Sr. Director,
Ya ha sido bien sabido el acuerdo provisorio suscrito por China y la Santa Sede. Este miércoles, el papa Francisco también publicó un mensaje a los católicos chinos, que acabo de leer. Doy gracias a Dios por la bondad con que el Santo Padre escribió la carta y puedo afirmar que le tengo presente en mi oración. Sin embargo, cabe algunas dudas que me creo pertinentes en el discernimiento de la voluntad divina para nuestra vida cristiana acá en este país ateo.
Ante todo, me llama la atención una frase, en su aliento para los jóvenes, que parece muy ¨temeraria¨ ( si me lo permite decir así). El papa nos pide la colaboración de futuro de este país. En otra parte, propone que los católicos sean buenos ciudadanos y que amen total a su patria … según sus propias capacidades. Puede que nuestro papa nació en la Argentina lejana. Tal vez los argentinos puedan participar en la construcción de su país como ciudadanos.
La verdad es que ni los comunes chinos ateos pueden decidir qué será el país. Nosotros, siendo católicos, nacimos por la ¨misericordia¨ del Estado que vio en nosotros la amenaza para el control de natalidad. De niños, se nos enseña toda clase de costumbres autóctonas ¨superiores¨ así como el infalible ateísmo que ¨predice¨ el futuro de la humanidad. Al ser trabajador, el patrón puede despedirnos porque algunos fieles queremos cumplir con la obligación dominical, no conforme a su modo progresista de producción incesante. Después de la muerte, algunas autoridades locales no nos permiten la sepultura, haciendo referencia a la urgencia del progreso social o la protección ambiental o la falta de tierras, de manera que la cremación se hace obligatoria.
En estas circunstancias, no podemos hacer nada en el ámbito público sino mantener la Iglesia inmune a corrientes vanguardistas en boga. De donde se sigue mi segunda duda, es decir, el nombramiento episcopal. Se dice que el papa Juan Pablo II fue elegido preliminarmente por las autoridades comunistas polacas para ser nombrado el arzobispo de Cracovia por el Papa en aquel entonces. Según el acuerdo de la semana pasada, el gobierno chino llegará a tener tal derecho de ¨elegir¨. En este sentido, el Santo Padre nos indica el deber a los fieles en la carta, que es nada más que buscar candidatos capaces de desempeñar el cargo episcopal. Si bien hubo y hay fieles y pastores que dan testimonio de fidelidad para con Cristo, la otra cara de moneda es que nuestra fertilidad es muy lamentable y no tenemos muchos hijos en general. De las familias católicas solamente nominales u ¨ocultas¨, no será fácil sacar un hombre de Dios. Hace unos años, se colgó una caja vendedora de productos contraceptivos en la pared de la catedral de mi diócesis. Algunos fieles no tardaron en removerla para no constituir una contradicción de la moral católica. Pero esa caja abominable reapareció en el mismo sitio dentro de un par de días. Nuestro obispo, uno de los líderes de la Asociación Patriótica que se llevaba siempre bien con las autoridades, mostró incapaz de resolver este conflicto Estado-Iglesia sin demora. Ella permaneció allá hasta la municipalidad planificó de nuevo dicho barrio. Es evidente que nos costará mucho, a los fieles, al gobierno así como a la Santa Sede, ¨nombrar (no) funcionarios para la gestión de las cuestiones religiosas, sino de tener pastores auténticos según el corazón de Jesús¨. Que Dios lo provea.
Por último, deseo reflexionar sobre la pastoral futura de la Iglesia en esta tierra. El papa afirma en su carta que la Iglesia no necesita tantos burócratas y funcionarios, sino también misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de comunicar la verdadera vida. Me he encontrado con un sacerdote, también de nacionalidad china, que me ayudó mucho. Suspendida su tarea importantísima en las Himalayas, se personó en una aldea china, anunciando a cada persona que encontró en el camino ¨Jesús te ama¨ en chino y luego le gritó eslóganes devotísimos sin valer la pena preguntarle si todo lo entendió. Se pretendió la conversión por sentimientos suscitados. Yo no estaba ni estoy acuerdo con tal método de misión porque no se tiene en cuenta la inteligencia del oyente. A mi humilde parecer, un converso recibe la fe en su inteligencia iluminada no en su emoción incierta. Sin embargo, el Santo Padre en su Gaudete et exsultate exhorta que no podemos hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos. ¿Y dicho método misionero, que manifiestamente no presenta nuestros recuerdos, le traza a un pagano algo esencial de la vida cristiana? Lastimosamente, hay cada vez más movimientos carismáticos en las diócesis chinas, que presumen de ser en línea con las modas en otros lugares, no dejando de ¨curar¨ tanto a los fieles como a los infieles. Resulta ilógico que la instrumentalización de liturgia no sea un opción pastoral ¨necesaria¨.
De todas maneras, debo confiar en la providencia divina, al margen de estas dudas, y no quiero dejar de orar por la Iglesia en China y por Papa Francisco.
Lorenzo
28/09/2018, Cantón, China
Nota del Director: Lorenzo es el nombre de bautizado del firmante. Su nombre chino lo mantengo confidencialmente por evidentes motivos de seguridad en dicho país. Doy Fe de la veracidad del escrito y su autenticidad. Deliberadamente se ha dejado su estilo intacto, traducida por él.