Los Arzobispos electos, además de presentarse a sus futuras ovejas con un comunicado breve, una vez conocido su nombramiento, se prestan de inmediato a conceder entrevistas a la prensa local. Mala cosa es que lleguen ya el primer día con pastiches y/o comentarios desafortunados. Pero aunque lo sean, sirven para detectar algo del “ambiente” que los ha llevado hasta allí. Y por supuesto las consignas que llevan en la mochila. Los nombramientos de los obispos los hace el Papa. Sí, ya. Pero se sabe que en realidad los hace la política, los dimes y diretes, las luchas y peleas de los diversos grupos,… aunque dejando en el pueblo cristiano la sensación de que nunca se trata del bien de las almas. Asunto bien olvidado ya desde hace muchos años. En los dos nombramientos de esta semana, parece que se pueden descubrir en el fondo, un par de cuestiones que andan por la trastienda.
Para Zaragoza, un obispo más bien joven, ni del ala izquierdosa ni del ala conservadora (suponiendo que haya alguien así en la Conferencia Episcopal). Pero que tiene que hacer frente a un monumental problema de luchas internas entre el clero, así como ciertos aspectos de otros problemas que andan coleando sin solucionar. Y problemas que pueden estallar. Ellos sabrán. Pero parece que quiere llegar con “desenfado” episcopal. Y sus primeras declaraciones admite la posibilidad del sacerdocio femenino. Estupendo. Así ya no puede la prensa calificarlo de carca o conservador. Buen comienzo para la galería.
Para Burgos, un Obispo también joven, con fama de conservador. Será recibido sin problemas entre el clero burgalés, aunque a muchos no guste . No son peligrosamente combativos los curas aquí. Eso se reserva para el clero vasco. Muy bien preparado, médico, puesto en su día en Bilbao para compensar los obispos antecesores más bien izquierdistas. Pero ahora los vientos han cambiado, así que hace unos años se le puso a un auxiliar ad-hoc, simpatizante del mundo separatista, que le podrá suceder de inmediato. Primeras declaraciones del neo arzobispo de Burgos: Mi obispo auxiliar esté perfectamente preparado para ser obispo de Bilbao. Y es que los planes pasan por volver a las diócesis vascas de los tiempos de Setién, Larrauri, Uriarte y demás. Pronto saldrá Munilla hacia alguna diócesis a-problemática y después le seguirá Elizalde hacia otro destino similar. Los nombramientos van despacio, pero están pensados y hechos. Al fin y al cabo, los olfatos de la nunciatura y de la Santa Sede, olisquean que España va hacia unos tiempos nuevos. Hacen falta obispos vascos de pedigrí. Y hay que tener preparados los peones.