Tributo a la Misa Tradicional

Quería presentarles este video que gustosamente he realizado, como tributo a la Misa Tradicional. No puedo engañarme, es la que verdaderamente expresa el sentido de la Misa, el Sacrificio de la Misa.
Por favor, no se ofendan los que no la conocen y sigan leyendo.

Yo antes no la conocía, pero en realidad era lo que necesitaba, pues sabía que Cristo se inmola en la Cruz, pero la liturgia nueva en verdad no me ofrecía lo que mi alma reclamaba.

Lo que más me chocó al principio fue que era de cara a Dios y los silencios, las palabras que el sacerdote dice en voz baja (vox secreta).
No fue una sorpresa desagradable, algo desconcertante quizá, pues realmente es muy distinto, y era la primera vez en mi vida que asistía a algo que respiraba sacralidad por todos  lados.  Uno en seguida se da cuenta que se está rindiendo el culto debido a Dios. Algo verdaderamente digno de Dios.

En  la misa Tradicional uno se siente más poca cosa, y eso es bueno, porque no somos más que simples gusanos frente a la majestad de Dios. No hay lugar apenas para protagonismos ni  nada que pueda centrarse en el hombre en la Misa Tradicional. Por eso uno se mosquea un poco. Nadie sale a leer etc… pero te das cuenta en seguida de que eso es bueno, te centras en  que estás viviendo la Pasión del Señor. Y que el centro es Cristo que se ofrece a sí mismo al Padre usando como instrumento al sacerdote.

Fue una sorpresa porque nunca había vivido algo así, algo tan maravilloso, algo tan centrado en Cristo, todos de cara a Dios.
Cuando voy a una misa Novus Ordo voy con espíritu tridentino, casi toda la misa me preparo para comulgar, medito la Pasión del Señor, que se está inmolando por mi, aunque la liturgia no acompañe. Confieso que acostumbrado a la misa Tradicional, no siempre me es fácil asistir a la Nueva Misa, te das cuenta de todas las cosas que faltan, pero es peor estar 6 días sin recibir al Señor.

Insisto en que no pretendo ofender de ningún modo a los que no van a Misa Tradicional, este video también es para ellos, para ayudar a vivir con el verdadero espíritu la Santa Misa. Digo esto porque se que hay mucha gente que en verdad anhela la Misa Tradicional y no se acercan a ella porque hay malas lenguas que se dedican a perseguir este rito declarado a perpetuidad por San Pio V y que ha alimentado a tantos grandes santos hasta hace relativamente  poco e inspirado las siguientes oraciones de acción de gracias conocidas por muchas almas piadosas que día a día las recitan y que para finalizar comparto con ustedes algunas de ellas:

Oración de San Buenaventura

Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío, la médula de mi alma con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor; con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica, a fin de que mi alma desfallezca y se derrita siempre sólo en amarte y en deseo de poseerte: que por Ti suspire, y desfallezca por hallarse en los atrios de tu Casa; anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo. Haz que mi alma tenga hambre de Ti, Pan de los Ángeles, alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite. Oh Jesús, en quién se desean mirar los Ángeles: tenga siempre mi corazón hambre de Ti, y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor; tenga siempre sed de Ti, fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la Casa de Dios: que te desee, te busque, te halle; que a Ti vaya y a Ti llegue; en Ti piense, de Ti hable, y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin: para que Tú sólo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mi riqueza, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida, mi alimento, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi herencia, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija y firme e inconmoviblemente arraigada mi alma y mi corazón. Amén.

Oración de Santo Tomás de Aquino

Gracias de doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por pura concesión de tu misericordia, te has dignado alimentarme con el precioso Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo. Suplícote, que esta Sagrada Comunión no me sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero Dios, y sello de mi muerte dichosa. Ruégote, que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

San Ignacio de Loyola

Toma, Señor, toda mi libertad. Recibe mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo lo que tengo y poseo Tú me lo diste: todo te lo devuelvo y entrego totalmente al dominio de Tu voluntad. Concédeme con tu gracia amarte solamente a Ti; con eso me basta, no pido más.

Santiago Llull Sesma

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