El 2 de septiembre es día de Santa Teodora de Alejandría. Muy poco conocida su historia,
su camino a la santidad se inicia desde una profunda conversión tras un adulterio.
Teodora vive en Egipto durante el siglo V. Casada con Pafnucio, hombre piadoso,
cae en el pecado de infidelidad y tras tener intimidad con otro hombre se da cuenta
de hasta que punto se ha alejado de Dios. Arrepentida de corazón, tiene ahora la tentación
de seguir su vida matrimonial como si nada hubiera pasado, ya que su adulterio nadie
lo sabía (ni siquiera su esposo), pero tras meditarlo profundamente decide marcharse
a un monasterio donde vivirá en clausura (oración y penitencia) hasta su muerte.
La leyenda histórica anota que al no encontrar una comunidad femenina, optó por
disfrazarse de hombre a ingresar en un monasterio masculino. Acusada en falso
de ser «padre» de una transeunte que quedó embarazada cerca del monasterio, no
quiso defenderse de la calumnia y tuvo que salir del convento y entregarse al cuidado de
su falso hijo. Una vez mayor éste, Teodora fue admitida de nuevo a la vida religiosa
hasta su muerte. Su hijo también fué religioso y Abad de Monasterio.
Aún poniendo en duda la parte legendaria, el ejemplo de Teodora nos lleva al de
la persona pecadora que tiene la humildad de reconocer su falta y con fuerte propósito
seguir caminando hacia la santidad.
Santa Teodora de Alejandría, conversa de todo corazón, intercede por nosotros