Catecismo de la crisis en la Iglesia: ¿Hay crisis? (I)

1- ¿Hay actualmente una crisis en la Iglesia?

Habría que taparse los ojos para no ver que la Iglesia católica atraviesa una crisis grave. Se esperaba durante los años 1960,  en la época del Concilio Vaticano II, una nueva primavera para la Iglesia, pero sucedió todo lo contrario. Miles de sacerdotes han abandonado su sacerdocio, miles de religiosos y de religiosas han retornado a la vida secular. En Europa y en América del Norte, las vocaciones son muy raras y ya no se puede contar el número de seminarios, de conventos y de casas religiosas que han tenido que cerrar. Muchas parroquias permanecen sin párroco y las congregaciones religiosas deben abandonar escuelas, hospitales y casas de ancianos. “Por alguna fisura, el humo de Satán se ha introducido en el templo de Dios”, tal fue el lamento del papa Paulo VI el 29 de junio de 1972.[1]

-¿Se sabe cuántos sacerdotes han abandonado su sacerdocio durante los años 1960? En toda la Iglesia, entre 1962 y 1972, 21,320 sacerdotes fueron reducidos al estado laico. No están comprendidos en este número los que han tenido negligencia para pedir su reducción oficial al estado laico[2]. Entre 1967 y 1974 de treinta a cuarenta mil sacerdotes abandonaron su vocación. Estos hechos catastróficos pueden apenas ser comparados con los acontecimientos que han acompañado a la susodicha “Reforma” protestante del siglo XVI.

-¿Ha habido un desastre análogo en las congregaciones religiosas? En lo que concierne a las congregaciones religiosas femeninas, veamos lo que cuenta el Cardenal Ratzinger, precisando que no es mas que un ejemplo. Québec, provincia francoparlante de Canadá, era, a principio de los años 60 la región que contaba, proporcionalmente, la mayoría de religiosas en el mundo.

Entre 1961 y 1981, a causa de las salidas, de los decesos y de la falta de reclutamiento, el número de religiosas pasó de 46 933 a 26 294. Una caída de 44% que parece imposible de parar. Las nuevas vocaciones, en efecto, han disminuido durante el mismo período al menos 98.5%. Se afirma en seguida que una buena parte del 1.5% restante no está constituido por las más jóvenes, sino por “vocaciones tardías”. Las simples previsiones permiten a todos los sociólogos coincidir en esta conclusión brutal pero objetiva: “Dentro de poco (salvo una reversa en la tendencia  de hecho improbable, al menos humanamente), la vida religiosa femenina tal como la hemos conocido  no será mas que un recuerdo en Canadá”[3].

-¿Esta situación no esta mejorando hoy, y no podría considerarse que la crisis está actualmente atrás de nosotros? En Francia había, durante los años 1950, aproximadamente mil ordenaciones sacerdotales cada año. En los años 1990, no había más que una centena por año; y las entradas a los seminarios continúan en declive. En Alemania, el año de 1996 ha representado un nuevo récord mínimo de candidatos al sacerdocio. Los seminarios y órdenes religiosas no contaron mas que 232 entradas. En 1986 todavía había 727[4]. El número de religiosos en el mundo continúa disminuyendo[5].

¿Esta crisis ha tocado también a los fieles? En 1958, 35% de los franceses asistía a Misa cada domingo; hoy en día, son menos del 5% los que lo hacen, y casi siempre personas mayores. En 1950, más del 90% de los franceses estaban bautizados desde niños; hoy en día menos del 60% lo son.

– ¿No han aumentado en Francia los bautismos de adultos? Algunos miles de bautismos de adultos no podrían compensar una disminución de centenas de miles de bautismos de niños (tanto mas que la perseverancia de los nuevos bautizados deja mucho que desear). En tanto que, en Francia, si hay un promedio de 12 500 conversiones por año, hay mas del doble de conversiones al islam (30 000 por año).

-¿El caso de Francia es verdaderamente característico? Se encuentra el mismo desinterés por la Iglesia en toda Europa. Entre 1970 y 1993, 1.9 millones de Alemanes han dejado oficialmente la Iglesia Católica. El odio o la cólera no son los motivos más frecuentes sino simplemente la indiferencia. La Iglesia ya no le dice nada a los hombres, ya no tiene importancia para ellos en su vida, y es por eso que la han abandonado, para economizar el impuesto eclesiástico. A este ritmo, la religión católica se convertirá en una religión de una pequeña minoría. Alemania, según palabras de Karl Rahner, corre el peligro de convertirse en una tierra pagana con un pasado cristiano con algunos restos de cristianismo.

