Maike Hickson | One Peter Five
Durante la Pascua, el Cardenal Christoph Schönborn, sacerdote y monje alemán a quien el Papa Francisco llamó «gran teólogo» y confió la interpretación pública de Amoris Laetitia, no solo declaró que bien podría imaginar una mujer elegida como Papa en el futuro, sino que dio una entrevista en la que parece expresar la creencia de que un futuro Concilio ecuménico podría aprobar la ordenación de mujeres al sacerdocio.
En una entrevista concedida el 1 de abril a un grupo de periodistas austríacos – algunos principalmente del periódico austriaco Die Presse, así como también del Salzburger Nachrichten – el Cardenal Schönborn hace varias declaraciones que muestran su propia apertura a la idea de sacerdotes casados, así como ordenaciones femeninas – desde mujeres ordenadas como diáconos hasta mujeres ordenadas como sacerdotes, e incluso a mujeres elegidas como obispos.
Cuando se le preguntó en esta entrevista del 1 de abril sobre la propuesta de un obispo austríaco para ordenar hombres casados y si estaría de acuerdo con él, el Cardenal Schönborn respondió con las siguientes palabras: «Las cuestiones organizativas son importantes y creo que hay espacio para la iniciativa, también cierto potencial necesario para el cambio”. Estas palabras dejan en claro que él acoge con satisfacción tales propuestas de cambio. El destacado cardenal austríaco y editor del Catecismo de la Iglesia Católica explica en este contexto de manera más concreta a qué se refiere cuando él mismo aborda el tema de las mujeres y dice que «una de las preguntas clave es el papel de la mujer en la Iglesia. Allí las comunidades religiosas en general tienen una necesidad de desarrollo».
El cardenal Schönborn agrega que desea «un mayor porcentaje de mujeres en posiciones de liderazgo» y luego plantea el tema de la ordenación femenina:
“El asunto de la ordenación [de mujeres] es un tema que manifiestamente solo puede ser aclarado por un concilio. Esto no puede ser solamente decidido por un Papa. Es una pregunta demasiado grande como para decidirse desde el escritorio de un Papa”.
Fue al Papa Juan Pablo II, en su carta apostólica de 1994 Ordinatio Sacerdotalis, a quien se le atribuye la última palabra de la Iglesia sobre la imposibilidad de ordenar mujeres al sacerdocio cuando escribió:
“Si bien la doctrina de que la ordenación sacerdotal debe reservarse solo a los hombres ha sido preservada por la constante y universal Tradición de la Iglesia y firmemente enseñada por el Magisterio en sus documentos más recientes, actualmente en algunos lugares todavía se considera abierta a discusión, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia»
¿Fue a esta carta a la que se refería Schönborn cuando dijo que el tema de la ordenación de mujeres «no puede ser decidido solo por un Papa» y que «es una pregunta demasiado grande» para ser decidida desde «el escritorio de un Papa»?
Es importante señalar aquí que si bien podría parecer que el cardenal está estableciendo un estándar alto para tal decisión, en realidad propone este paso, un concilio ecuménico, como una especie de cambio comunal revolucionario. De hecho, ni siquiera un Concilio podría decidir ordenar mujeres. Dado que Schönborn es cercano al Papa Francisco, nos hace preguntar si sus comentarios aquí mencionados indican planes futuros del Papa con respecto a las ordenaciones femeninas o incluso con respecto a un futuro concilio ecuménico.
Cuando se le preguntó si se refería aquí sobre la ordenación de mujeres como sacerdotes, Schönborn responde: «[Ordenaciones de mujeres] como diacono, sacerdotes y mujeres elegidas obispos.» Discutiendo el hecho de que el Papa Francisco no ha excluido la idea de ordenar mujeres como diáconos, Schönborn regresa a su tesis de que no sería «bueno» si el Papa decidiera sobre este asunto solo. «La Iglesia es una comunidad, las grandes decisiones deberían tomarse juntas».
Es en este contexto que el cardenal austriaco y actual arzobispo de Viena dice que desea
“que continuemos recorriendo el camino de la sinodalidad de la Iglesia [para tomar decisiones después de reuniones en una asamblea – en palabras de la Salzburger Nachrichten] que el Papa promueve mucho. Confío en que habrá un próximo Concilio– sea cuando sea. Juan XXIII reconoció en su tiempo el momento oportuno cuando nadie más lo esperaba. Confío en el Espíritu Santo”.
