La verdadera devoción a María ha de incluir a la vez: [1] la veneración, [2] el amor, [3] la gratitud, [4] la invocación y [5] la imitación de sus excelsas virtudes. Todos estos actos corresponden a los más fundamentales dogmas y títulos marianos. María es [1] Madre de Dios, [2] nuestra Madre Amantísima, [3] Co-Redentora, [4] Dispensadora Universal de todas las Gracias, y [5] modelo sublime de todas las virtudes.