Con los vientos que soplan creemos que esta escena de la película de la vida del padre Pío refleja muy bien la verdadera postura católica sobre el tema de la comunión a los adúlteros. La misericordia no es dejarlos comulgar en pecado, sino decirles la verdad sobre su situación. Pensamos que no es necesario recordar que un «divorciado» vuelto a «casar» no es más que un adúltero, con el agravante de ser pecador público. Proclamarle la verdad sobre si situación y el riesgo para su vida eterna en que se ponen es el mayor acto de caridad y misericordia que se puede tener con ellos.