¿Adoctrinamiento kasperoso para la Archidiócesis de Chicago?
Ayer, una revista “progresista” radical americana publicó algo que es en parte una larga entrevista, y en parte un intercambio entusiasta de alabanzas y una reunión interesada, con el Arzobispo Blase Cupich, sin duda el nombramiento más importante del Papa Francisco (hasta ahora) para el episcopado de Estados Unidos. Tras leerlo, sólo podemos decir una cosa a nuestros amigos de Chicago: les tendremos presentes en nuestras oraciones.
Cuatro de los pasajes más importantes de la entrevista («BC» es «Cupich»). Las negritas son de Rorate:
Sobre cómo enfrentarse al declive general de la Iglesia en Estados Unidos:
Sin embargo, podemos hacer algunas cosas. Por ejemplo, creo que la gente notará que estamos siendo buenos administradores cuando no tenemos miedo de tomar decisiones duras sobre la reconfiguración de las parroquias y escuelas para emplear los recursos limitados de forma que beneficien a la mayor parte de la gente. La buena administración es muy importante. No debemos tener miedo a tomar decisiones difíciles porque a la gente le gusta la buena administración.
La otra pieza es encontrar formas de vendar las heridas de la gente, llegar a aquellos que se han alejado de la iglesia por un motivo u otro—y ser muy programáticos para encontrar formas de invitarlos a volver. Cuando se trata de la gente joven, deberíamos vencer la tendencia de la sociedad que quiere ir por libre. Creo que la escena del libro de Robert Bellah Habits of the Heart en la que se pregunta a una mujer llamada Sheila sobre su propio sistema de creencias, y ella lo llama “Sheilaismo.” Debemos enfrentarnos a esto. La forma de hacerlo no es diciendo, “El problema es que no vas a Misa”. Se trata más bien de decir, “Tenemos la oportunidad de mejorar la sociedad y contribuir al bien común. Trabajamos para los pobres. Ven y trabaja para los pobres con nosotros”.
El Papa Francisco se reunió recientemente con la Comunidad del Papa San Juan XXIII, que se creó en los años 60 para afrontar el problema de la gente joven que se alejaba de la iglesia. Lo que hizo este grupo fue decirles, “No vamos a agobiaros con que asistáis a la iglesia. Pero ahí están los pobres. Vamos a trabajar por los discapacitados”. Ha sido una asociación pública de fieles durante casi cincuenta años. El Papa Francisco celebró su trabajo. Hay muchas formas de hacerlo.
Sobre el Sínodo de 2014:
[Entrevistador]: La ética del acompañamiento parece haber guiado los designios del papa del Sínodo Extraordinario de la Familia. Algunos obispos expresaron cierta confusión sobre esta reunión, tanto si se debía a la cobertura mediática del sínodo o a lo que sucedió en realidad.
BC: No es culpa de los medios en absoluto. Creo que los medios informaron de lo que sucedió en realidad. Lo que realmente sucedió en el sínodo fue que una mayoría de los obispos votaron por todas las propuestas que estaban allí en el documento final. Y creo que el Cardenal Timothy Dolan lo dijo en la reunión de obispos de noviembre. Es cierto que tres de los párrafos [sobre el divorcio y sobre los homosexuales] no obtuvieron los dos tercios de apoyo, pero consiguieron más de la mayoría. Esto es lo nuevo. Eso es lo que pasó. Esos temas candentes habían sido subrayados, y la mayoría de los obispos del sínodo votaron por las propuestas que decían que necesitábamos considerar aspectos de estos temas.
El papa cree firmemente que el espíritu del Señor resucitado está trabajando en medio de nosotros y está vivo en los corazones de la gente—y no podemos apagar esa voz. Tenemos que buscar formas de escuchar cómo está trabajando el Señor en las vidas de la gente. Por eso es por lo que el papa dijo a los padres sinodales, “No vengan al Sínodo a decir ‘No se puede decir esto’”—porque puede ser el espíritu de Cristo el que está pidiéndonos que hablemos de estas cosas. Y tenemos que escucharlo.
Promover la teología kasperosa y la teología de la «Relatio» del Sínodo 2014 en Chicago:
[Entrevistador]: El Vaticano ha desarrollado otro documento para los obispos del mundo ante el sínodo del próximo mes de octubre, pidiéndoles que aporten más ideas de la gente. ¿Cómo piensa usted llevar a la práctica esto en Chicago?
BC: Me he reunido con el consejo archidiocesano de mujeres, el liderazgo del consejo presbiterial, y mi consejo pastoral archidiocesano. Les he dado la relatio del sínodo [el documento final] y les he pedido que propongan una forma que pueda ser efectiva—no necesariamente extendida—de consulta con sus distintos componentes, de forma que yo pueda informarme, y nuestros sacerdotes también para hablar de forma expresiva a nuestros fieles. Esto ayudará a responder a la Santa Sede. También me ayudará para hablar con mis hermanos obispos sobre esto, ya que probablemente vamos a tratar este tema en nuestra reunión de junio.
Lo que hice el año pasado en Spokane quiero hacerlo aquí también. Vamos a tener una presentación de un día de duración para sacerdotes sobre dos cosas: primero, ¿cuáles son los temas canónicos aquí? Un buen canonista te dirá que hay varias formas en las que podemos ser sensibles a las necesidades de nuestra gente. El Cardenal Walter Kasper dio una charla sobre esto a los cardenales el año pasado, que se ha publicado en forma de libro llamado El Evangelio de la Familia. En Spokane, yo entregué a todos mis sacerdotes una copia. Después llevé a un sacerdote que conoce la teología del Cardenal Kasper bastante bien, Msr. John Strynkowski, y él les ayudó a entender lo que dice Kasper.
Y sobre la doctrina:
[Entrevistador]: Las deliberaciones del sínodo también plantearon cuestiones teológicas subyacentes sobre la doctrina. ¿Qué cree usted que dice el proceso del propio sínodo sobre la naturaleza de la enseñanza de la iglesia?
BC: La nuestra es una tradición viva. Siempre lo ha sido. No hay ningún momento de la historia que pueda idealizarse tanto que perjudique la idea de que la tradición está viva. Es una tradición viva no por nada de lo que nosotros digamos, sino porque Cristo resucitado siempre está haciendo algo nuevo en la vida de la iglesia. En la Evangelii gaudium del Papa Francisco, hay un capítulo entero en el que habla de la idea de que Cristo está siempre haciendo algo nuevo en las vidas de sus fieles mientras les acompaña.
[Traducido por Blanca Lozano. Artículo original]