El 10 de julio ppdo., a primera hora de la mañana, Vincent Lambert murió de hambre y sed después que los médicos le interrumpieron la alimentación y la hidratación, no obstante la oposición de multitudes a favor de la Vida que se manifestaron en todo el mundo.
“En este triste día, rezo por el eterno descanso del alma de Vincent Lambert”, twiteó el Cardenal Sarah, “que murió mártir, víctima de la aterradora locura de los hombres de nuestra época. Rezo por su familia y sobretodo por sus padres, tan valientes y tan dignos. No tengan miedo. Dios está observando.”
El Cardenal Sarah, que nació en Guinea, es Prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos.
En su libro The Day is Long Spent, que será publicado en inglés en el mes de septiembre por la editorial Ignatius Press, el Cardenal escribe: “Europa parece programada para la autodestrucción.” El problema que él ve es que Occidente “parece odiarse”, mientras la Iglesia Católica parece estar en medio de la apostasía interna.
Los médicos afirmaron que había sufrido daños cerebrales irreversibles en consecuencia de un choque automovilístico casi fatal en el 2008, colisión que además lo dejó terapléjico. En un video, sin embargo, Lambert daba señales de estar vivo y de reaccionar ante las interacciones con su familia.
“En mayo, cuando supo de su muerte planificada, lloró”, según dijo su madre Viviane.
Mientras estaba luchando para impedir que su hijo muriera de hambre, explicó: “Vincent duerme de noche, se despierta de día y me mira cuando hablo”, según la agencia Reuters. “Solo tiene necesidad de ser alimentado con un dispositivo especial y su médico quiere privarlo de ello en orden a que pueda morir, mientras los expertos legales han demostrado que esto no es necesario.”
En mayo dijo: “Vincent está yendo bien. No está en el fin de su vida. Solo tiene necesidad de algo para beber y comer y de un poco de amor.”
Lambert sobrevivió 31 días sin comer y con tan solo 500 ml. de agua por día antes que un tribunal ordenara al hospital volver a darle de comer.
El 2 de julio los médicos comenzaron a negarle alimentación y agua después que un tribunal de apelación francés estableció que los tubos de alimentación podían ser removidos.
Tómese en cuenta que en muchas jurisdicciones dejar morir de hambre a un animal doméstico constituye un delito. Pero evidentemente la vida de un animal tiene más valor que la de un ser humano.
Vincent, como así también Charlie, Alfie, Isaiah y quien sabe cuantos otros han fallecido como mártires del mundo loco en el cual vivimos, víctimas de la eutanasia, víctimas de una cultura que solo empuja hacia la muerte. (Chiara Chiessi)
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