Señor Jesucristo, Dios y Salvador nuestro, Tú eres la Cabeza de la Iglesia, Tu Esposa inmaculada y Tu Cuerpo Místico. Mira con misericordia la profunda aflicción a la que ha sido sometida nuestra santa Madre Iglesia. La confusión doctrinal, la abominación moral y los abusos litúrgicos han alcanzado su apogeo sin precedentes en nuestros días. “Los paganos han entrado en tu herencia, han profanando tu santo templo y dejado a Jerusalén en ruinas” (Sal 79,1). Eclesiásticos que han perdido la verdadera fe y se han convertido en promotores de una agenda globalista mundana, intentan cambiar Tus verdades y mandamientos, la constitución divina de la Iglesia y la tradición apostólica.
Oh Señor, con espíritu humilde y corazón contrito te suplicamos que impidas que los enemigos de la Iglesia se regocijen por una victoria sobre la auténtica Iglesia católica mediante la imposición de una iglesia falsificada, disfrazada de “sinodalidad”. Despierta Tu poder, oh Señor, y acude en ayuda de Tu Iglesia con Tu fuerza todopoderosa. Porque donde abunda el pecado y la apostasía en la Iglesia, más abundará la victoria de Tu gracia.
Creemos firmemente que las puertas del infierno no prevalecerán contra Tu Iglesia. En esta hora en que nuestra amada y santa Madre Iglesia sufre su Calvario, prometemos permanecer con ella. Acepta benigno nuestros sufrimientos interiores y exteriores, que humildemente ofrecemos en unión con el Inmaculado Corazón de María, Madre de la Iglesia, como reparación por nuestros propios pecados y por los pecados de sacrilegio y apostasía dentro de la Iglesia.
Oh, Señor, envía a tus Santos Ángeles bajo el mando de San Miguel Arcángel, para traer luz celestial al Papa y a los participantes del sínodo, y para frustrar los planes de tus enemigos dentro de la asamblea sinodal. Oh, Señor, mira misericordiosamente a los pequeños de la Iglesia, mira las almas escondidas que se sacrifican por ella, mira todas las lágrimas, suspiros y súplicas de los verdaderos hijos de la Iglesia, y por los méritos del Inmaculado Corazón de Tu Santísima Madre, levántate, oh Señor, y por Tu intervención concede a Tu Iglesia santos pastores que, imitando Tu ejemplo, den la vida por Ti y por Tus ovejas. Oh, Señor, Te suplicamos: Por la Santísima Virgen María, concédenos un Papa santo, celoso en promover y defender la fe católica, Te imploramos, ¡concédelo! Por la Santísima Virgen María, concédenos obispos santos e intrépidos, te imploramos, ¡concédelo! Por la Santísima Virgen María, concédenos sacerdotes santos, que sean hombres de Dios, te imploramos, ¡concédelo! En ti, oh, Señor, confiamos, no nos veremos defraudados para siempre. A Ti, oh Señor Jesucristo, sea dada toda honra y gloria en Tu Santa Iglesia. Tu que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo: Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
29 de septiembre de 2023
+ Athanasius Schneider