-¿Por lo tanto no se puede decir que esta crisis terrible sea solamente local, golpeando Europa Occidental y América del Norte, pero respetando  América Latina, Africa, y Asia, donde, al contrario, el catolicismo parece particularmente dinámico? Ciertas cifras pueden hacer creer que la crisis no es mas que local. El Anuario pontifical señala, por ejemplo, que el aumento que el aumento de los seminaristas y de ordenaciones en los países del Tercer Mundo compensa largamente la disminución constatada en los países occidentales. En realidad, la crisis es universal, aunque no se manifieste de la misma manera ( en los países pobres, donde el sacerdocio representa una promoción social se reclutan muy fácilmente las vocaciones; ¿pero de qué calidad?. América Latina, por ejemplo, que pasa por ser un bastión del catolicismo, está pasando actualmente al protestantismo más rápidamente que Alemania lo hizo en el siglo XVI. En 1900, se contaban en Brasil 3% de protestantes. Actualmente son 16% de protestantes y su número no deja de crecer. Cinco iglesias pentecostales son creadas en promedio en Río cada semana. El padre Franc Rodé, secretario del consejo pontifical para el diálogo con los no creyentes, estima en 1993 que la Iglesia perdía cada año 600 000 fieles latino-americanos. Otras fuentes proveen estimaciones mas graves todavía: 8 000 católicos pasarían diariamente a las sectas[6]. Se considera que en Chile, desde 1960, 20% de la población se ha unido a las sectas protestantes y 30% en Guatemala (en quince años, de 1960 a 1985, el número de protestantes se ha multiplicado por siete en este país).

2. ¿Esta crisis es una crisis de fe?

La fe cristiana parece estar desapareciendo en Europa. Las verdades fundamentales como la fe en Dios, la divinidad de Jesucristo, el cielo, el purgatorio y el infierno son cada vez menos creídos. Lo más inquietante es que estos artículos de fe son negados hasta por personas que se dicen católicas y frecuentan regularmente la iglesia.

-¿Se tienen cifras para ilustrar esta crisis de la fe? Sin ser perfectamente fiables, las encuestas son representativas de las grandes tendencias de la sociedad. Según una encuesta reciente[7], solamente el 58% de los Franceses creen en la existencia de Dios cierta o probable (contra el 61% en 1994); 65% (y 80% de los 18 a los 24 años) dicen “no creer del todo” en un Dios en tres personas, y 67%  “no creen del todo”  en el infierno (contra 48% en 1994); solamente el 12% de católicos dicen creer “de hecho” en el infierno (16% cree “un poco”; 72% no cree); incluso entre los católicos practicantes regulares, las cifras son catastróficas: solamente el 23% cree firmemente en el infierno, mientras que el 54% no cree; en contraparte, 34% de estos mismos practicantes regulares creen “de hecho” que Mahoma es un profeta, mientras que sólo el 28% no cree (35% lo cree “un poco”, los otros no saben). Hoy en día, solo el 10% de los franceses creen que su religión es la única verdadera. “Se mide la amplitud del cambio si sabemos que la mitad de los católicos pensaban en 1952 que existe una sola religión verdadera” subraya el sociólogo Yves Lambert[8]. Asimismo, en Valais, 81.3% de los católicos estiman que todas las religiones llevan a la salud eterna[9].

-¿Qué lección podemos sacar de estas cifras? Estas cifras manifiestan que la crisis es en primer lugar una crisis de fe. No solamente el número de aquellos que estiman pertenecer a la Iglesia disminuye,  sino también ¡la mayoría de los que son oficialmente miembros de la Iglesia no poseen ya la fe católica!. El que niega una verdad de fe ha perdido la fe, porque la fe es un todo y debe ser recibida como un todo. Entonces, si el 72% se niega a creer en el infierno, no hay mas que un católico entre tres que tiene fe.

3. Esta crisis es también una crisis moral?

La crisis de los mores acompaña la crisis de la fe. Mientras que San Pablo recuerda a los cristianos que deben, por su manera de vivir, brillar en medio de una generación corrompida como las estrellas en el universo (Fil. 2, 15), podemos decir que los cristianos actuales que su género de vida no difiere en nada de los hijos de este mundo, de los incrédulos. Su fe frágil y vacía de su sustancia no tiene la fuerza de influenciar su vida, menos de formarla.

