Las oraciones de la Santa Misa revelan misterios sobrenaturales que quedan ocultos a los sentidos naturales pero que debemos contemplar con fe. Consideramos tres como ejemplos. (1) Domine, Non Sum Dignus – la oración que rezamos como preparación inmediata para comulgar. Esta oración proclama que el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo tiene más poder que cualquier otra cosa para sanar a nuestra alma y a nuestro cuerpo. (2) Súscipe, Sancte Pater – la primera oración del ofertorio. Nos enseña que torrentes de gracias fluyen desde el altar a las almas que están sufriendo en el purgatorio. (3) Súscipe, Sancta Trínitas – la última oración del ofertorio. Nos recuerda que la Misa es sacrificio donde se ofrece una víctima – verdadero Dios y verdadero hombre, que la Misa da honor a los santos, y que Dios es sumamente santo. Tristemente, estas oraciones fueron disminuidas, cambiadas, o eliminadas en la Misa Nueva. Hay que recobrar la Misa Católica para mantener la Fe verdadera, la única fe que salva.