El Cardenal Schönborn también predice que la cuestión de los sacerdotes casados »seguramente se tratará» en el próximo Sínodo de la Amazonía, aunque también menciona que él mismo «no quiere tener que decidirlo». Repite: «Confío en el Espíritu Santo».
El cardenal Schönborn, al seguir discutiendo más ampliamente el asunto de los cambios dentro de la doctrina de la Iglesia, insiste en que existe «un principio tradicional, que es el progreso de la doctrina. En este momento, estamos experimentando un paso muy emocionante en el progreso de la doctrina», explica. Citando las propias palabras del Papa Francisco con motivo del 25 aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica, dice que «el progreso de la doctrina existe». Como ejemplo, el cardenal austriaco se refiere a la cuestión de «una clara condena de la pena de muerte» como “deseaba Juan Pablo [II]». «Pero «, agrega el cardenal,» el tiempo aún no era el conveniente. Ahora estamos en ese punto». (Como Steve Skojec explicó anteriormente, la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre la pena de muerte pertenece en realidad al terreno de la doctrina irreformable, y por lo tanto, un argumento de que la pena de muerte es siempre injusta es una afirmación herética).
Como otros ejemplos para el desarrollo de doctrinas «en diferentes niveles», Schönborn menciona a las niñas sirviendo como monaguillo, volviendo así al tema de las mujeres. Él enfatiza que «en otras iglesias cristianas, todavía es inimaginable que una mujer entre al área del altar» y señala que el Papa Francisco, hace un año y medio, puso la fiesta de Santa María Magdalena «en el mismo nivel que la fiestas de los Apóstoles”. «Uno podría decir que es algo pequeño. Pero muestra un cambio de conciencia».
A la luz de esta nueva entrevista de Semana Santa tal como fue llevada por Schönborn, podría ser apropiado recordar otra reciente entrevista inquietante. En enero de 2018, él habló con el periódico alemán Die Zeit en el que también abordó el tema del cambio de las enseñanzas de la Iglesia. Cuando se le preguntó qué pensaba del documento papal Amoris Laetitia, el cardenal dijo que el documento era «reconfortante».
Él explica este sentimiento diciendo que
“el gran documento precedente, Veritatis Splendor, de Juan Pablo II mostró, en cierto modo, un lado de la realidad, pero no tuvo en cuenta el otro [lado]. Juan Pablo II quiso decir que hay normas objetivas. Y eso fue absolutamente necesario. […] La segunda mitad fue dada por el Papa Francisco en Amoris Laetitia.
Cuando se trata de familias extremadamente pobres como las de América Latina, el cardenal agrega: «¡uno no puede solamente venir [a estas familias] con la norma objetiva!» Porque debe considerarse las «condiciones de vida» y los casos concretos.
Al mismo tiempo, Schönborn dice ambiguamente que «por supuesto, la norma permanece intacta. Después de todo no es una medida neutral, pero finalmente es la realidad». También quiere, junto con el Papa Francisco, «formar conciencias «, pero «no reemplazarlas».
El Cardenal Schönborn luego explicó que no cree que él necesite ser un puente entre el Papa Francisco y su predecesor, Benedicto XVI. «No creo que haya necesidad de un puente entre los dos. Son muy diferentes y están mucho más cerca de lo que uno frecuentemente piensa». Luego agrega que «el Papa Francisco ha dicho en repetidas ocasiones que valora mucho mi introducción a Amoris Laetitia, y la ha recomendado. Eso me hace feliz, por supuesto. Lo considero un documento excelente y muy importante, realmente útil para los cónyuges y las familias».
Con respecto a las dos entrevistas innovadoras recientemente facilitadas por el Cardenal Schönborn, nos viene a la mente una excelente descripción que proporcionó Sandro Magister sobre el modo de operación del Papa Francisco para generar confusión. Como Magister escribió el 5 de abril:
“En teoría, todos los medios del Vaticano deberían trabajar de común acuerdo para transmitir al mundo la fiel imagen del Papa.
Pero en la práctica esto no es lo que sucede. … incluso Francisco a menudo lo hace todo por su cuenta al comunicarse con el mundo, sin organizar nada con nadie. Y lo hace al menos de tres maneras:
– diciendo en público y en persona lo que quiere, sin pasar por ningún control precautorio o de inspección;
– haciendo que otros digan en público lo que les dice en conversaciones privadas;
– apoyando a personas que dicen lo que él mismo no dice ni en público ni en privado, pero está feliz que lo hayan dicho. [Énfasis añadido]
(Traducido por: Xavier P. Díaz/Adelante la Fe)