Volviendo a esta cuestión que está siendo muy debatida en los foros (pastorales y en redes sociales)…..hace unos días publiqué un artículo sobre atajar el problema en las CAUSAS y no solo tratar las CONSECUENCIAS como si ya fuera un hecho consumado (las situaciones irregulares) ante el cual desde no pocos sectores eclesiales parece darse un espíritu de «rendición» ante la corriente mayoritaria laicista. Ahora pretendo tocar el problema desde la REALIDAD PRESENTE, es decir: mientras debatamos en sínodos sobre cómo poder acceder a la Eucaristía desde situaciones de vida irregular resulta que YA ESTÁN COMULGANDO!!!!!……y además sin sentido alguno de pecado.
Y para ello vuelvo a recordar básicamente las TRES situaciones de vida irregular (o sea, vida en Pecado GRAVE que solo puede ser perdonado en confesión si hay decisión de TERMINAR con esa situación):
1: Divorciados (de un matrimonio canónico) vueltos a casar por lo civil
2: Casados por lo civil
3: Novios que viven juntos antes de casarse (parejas «de hecho»)
PD: Por supuesto que hay más situaciones de vida irregular en relación a otros mandamientos de la ley Divina, pero aquí tratamos sobre lo que está ahora más en boga. Y digo ésto porque es muy habitual, desde ambientes modernistas, lanzar la crítica a la doctrina moral católica en materia de afectividad colocando enfrente a la justicia y caridad. Y todo está unido. No separemos.
Pues…abramos los ojos y veamos la realidad aunque no nos guste: En no pocas parroquias (sobre todo en países occidentales) estas personas acuden a comulgar sin sentido alguno de pecado y sin que NADIE les advierta de que no pueden hacerlo. Y les voy a ilustrar con un ejemplo que me sucedió a mi como sacerdote el año pasado (sin dar datos concretos por prudencia): yo estaba en otra parroquia (no la mía) invitado a un acto penitencial con motivo de la cuaresma. Cuando se acercó una persona a confesar, antes de iniciar hablamos un poco y me comentó su situación irregular (casado por civil). Le dije que para confesar y comulgar antes debía casarse por la Iglesia. Y me respondió, sorprendida, de que yo era el primer sacerdote que le decía eso cuando hasta DOCE sacerdotes que conocía le habían dicho que comulgara sin problema con los más absurdos argumentos (que si lo hacía en conciencia, que hay matrimonios civiles que se aman más que los canónicos,…..etc). Bien, esto es un ejemplo, pero creo que es muy significativo.
También puedo contar que a otras personas a las que he advertido que por su situación no deben comulgar me han respondido con que se irán a otras parroquias donde si se lo permiten. Yo sólo puedo responder a eso que «peor para usted y mucho peor para el que le da permiso por el gravísimo pecado que comete».
La cuestión es que «esto» sucede aquí, allí, allá……….¡ABRAMOS LOS OJOS QUE NO ESTAMOS EN PRIMAVERA!……si bien el problema hay que atajarlo en las CAUSAS (recuperando la catequesis y formación católica sin complejos) también es preciso afrontar el PRESENTE de manera que, por parte de todas aquellas personas con responsabilidades formativas (Sacerdotes, Catequistas, Formadores, Profesores de religión…..etc) se recuerde que vivir en situación irregular IMPIDE recibir la comunión ya que no se puede comulgar en pecado mortal porque es un SACRILEGIO.
Si: digamos eso de manera fraterna, amable, pastoral…………..pero sobre todo: digámoslo para no caer nosotros en PECADO DE OMISIÓN que será GRAVE cuando dejemos de advertir a los demás del Pecado Grave.
Por tanto en la acción pastoral ante este problema habría que concretar tres ámbitos de actuación:
1. Causas del problema. Recuperando la catequesis católica sobre moral sexual y pureza, para los que se preparan al matrimonio.
2. Presente del problema. Recordando la doctrina católica a los que hoy reciben la comunión sin conciencia de pecado.
3. Consecuencias del problema. Buscando soluciones desde la conversión personal y en continuidad con la catequesis que aborda las causas y el presente.