Rev. Mons. Antoine Hérouard, Delegado Apostólico para el Santuario de Lourdes, Rev. Mons. Olivier Ribadeau Dumas, Rector del Santuario Nuestra Señora de Lourdes
Les pedimos que anulen el decreto de clausura de las piscinas de Lourdes y las vuelvan a abrir inmediatamente a los peregrinos quienes, sumergiéndose en esta agua milagrosa, buscan la curación del propio cuerpo y sobretodo del alma. La decisión de clausurar «por precaución» y «hasta nueva orden» todas las piscinas, comunicada el 1 de marzo, ¡desconcertó e indignó a los fieles católicos de todo el mundo!
El lugar del cual surgen estas aguas fue revelado a Santa Bernardita en el mes de febrero de 1858 por la misma Virgen María. El agua se ha revelado milagrosa y desde entonces nunca ha dejado de manar. Durante 160 años un número incalculable de fieles, afectados por las enfermedades más diversas, se sumergieron en estos tanques sin que nunca haya sido verificado ningún contagio.
En el momento en el cual se propaga una epidemia en Europa, si existe un lugar al cual se debería recurrir, seguros de no ser contagiados y de recibir en cambio beneficios para el alma y para el cuerpo, es precisamente el Santuario de Lourdes. Quien en Lourdes se bañara en la misma piscina de un enfermo de Coronavirus, estaría seguro de no ser contagiado, porque las piscinas de Lourdes no son lugares de pecado, sino lugares de fe, y es la fe y no la medicina la que posibilita los milagros.Quien niega el carácter milagroso del agua de Lourdes, quien teme que las piscinas de Lourdes puedan generar contagios, niega el poder de Dios, niega la promesa de Nuestra Señora, niega el significado de Lourdes. También podría, entonces, cerrar el santuario. Pero al santuario de Lourdes están mirando con esperanza y confianza millones de católicos de todo el mundo.
Escuchad sus súplicas: ¡abrid nuevamente las piscinas de Lourdes!
¡FIRME AHORA MISMO LA PETICIÓN!