Tafida Raqeeb es una niña de 5 años que está internada en el King’s College Hospital de Londres, al haber padecido una hemorragia cerebral muy grave en febrero ppdo. Un estudio del tronco cerebral demostró que no sufrió muerte cerebral (aunque se ha demostrado ampliamente la falsedad de la muerte cerebral). Sus médicos, sin embargo, convencidos de que nunca se recuperaría del estado de mínima conciencia, quieren desconectar el ventilador, provocando así su muerte.
La madre de Tafida, Shelina Begum, de 39 años, dijo a LifeSiteNews que ni ella ni su marido, Mohammad Raqueeb, de 45 años, quieren que ello ocurra. Creyendo que la niña se está recuperando, encontraron un hospital dispuesto a cuidar a la pequeña, el Hospital Pediátrico Gaslini de Génova, y quieren llevarla allí.
La familia obtuvo del hospital la posibilidad de transferir la niña al hospital de la Liguria, pero el hospital inglés opuso resistencia no obstante el recurso presentado por los padres al tribunal administrativo de Londres.
Al igual que en los casos de Charlie Gard, Alfie Evans y recientemente de Vincent Lambert, los médicos declararon que “lo que más le conviene es que se le quite el ventilador”, es decir morir.
El video realizado por los padres muestra a Tafida interactuando con un globo luminoso. Lo sigue con los ojos que abre ante la sorpresa y en determinado momento es ayudada a tener en manos el juguete.
No obstante el ictus -enfermedad cerebro vascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro- y tres operaciones, Tafida se recuperó rápidamente, ella sola abría los ojos y movía los miembros. La pequeña es oxigenada con entubación por vía nasal. A los padres se les había dicho que podrían también volver a su casa con la pequeña y que la recuperación de Tafida podía continuar allí.
Sin embargo, los médicos cambiaron de idea después que los intentos de retirar el ventilador de la niña empeoraron sus condiciones. Descubrieron que Tafida tenía agua en el cerebro y fue sometida a dos intervenciones quirúrgicas para resolver el problema. Sucesivamente los médicos dijeron claramente que no deseaban más curar a la niña.
“Miércoles 19 de junio de 2019, he sido informada por el personal de enfermería que (dos especialistas) habrían venido al hospital para encontrarnos en media hora”, recuerda Begum, la madre de Tafida.
“Ningún otro aviso se nos ha dado”, agregó.
“Durante el encuentro, (un médico) nos ha informado que el tratamiento sería suspendido y si nosotros no estuviéramos de acuerdo, el caso sería llevado a un tribunal para obtener la orden de poner punto final a su vida.”
El Royal London Hospital, representado por el Barts Health NHS Trust, hizo una declaración al Daily Mail en la cual afirma: “Nuestros expertos clínicos que se hicieron cargo de Tafida Raqeeb han establecido, en discusiones con otros expertos independientes en otras partes de Londres, que cualquier otro tratamiento médicos invasivo es inútil. Así, nos aseguramos de mantener a la familia involucrada y defendimos los mejores intereses de Tafida, recomendando la suspensión de los tratamientos de soporte vital y promoviendo la cura paliativa”.
¿El “tratamiento invasivo” sería el ventilador que ayuda a la niña a respirar?
En otras palabras los médicos están diciendo: la niña cuesta demasiado, ocupa un espacio inútil en el hospital, no hay esperanza, retiremos el ventilador y así morirá.
Como en el caso de otros niños ingleses y quizás el de cuantos otros pacientes, se ha puesto en marcha un sistema que ya tiene un itinerario consolidado: se confía la decisión de la vida de una persona a médicos y jueces con la excusa del “interés superior” cometiendo crímenes dignos del nazismo, desenchufando los respiradores a niños enfermos inermes, cortando la comida y la bebida a personas discapacitadas como Vincent Lambert.
Esto ocurre porque nuestra sociedad, nuestro mundo, perdió de vista los valores no negociables, el respeto y la dignidad de la vida humana, la necesidad de defenderla sobretodo si es más frágil. Es fácil entonces, para estos médicos y jueces delincuentes, imponer la propia decisión: porque la mayor parte de las personas está anestesiada.
Es pues necesario protestar en alta voz contra estos actos horrendos sin nunca cansarse y alertando a las demás las personas que no se dan cuenta de la terrible negación de los derechos humanos que se está desarrollando cada vez más en nuestros hospitales.
La próxima audiencia será el lunes. Mientras tanto, demos a conocer la petición de Change.org para asegurar que el bebé sea llevado a Italia.
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