Desde que empezó toda esta historia del coronavirus, y conforme empeora, no paro de recibir y de ver, hora sí y hora también, todo tipo de mensajes y cadenas del tipo: “reenvíalo recemos 100.000 ave maría para detener el virus”, “unámonos al papa que va a exponer al Santísimo y su poder detendrá todo”, “a las siete de la tarde recemos a san cucufato, poderoso intercesor en la peste de no se que año”, y así, miles y miles.
Que nadie se lo tome como una crítica personal, entiendo y salvo por supuesto la buena intención de quien envía estas cosas, pero, sinceramente, no es este el mensaje adecuado a lanzar a un mundo pecador hasta la médula, que pareciera que somos ajenos a la culpa del castigo de lo que pasa; como si la solución fuera tomar a la religión y los sacramentales como una especie de “amuleto” a azuzar en estos momentos.
Si usted quiere ayudar al mundo, y a la Iglesia, por favor, divulgue el mensaje que DE VERDAD necesitan oír: CONVERTÍOS, hemos pecado, el mundo y los hombres de iglesia se han corrompido, somos merecedores de cualquier castigo divino, detengamos esto, CONVERTID de verdad vuestras almas, volved a la Fe verdadera, arrepentíos, confesaros y cuando la gracia inunde el mundo, todo se detendrá.
Todo lo demás… puro fetichismo piadoso.