¿Qué se propone la Conferencia Episcopal Alemana? ¿Qué consecuencias tendrá en la vida de la Iglesia el camino sinodal iniciado por el cardenal Reinhard Marx el pasado 1 de diciembre de 2019?
Habida cuenta de las convicciones ideológicas y las declaraciones públicas de numerosos obispos alemanes, no nos caben dudas en este sentido. El camino sinodal no puede desembocar sino en la constitución de una iglesia separada de Roma.
Sostienen los mencionados obispos que es posible transformar la Iglesia desde dentro, al contar con el apoyo del papa Francisco. No obstante, con ello confunden los actos lo infalibles del Papa reinante con el magisterio pontificio perenne. Hay cuestiones, como la ley natural, la sustancia de los Sacramentos y la divina constitución de la Iglesia, sobre las cuales ni los obispos ni el propio Sumo Pontífice tienen la menor autoridad. De hecho, el Papa se subordina al derecho divino y al ordenamiento dado por Jesucristo a su Iglesia (cf. Declaración de los obispos alemanes aprobada por Pío IX el 4 de marzo de 1875).
Pedimos claridad al papa Francisco, que no desconoce la postura y objetivos de los prelados alemanes, que no son otros que extender a la Iglesia Universal las decisiones vinculantes de su sínodo permanente. Si está de acuerdo con sus desviaciones doctrinales, tenga el valor de decirlo abiertamente.
Pedimos a los obispos alemanes que sean por su parte coherentes en la aplicación del camino sinodal hasta su claro fin de instaurar una nueva iglesia de rostro germano-amazónico separada de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Pedimos, por último, a los católicos alemanes que contribuyan a ese proceso de aclaración dejando de pagar un impuesto eclesiástico inicuo desde los aspectos teológico, canónico y moral, y que proporciona el apoyo económico necesario para llevar a cabo el camino sinodal.
Somos laicos, procedentes de todo el mundo, porque lo que está en juego no es sólo el futuro de la Iglesia alemana, sino el de la Iglesia universal. Es la hora de la claridad y la coherencia. Pedimos el fin del disimulo y el engaño. Lo pedimos Rosario en mano en una ciudad en la que en 1609 se formó una santa alianza entre los estados alemanes católicos. Hace 400 años, el 8 de noviembre de 1620, en la batalla de la Montaña Blanca, las fuerzas conjuntas del Sacro Imperio Romano y de la Liga Católica, a cuyo frente estaba el duque Maximiliano de Baviera, se constituyó una acies ordinata que al grito de “¡Santa María!” combatió y derrotó al ejército enemigo.
También nosotros formamos una acies ordinata y pedimos a la Reina de los ángeles y los santos, y en particular a San Cayetano de Thiene, ante cuya iglesia nos hemos congregado, que nos asistan en nuestra defensa pacífica de la Fe y la civilización cristiana.
Múnich, 18 de enero de 2020-01-18
Festividad de la Cátedra de San Pedro en Roma
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)