Carta de un niño que no encontró a Jesús en su Primera Comunión

Querido Jesús, como sabes hace dos semanas hice la primera comunión y te escribo extrañado, porque me dijeron que estarías allí, pero no viniste, y me encuentro muy desilusionado. Te escribo a escondidas pues no quiero que mis papás se enteren, sólo es entre nosotros dos. No sé qué te pasó, no te echo la culpa a ti porque creo que me engañaron los mayores, como hicieron cuando me decían que venían los reyes magos y resulta que eran ellos mismos.

La verdad querido Jesús es que no sabía muy bien lo que tenía que esperar que pasaría en la primera comunión, en la catequesis hicimos teatros, pintamos muchos dibujos y me hablaron mucho del bulling en el colegio, de no pelearme con los hermanos, de la amistad, la paz, los pobres y algo que llaman la desigualdad, que me han dicho es el peor de los pecados, pero no me quedó muy claro nada de lo que mi pobre abuelo antes de morir empezó a enseñarme cuando iba a su casa y me leía un viejo catecismo que tenía, de eso no me dijeron nada.

Es cierto Jesús que tenía que haberte escrito antes porque yo sospechaba que aquí pasaba algo raro. Mis padres estaban preparando una fiesta para celebrar mi primera comunión, decían que se habían gastado mucho dinero, pero yo les oía hablar mucho del convite, de los trajes, de la tarta, de no se que muñeco y hasta de la peluquería, pero nunca me hablaba nadie de ti, nunca rezaban conmigo, nunca los había visto ir a misa, bueno miento, a veces me llevaban cuando el cura me hacía leer en la misa e iban, pero no sé como decírtelo Jesús, no me hablaban más de ti ni antes ni después, es como si no le importaras, como en las películas esas de extraterrestres que les chupan la mente y están, pero no están. Tú parecías no existir para ellos, pero entonces ¿por qué lo celebraban?

Recuerdo mucho a mi abuelo antes de irse contigo al Cielo, y especialmente que me decía que Dios iba a entrar dentro de mí el día de mi primera comunión. Yo me quedaba callado pero pensaba ¿que Dios que ha hecho el universo con lo poderoso que es va  a entrar en mi cuerpo, que va a venir en medio de la misa? ¿cómo será eso? Lo veía algo tan grande que mi imaginación no me dejaba dormir.

Ya en la misa, aunque no sé por qué el cura no decía nunca misa sino eucaristía, mis sospechas se confirmaron. Cuando tú ibas a venir, que me dijo mi abuelo es cuando el cura hace la consagración, yo estaba ansioso por ver lo que hacía la gente cuando el rey del universo entrara allí, por ver todo eso tan grande que imaginaba, pero no vi nada, nada de nada. La gente seguía hablando, riendo, hasta con el móvil, no veía en la gente eso que veía en las películas cuando entraba el rey, ni siquiera en el cura, eso que impresiona que todo el mundo se calla y se nota un no se que.

¿Cómo seguían comportándose como si no pasara nada, como si tú no hubieras venido? ¿Acaso no habías venido? Me parecía que aquella gente no se creía que estabas allí. Y como veía que nadie se lo creía la única explicación era que efectivamente no estabas con nosotros, estaba claro. ¿Cómo iban a ignorarte de esa forma, al rey del universo? Aquello era todo un engaño más de los adultos.

Todo se confirmó al poco, el cura nos dio la comunión para que la comamos como los caramelos cuando voy al kiosko. Los niños y toda la gente se comportaba normal, nadie rezaba ni actuaban como si Dios hubiera entrado en ellos, reían, hablaban y todo seguía igual.

Sí me llamó la atención que en medio de ese jaleo mi abuela rezaba de rodillas con los ojos cerrados, diría que la única en toda la Iglesia, pero creo Jesús que está un poco loca, un día le oí a mi mama decir a papá que es una fanática, que por lo visto es algo muy malo.

Mi abuelo me enseñó que intentara hablar contigo cerrando los ojos tras la comunión, pero me tienes que perdonar Jesús porque era imposible, no paraban de sonar unas guitarras y gente cantando unas canciones que a ningún niño gustaban, todo el mundo hablaba, reía, era imposible hablar contigo Jesús, el propio cura no se callaba y además empezó a cantar. Ya era todo evidente, me engañaban, allí nadie se comportaba como si tuvieran a Dios dentro de su cuerpo, como si tú estuvieras allí.

Como ves Jesús soy buen detective, por si tienes dudas de que me tomaron el pelo, he de decirte que una vez que salimos de la Iglesia ya nadie más volvió siquiera a pronunciar tu nombre, de repente es como si te hubieras esfumado, tú que se suponía eras el centro desapareciste de golpe y porrazo. Ya no había más Jesús, ahora sólo hablaban de comida y de juguetes. Íbamos a celebrar que te recibía y no sé porque al salir de la iglesia ya nadie hablaba de ti, bueno miento, mi abuela sí me preguntó y me regaló una biblia.

Así fue todo el convite, tú habías desaparecido, nadie quería hablar de ti, y yo me preguntaba ¿si están aquí para celebrar que estás conmigo, porque no dicen nada de ti? Empecé a temer que alguien los había embrujado o algo similar, aquello no me parecía normal y me asusté un poco.

Como sé que soy pequeño antes de escribirte quise esperar unas semanas para ver qué ocurría. En mi casa también has desaparecido, mis padres no han vuelto a hablarme de ti, ni rezan conmigo, ni me han llevado a misa. Les pregunté que si no íbamos y me dijeron que no era necesario. Me callé pero no entendí nada ¿para qué celebrar que te recibo si no es necesario ni importante hacerlo?

Estoy solo Jesús escribiéndote muy defraudado, no sé cómo explicártelo pero los mayores me han engañado no sé por qué ni para qué. Muchas veces miro mis estampas de la primera comunión y me preguntó si no estarán equivocadas, si aún está por venir, si aquello pasó o fue un ensayo y la de verdad será pronto y es una sorpresa que me quieren dar mis papás, porque no entiendo nada Jesús, no entiendo a los mayores, no entiendo lo que pasó, pero yo no te encontré.

Y sabes que es lo peor de esto Jesús, que a mis amigos, a mis primos, a mis hermanos, les ha pasado igual.

No entiendo a los mayores, Jesús, no entiendo nada.

Un beso

Pablo Z.A

Miguel Ángel Yáñez
Miguel Ángel Yáñez
Empresario, casado y padre de familia católico.

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