¿Cuál es la unión normal entre la fe y la moral? El hombre, debilitado por el pecado original, tiene siempre la tendencia de dejar libre curso a sus pasiones y dejar que tomen el control de sí mismo. La fe cristiana, al contrario, muestra al hombre lo que Dios espera de él  y cómo debe conducir su vida conforme a la voluntad de Dios. El hombre conoce por la fe las promesas que puede esperar si observa los mandamientos de Dios, pero también conoce las penas con las que Dios lo castigará si se desvía. La fe y los sacramentos dan al hombre la fuerza de vencer sus malas inclinaciones y de entregarse completamente al bien y al amor de Dios.

-¿Cuáles son las consecuencias morales de una crisis de la fe? Si la fe desaparece, el hombre, no creyendo mas ser llamado a la perfección moral y a la vida eterna cerca de Dios,  se entregará ventajosamente al placer desordenado de esta vida.

-¿La crisis actual de mores atenta también contra los católicos? Esto es lo que experimentamos hoy en día. Fidelidad, pureza, justicia, espíritu de sacrificio, etc, ya no son, incluso entre los católicos, valores incontestables. De cada tres matrimonios, uno termina después de cinco o diez años en divorcio, y se sabe que un segundo matrimonio después del divorcio es solicitado por un número cada vez más grande de católicos. La revista Herderkorrespondenz  de marzo de 1984 dio a conocer que, en el Tyrol católico, 84% de la población rechaza la enseñanza de la Iglesia sobre la contracepción, y que, entre los 18-30 años, la adhesión plena es casi nula (1.8%). En Valais, 81.5% de los católicos estiman que las personas divorciadas y casadas en segundas nupcias deben poder comulgar[10]. En Francia, en el año 2003, un cuarto de los católicos practicantes declararon que, para ellos, “la idea de pecado no significa gran cosa”.

4.- Actualmente existe también una crisis en el clero?

La falta de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa así como las numerosas defecciones manifiestan la crisis profunda que prevalece aquí también. El clero,  donde numerosos miembros han perdido la fe, no están en condiciones de comunicar esta fe y de entusiasmar a los hombres por ella.

-¿Cuál es la relación entre la crisis de la fe y la crisis del clero? La crisis del clero es la causa de la crisis de la fe entre los fieles.  Si la fe de los católicos que asisten regularmente a la Misa dominical está en un estando tan lamentable, la causa no puede venir sino de una predicación defectuosa. Si los sacerdotes enseñaran regularmente la fe católica, la situación sería otra completamente. Los hombres no han perdido la fe solos; la han retirado del catecismo y de los púlpitos. Desde que en los sermones, durante años, las verdades de la fe son puestas en duda, relativisadas e incluso abiertamente negadas, ¿cómo sorprenderse que los fieles pierdan la fe?. Los más jóvenes ni siquiera la han conocido.

-¿Podría darnos un ejemplo de esta mala enseñanza dispensada por el clero? Hoy en día, no es raro que en niño que hace su primera comunión ignore que Nuestro Señor Jesucristo está verdaderamente, realmente y substancialmente presente en la Eucaristía; lo ignora porque su cura no cree tampoco en este misterio. En Comment nous vivons, libro de instrucción religiosa en Alemania, podemos leer: “Cuando los cristianos comparten su comida con Jesús, van al altar. El sacerdote les da un pequeño pedazo de pan. Ellos comen el pan”[11]. Este libro de instrucción religiosa ha recibido el imprimatur y ha sido autorizado por los obispos alemanes!.

-¿No está mejor la situación en Francia? Si el 34% de los católicos practicantes regulares franceses creen “de hecho”  que Mahoma es un profeta, y 35% lo creen “un poco” (hace un total de 69%), se nota que la cifra es mucho mas baja en los católicos no practicantes (21% y 22%, un total de 43%). Sobre este punto, los no practicantes son entonces más católicos que los practicantes. Esto trae a la evidencia la enseñanza dispensada por la Iglesia. De hecho, algunos obispos franceses han dado Iglesias a los musulmanes, y el Papa Juan Pablo II ha besado el Corán el 14 de mayo de 1999[12].

