El Buen Pastor Modernista

Decía el Señor cuando hablaba del Buen Pastor, que una de sus características principales (vaya si lo es), consiste en no abandonar a sus ovejas. En contraste con los malos pastores, que salen pitando en cuanto ven que algún lobo, lobito o lobezno anda rondando en busca de aperitivo. 

Efectivamente, el buen pastor las alerta, avisa, agrupa y recoge en el aprisco: – ¡Cuidado chicas que viene el peligro! Mucho ojo, porque estos lobos son peligrosos y se pueden acercar con una piel de cordero. No seáis tontas ni ingenuas. Y las ovejas siguen al pastor, porque saben que las quiere salvar.

Hasta aquí la doctrina de Jesús.

Claro que el problema de los actuales criterios eclesiásticos es que si todas las ovejas tienen derecho a pensar lo que quieran y los pastores piensan lo que quieren; si hay que aplicar el discernimiento y la comprensión por encima de la doctrina, entonces el cuidado de las ovejas será relativo, con la relatividad que lo sea el cacumen de los susodichos.

Ahora, como resulta que los homosexuales -por poner el ejemplo de más actualidad-, son dignos de todo, se les puede dar la comunión, se les bendice y se les mima, se les lleva a buenos lugares -para que pasten a su gusto en verdes pastos- y se les dice que Dios está encantado con su “orientación”,  la llegada de un lobo homosexual rondando por el rebaño y vestido con piel arco iris, ya no preocupa al pastor (y menos si también él es arco iris), y no tiene por qué sentirse molestado el rebaño. Nos decía Fray Gerundio con su habitual humor, que lo que debe hacer este buen pastor de nuevo cuño, es alertar a las ovejas arco iris de que llega un lobo rígido anti-gay. Y no cabe duda que en esta línea sí hay “buenos pastores” entre la jerarquía.  Abandonan a las rígidas en vinagreta y se van de juerga con los lobos y ovejas arco-iris.

Los obispos alemanes, por ejemplo, avisarán a sus ovejas germánicas de que anda rondando por ahí un lobo homofóbico. Y cuando alguna pobre oveja se dirija a la Santa Sede a preguntar qué se piensa en la Cátedra de Pedro sobre este tema, se la señalará como rigorista y quisquillosa, no se le dará contestación alguna y se le acusará de querer romper el diálogo y el puente, la misericordia y la magnanimidad. Y por supuesto que Roma no se definirá, ni aclarará, ni castigará, ni se pronunciará. Le dirá al “hermano Marx” que siga siendo tan santo y tan honesto, ya que no se puede prescindir de su presencia en Alemania.

Los obispos catalanes, segundo ejemplo, alertarán a sus ovejas indepes, de que anda por ahí un Lobo Nacional, lo cual es terrible para el rebaño catalán, ansioso por los buenos pastos de la autodeterminación. Lo mismo es un lobo con vox de oveja. Y por eso la pomposa Conferencia Episcopal Tarraconense emite -en el momento oportunista, claro-,  una nota en la que declara lo estupendo que es ser misericordiosos  con los sedicentes que quieren romper la unidad de España. Nótese que no lo hace la Conferencia Episcopal Española, que se reserva para cualquier otro momento “oportuno”, según vayan los vientos alisios. A pesar de que la Conferencia Episcopal Tarraconense teóricamente no existe y se la han sacado de la manga, alguna Comisión Permanente dirá por ahí que ese es un problema propio del mundo catalán y ellos no opinan sobre el tema.

Algunos Obispos norteamericanos, tercer ejemplo, han salido en defensa de que a los abortistas no se les puede dar la comunión. Por primera vez, unos pocos se han definido claramente en contra de Biden (después de darle la coba antes de las elecciones, claro). Los chicos de Roma en la Conferencia, con la fuerza que les da el ser amiguetes del Jefe, dicen que nanai del paragüay. Que negar la Comunión a abortistas en un disparate, pues precisamente Cristo ha venido a salvar a los necesitados. Y quieren boicotear esta decisión de algunos de sus queridos hermanos en el episcopado. Aunque sea por una vez y sin que sirva de precedente hay algún obispo que tiene claro cómo actuar. Pues bien,  tampoco la Santa Sede se ha definido sobre el tema. Ni una sola palabra CLARA sobre el asunto. Debería Su Santidad haber alertado a sus ovejas norteamericanas, de que anda rondando el rebaño el lobo Cupich de Chicago con sus mariachis. Pero no.

Lo gracioso es que ahora se ha encontrado de repente con que Biden está por Roma y quería ir a una misa de Francisco y éste ha dicho que no. Ja, ja. Por una parte alienta a los suyos a que le den la comunión y por otra no quiere que le vean a él dando la comunión a este malvado presidente, que pronto va a tener que dar cuentas al Altísimo. Llamada a Chicago: -Cupich, porfa, haced vosotros el trabajo sucio que yo tengo que disimular. Para eso soy el Jefe, que ya lo dijo el Concilio Vaticano I, capito?

De esta forma, y en la más pura línea modernista, la alegoría del Buen Pastor tiene su correcta interpretación en estos días. Efectivamente, el Buen Pastor Modernista, da la vida por sus ovejas gays, independentistas, abortistas y sacrílegas. Mientras alerta de la llegada de los lobos tradis y rigoristas. Que Fray Gerundio nos ayude desde el Cielo.

Fray Luco

Fray Gerundio de Tormes
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