La exhortación apostólica esperada con tantas ganas, y que se pronunciará sobre la propuesta Kasper, será publicada en marzo. Esto es lo que pasará probablemente:
El Papa publicará un documento, que será escrito de tal manera que los ortodoxos podrán interpretarlo como un rechazo de la propuesta Kasper, y los heterodoxos podrán interpretarlo como un permiso a la propuesta Kasper. Una vez que los heterodoxos implementen oficialmente la propuesta Kasper, no serán disciplinados por el Vaticano. Ya que la propuesta Kasper está teniendo lugar en todo el mundo de manera no oficial, probablemente no habrá un cisma formal en la Iglesia después del pronunciamiento en marzo; sólo más protestas de los católicos fieles.
Probablemente el Papa escogerá este enfoque, antes que manifestar claramente que la propuesta Kasper es una solución factible; porque incluso él sabe que no debería llegar tan lejos. En su lugar, probablemente incluya un lenguaje que pueda ser interpretado de una manera ortodoxa, para arrojar un hueso a los católicos fieles; satisfaciendo sin embargo a los disidentes, incluyendo un lenguaje lo suficientemente ambiguo. Habiendo lanzado un hueso a los católicos fieles, dando a los católicos disidentes lo que quieren, y evitando un respaldo explícito a la propuesta Kasper, la Iglesia no será desgarrada en dos por un cisma formal, y todo el mundo seguirá su camino alegremente, o eso es lo que piensa Francisco.
Si así sucede, la exhortación apostólica de marzo muy bien podrá ser la corona en la cabeza de la atmósfera de ambigüedad de la iglesia postconciliar, entronizada por el Concilio Vaticano II.
Michael Lofton
Traducido por José Antonio Gutiérrez. Artículo original.