-¿La crisis del clero es también una crisis moral?  La crisis por principio es una crisis de la fe, pero en un clero donde la fe es tan frágil, evidentemente no tiene la fuerza para guardar el celibato, lo que sólo es posible para aquellos animados de una fe viva y un gran amor a Jesucristo. No es un secreto para nadie que actualmente un gran número de sacerdotes mantienen relaciones pecaminosas con una mujer, de manera más o menos pública; se enteran regularmente que un sacerdote ha abandonado su puesto, alegando que no guardaba el celibato desde hace años. Y a este respecto, la situación del clero en el Tercer Mundo (donde el número de sacerdotes aumenta) no es mejor.

-¿Estas defecciones de sacerdotes no son voluntariamente mediatizadas a fin de obtener la supresión del celibato de los sacerdotes?Es evidente que el celibato desvía a numerosos jóvenes del sacerdocio; pero en lugar de polemizar sobre esta materia, deberían preguntarse porque numerosos hombres ofrecían antes voluntariamente este sacrificio, mientras que éste no es el caso hoy en día.

5.- ¿En que difiere la presente crisis de las que ha sufrido la Iglesia en el pasado?

La presente crisis en la Iglesia se distingue de las precedentes principalmente en que son las mas altas autoridades de la Iglesia quienes la han provocado, quienes la prolongan y quienes impiden que se tomen medidas eficaces para resolverla.

-¿No ha habido ya graves crisis en la Iglesia? En la Iglesia ha habido crisis frecuentes. Ha habido sacerdotes, obispos y hasta  papas que no han llevado siempre una vida conforme al Evangelio. La inmoralidad y la indisciplina del clero han nublado con frecuencia a la Iglesia. De tiempo en tiempo ha habido sacerdotes y obispos que se han separado de la verdadera fe. Pero nunca como en nuestra época los errores y la negación pública de las verdades de la fe se han extendido gracias a la tolerancia, la aprobación y hasta la actividad de las autoridades romanas y del episcopado mundial. Esto es lo que le da un carácter particular a la crisis actual, que es favorecida por las más altas autoridades de la Iglesia, papas incluidos.

¿Este carácter singular de la crisis actual ha sido reconocido por las autoridades de la Iglesia? El mismo Paulo VI ha pronunciado en 1968 la frase bien conocida, donde dice que la Iglesia se encuentra en una fase de “autodestrucción”:

“La Iglesia se encuentra en una hora de inquietud, de autocrítica, diríamos hasta de autodestrucción: Es como una convulsión interior, aguda y compleja, la cual nadie se hubiera esperado después del Concilio […]. Como si la iglesia se dañara a ella misma[13]

Padre Matthias Gaudron

[1] .- DC 1972, no 1613, p. 658.

[2] .- Georg MAY, Die Krise der Nachkonziliaren und wir, Viena, Mediatriz.Verlag, 1979, p. 50

[3] .- Cardenal RATZINGER et Vittorio MESSORI, Entretien sur la foi,  París, Fayard, 1985, p. 117-118.

[4] .- Osterhofener Zeitung, 19 de abril de 1996.

[5] .- Deutsche Tagespost, 13 de agosto de 1998.

[6] .- Présent, 22 de mayo de 1993

[7] .- Encuesta CSA- La Vie- Le Monde. Realizada en marzo del 2003.

[8] .- Informe de el INSEE, Dones sociales –La société française, (ed. 2002-2003), estudio de Yves LAMBERT (del CNRS) sobre “la religión en Francia desde los años sesenta a nuestros días. El autor nota que la gran ruptura se remonta a los años sesenta y cinco, con un retroceso tanto en las actitudes como en las prácticas religiosas. La pertenencia religiosa resiste sin embargo en un primer tiempo y no conoce una primera desconexión hasta 1975-76.

[9] .- Encuesta realizada por el instituto Link, en septiembre de 1990.

[10] .- Instituto Link, 1990.

[11] .- Wie wir Menschen leben, Ein Religionsbuch, Herder, 1972, p. 78. El imprimatur fue otorgado el 17 de enero de 1972 por el vicario general de la diócesis de Fribourg-en-Brisgau, Dr. Schlund.

[12] .- Ver Le Sel de la Terre 31, p. 186. (NDLR).

[13] .-PAULO VI, discurso del 7 de diciembre de 1968 en DC 1969, no. 1531, p.12.

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