo, dice, en el hecho de que un gobierno autoritario use la religión como un instrumento para la estabilidad. La forma en que la Iglesia Ortodoxa Rusa protege activamente al régimen de Putin es un ejemplo. En el futuro, si el Vaticano y China firman un acuerdo oficial, ¿la Iglesia Católica China seguirá el camino de mantener la estabilidad, como la Iglesia Ortodoxa Rusa? ¿O tendrá verdadera autonomía religiosa para predicar en esta nación? En la situación actual, no hay duda de que será la primera hipótesis que se realizará”.
En su perfil de Facebook, Ying Fuk-tsang, director de la Divinity School de la Chinese University de Hong Kong, también se pregunta si el cambio en la gestión de Sara es una verdadera “reforma o un paso atrás”.
“La religión – afirma – es un derecho elemental del ciudadano, defendido por la Constitución. Si se lo somete a una tarea especializada del Partido, este es indudablemente un cambio importante en las actividades religiosas desde la fundación de la China comunista. Refleja la expansión ilimitada del poder del Partido, que directamente interfiere con los derechos elementales de los ciudadanos. Este retroceso es ciertamente negativo para el desarrollo de la libertad religiosa en China”.
El prof. Ying, un cristiano protestante, sigue de cerca los recientes desarrollos en las relaciones entre China y el Vaticano. “No puedo evitar -comenta- preguntar si el Vaticano conoce estos hechos y si todavía cree en la ilusión de que en China la libertad religiosa se está moviendo hacia la luz, y que la libertad religiosa de los ciudadanos chinos estará completamente defendida”.
“Quizás la Santa Sede ofrecerá otra interpretación para justificar el liderazgo del Partido sobre las religiones, creyendo que puede garantizar un mayor espacio para la libertad religiosa con sus propios esfuerzos”.
El mismo día del anuncio oficial de ayer, el director de Sara, Wang Zuoan, sostuvo una reunión con todo el personal de la oficina para explicar el espíritu de esta nueva y profunda reforma. Según el sitio web oficial de Sara, dijo que la decisión “demuestra plenamente la alta prioridad que el Partido otorga a las actividades religiosas y [esta reforma] tiende a fortalecer y mejorar el liderazgo del Partido en las actividades religiosas”.
Wang agregó que [la reforma] también ayudará a implementar importantes decisiones y proyectos del centro del partido sobre actividades religiosas y pidió a todo el personal que comprenda la urgencia y la importancia de estas reformas en el marco de una política general.
Según los medios oficiales, la principal tarea del Dlfu será implementar los principios básicos y la política del Partido hacia las actividades religiosas, estudiar y formular estrategias y medidas para las actividades religiosas, controlar su implementación, coordinar las actividades religiosas, organizar los asuntos administrativos religiosos de acuerdo con la ley, proteger la libertad de creencia de los ciudadanos, consolidar las actividades religiosas normales [es decir, las oficiales, excluyendo las no oficiales, consideradas ilegales], desarrollar un frente unido y patriótico con las comunidades religiosas.
Para muchos cristianos, a la sorpresa de la reforma, se agregó otra: la noticia de que Xia Baolong, ex secretario del partido de Zhejiang, famoso por lanzar la campaña para destruir cruces e iglesias, fue elegido vicepresidente y secretario general de la Conferencia Política Consultiva China (Cpcc) el 14 de marzo. Como secretario general del Cpcc, Xia, de 66 años, es visto como el poderoso “guardián” del cuerpo del consejo nacional.
La promoción de Xia sorprendió a muchos porque cuando fue transferido del Zhejiang a la Asamblea Nacional Popular (ANP), en abril pasado, se pensó que su carrera política había terminado y que sólo estaba esperando su retiro. Además, en el XIX Congreso del Partido en octubre pasado, Xia ni siquiera fue elegido para el Comité Central.
Xia ha trabajado en Zhejiang desde 2003, y durante cuatro años estuvo junto con Xi Jinping, el actual presidente, cuando era secretario del partido en la provincia. Ahora Xia es vicepresidente del Comité para la protección de los recursos y el medio ambiente en la ANP. Fue secretario del partido del Zhejiang desde 2012 hasta abril de 2017. Él mismo, en nombre de las necesidades de planificación urbana, lanzó la campaña para destruir cruces y demoler iglesias durante tres años.
Durante esa campaña, que comenzó hacia fines de 2013 y aparentemente terminó alrededor de abril de 2016, cerca de 1.500 iglesias, la mayoría protestantes, fueron removidas y atacadas. Algunas docenas de pastores y fieles laicos que habían querido defender sus cruces fueron arrestados, amenazados y juzgados. Las autoridades también procesaron y condenaron a los abogados que defendieron a las comunidades cristianas.”
Wang Zhicheng, AsiaNews.it – 22 marzo 2018