Texto íntegro de la entrevista concedida a Martina Pastorelli por el profesor Roberto de Mattei, que se publicó en forma condensada en el diario La Verità el pasado 31 de diciembre:
La declaración Fiducia supplicans de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha suscitado entre el clero reacciones que alteran el tablero de juego, porque no reflejan exactamente la división entre conservadores y progresistas que desde hace tiempo aqueja a la Iglesia. Entre los que han criticado el documento calificándolo de caótico, nocivo y contrario a la doctrina declarando que no lo aplicarán se encuentran también numerosos obispos y cardenales (en buena parte africanos, pero también de Oriente y Sudamérica, que hasta este momento no habían expresado abiertamente perplejidad hacia la actuación del Papa.
D.: ¿Cómo podemos interpretar este clamor que procede precisamente de las periferias tan queridas a Francisco por su centralidad evangélica y por ser ventanas a la totalidad?
R.: Las reacciones de protesta contra Fiducia supplicans son algo totalmente sin precedentes en la historia de la Iglesia. Cuando en 1968 algunos obispos centroeuropeos se rebelaron contra la encíclica Humanae vitae de Pablo VI, que condenaba la contracepción, fue una rebelión de poca monta y estaba dirigida contra un pontífice que corroboraba el Magisterio de la Iglesia. En este caso, por el contrario, es el propio Papa quien ha sido acusado, abierta o veladamente, por una cantidad impresionante de prelados y conferencias episcopales de todo el mundo, por haberse apartado de la ortodoxia de la fe católica. En otro momento habría sido creíble que la discrepancia contra el papa Francisco fuera producto de una supuesta conspiración de obispos de EE.UU. pero hoy en día la realidad lo ha desmentido. Las críticas más enérgicas y numerosas a Fiducia supplicans provienen de esas periferias, empezando por el continente negro, a las que con tanta frecuencia ha invocado el papa Francisco como portadoras de auténticos valores religiosos y humanos. En cambio, la filosofía del documento ha sido adoptada por algunas conferencias episcopales como las de Bélgica, Alemania y Suiza que representan a los episcopados más mundanizados de Occidente. La gran mayoría de los obispos y cardenales, o bien no ha dicho nada, o si lo ha dicho, ha recomendado interpretar Fiducia supplicans siguiendo una línea de coherencia, no discontinuidad, con el Catecismo de la Iglesia Católica.
D.: ¿Cree que esta inédita situación tendrá repercusiones en el próximo cónclave, cuando ya no esté el papa Francisco y se convoquen los cardenales para elegir el sucesor?
R.: Por primera vez aflora un alineamiento antibergogliano que incluye a cardenales creados por el propio papa Francisco, como el arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo, presidente de las conferencias episcopales africanas, o el de Montevideo, Daniel Ferdinand Sturla. Ambos serán cardenales electores en el próximo cónclave, en el cual un centro magmático y oscilante se verá obligado a elegir entre dos minorías enfrentadas: por un lado, el polo fiel a las enseñanzas de la Iglesia, y por otra el fiel al nuevo paradigma. El enfrentamiento se resolverá en una situación de sede vacante cuando ya no esté presente el papa Francisco, los medios callen y todos los electores se encuentren a solas ante Dios y su propia conciencia. Todo ello nos hace pensar que el próximo cónclave será muy reñido y durará algún tiempo. Sean cuales sean sus intenciones, con Fiducia supplicans el papa Francisco ha iniciado el precónclave. Los días de festividades serán una tregua tras la cual se reiniciará la batalla.
D.: Salta a la vista que el clamor contra Fiducia supplicans se está produciendo con la misma mentalidad sinodal que promueve el Sumo Pontífice. ¿Podría esta actitud originar una deriva?
R.: Hasta hoy se ha pretendido seguir la vía de la heterodoxia en nombre de la sinodalidad. ¿Qué pasa cuando una voz sinodal enérgica como la de África pide que se mantenga la fidelidad a las leyes del Evangelio? Me da la impresión de que el camino sinodal de los prelados alemanes va a quedar varado en las orillas del Continente Negro.
D.: Simultáneamente a la adopción de posturas en uno u otro sentido por parte de muchas conferencias episcopales destaca el silencio de la italiana, que todavía no ha emitido un documento oficial. ¿A qué cree que se debe?
R.: A que la Conferencia Episcopal Italiana es la más próxima a Roma y ha sido siempre la más sensible a las directivas que proceden del centro romano. Esto ha hecho que sea la más fiel en tiempos de fidelidad, pero actualmente corre el riesgo de sumirse en el caos, sobre todo cuando los obispos italianos se den cuenta de que la carta ganadora no estaba donde ellos pensaban.
D.: Corre la voz de que al Dicasterio no le ha gustado la manera en que se ha redactado, porque no se ha consultado a la comisión de teólogos.
R.: No es la primera vez que se puentean las comisiones teológicas y cardenalicias que debían examinar los documentos más importantes. Es típico del estilo autocrático de gobierno del papa Francisco. En la historia de la Iglesia no han faltado papas autócratas, pero siempre han respetado en sus decisiones la doctrina y las tradiciones de la Iglesia. Hoy en día no me preocupa la forma tan abusiva en que ejerce su autoridad un papa dictador, así lo han calificado algunos, sino los errores, ambigüedades y omisiones que promueve o favorece este pontífice, con grave daño para la Iglesia universal.
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)