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La exaltación del pecado

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La exaltación del pecado

“Los divorciados vueltos a casar no podemos acceder a la Eucaristía, pero podemos Comulgar a través del hermano necesitado, del hermano enfermo, del hermano privado de su libertad”, estas palabras que tanto emocionan a unos, incluido el Santo Padre, a otros más centrados, nos resultan absurdas, repulsivas y sin lugar a dudas, son una manifestación en grado sumo de la podredumbre que asola nuestra Iglesia, que sin lugar a ningún género de duda, vive de espaldas a Dios. Tan brillante discurso lo debemos a Humberto y Claudia, que ante una multitud que aclamaba al Sumo Pontífice en México, nos deleitaban a todos con una exaltación pública del pecado mortal y ante nuestro asombro, eran aplaudidos por una masa, supuestamente de ateos, o desnortados.

A estos señores y a todos los que vitorean estas aberraciones, hay que decirles, ¡que estupenda la telenovela!, pero si están de acuerdo en todo lo que soltó este señor por su boca, Vds. no son Católicos ni están dentro la Iglesia de Jesucristo, serán luteranos, budistas, o lo que quieran, pero viven en contra del Magisterio, por lo tanto, están apartados de nuestra Fe, se llamen Humberto, Claudia, Francisco o Jorge María, son herejes públicos.

La única manera de Comulgar, es decir, de recibir al Señor, es Sacramentalmente o espiritualmente y para cualquiera de las dos formas, es necesario estar en Gracia de Dios. Dos personas que conviven y tienen relaciones sin estar casados, no pueden acceder a la Comunión, ni de una manera ni de otra, si tienen duda, remítanse al Doctor Angélico y mucho menos puede uno, inventarse otras formas de Comulgar.

Supongo que a Vds. como a mí, eso de Comulgar a través del necesitado, les dará la risa o simplemente les abrirá una brecha en el alma, porque es que es para morirse de pena, viendo como Crucifican al Señor una vez más, públicamente. La lanza vuelve a atravesar su Santo Costado.

Decir que se Comulga con una obra de caridad es rozar el analfabetismo puro y duro, esto es lo que enseñan desgraciadamente en muchas Parroquias y así están los fieles, más ignorantes que tarzán en la selva. Realmente, esta serie de imbecilidades (nadie se ofenda porque esta, es la palabra), son las que nos promulgan desde el Vaticano, donde están más pendientes de los árboles y de las plantas que del alma de los fieles. La gente ya no sabe ni lo que es la Santa Comunión, tenemos que repasar el Catecismo.

¿Qué es el sacramento de la Eucaristía? – La Eucaristía es un Sacramento en el cual, por la admirable conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Jesucristo y de toda la sustancia del vino en su preciosa Sangre, se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del mismo Jesucristo Señor nuestro, bajo las especies del pan y del vino, para nuestro mantenimiento espiritual. (Catecismo Mayor de San Pío X)

¿Han visto el vídeo del cual les estoy hablando? ¿Podemos quedarnos impasibles cuando el Papa abraza a una pareja de pecadores públicos, orgullosos de esa condición, cuando son elegidos por las Jerarquías para dar un discurso ante los medios de comunicación mundiales, exaltando el pecado mortal y diciendo con toda la desfachatez que “el Señor bendice esa unión? Esto es la Crucifixión de Cristo. Fariseos todos los que estaba allí aplaudiendo, alegrándose, regocijándose y lo mismo el que al verlo, no ha sentido asco y repugnancia. Los que ovacionan, son los mismos que apedrearon a Jesús en su Camino a la Cruz, los mismos que primero lo vitorearon con palmas y después lo abandonaron y le escupieron. No nos unamos al grupo, seamos María Magdalena, siempre a los pies del Señor, después de su arrepentimiento y cambio de vida, digamos como ella: “no, al pecado”.

Las obras de misericordia convertidas en un “cachondeo público” sin lugar a dudas, porque, ¿Se puede ayudar al necesitado en nombre de Dios, si nuestro interior está podrido y en él, no habita el Espíritu Santo? No somos una ONG, en la que todos y todo tiene cabida, somos Católicos y debemos vivir en Gracia de Dios o luchar diariamente por ello. ¿Cómo puede decir esta pareja, que tiene una familia donde el centro es Dios? No, por favor, que alguien cabal les informe de que conviven con el mismo demonio, no con el Señor. Esto es lo que les tenía que haber dicho el Santo Padre públicamente, allí, delante de todo el mundo, ¿Por qué no lo hizo? ¿Es que acaso el Romano Pontífice actúa como si fuera un líder político de tantos, intentando agradar a todo el mundo para obtener votos y mantener su silla caliente? ¿No es él, el que dice que los Sacerdotes no deben actuar como meros funcionarios? Aplíquese, Santidad ¿Qué es esto? ¿La apostasía? No se trata de que les de una bofetada, pero esto es una maniobra perfectamente orquestada. Por favor, sean honestos, póngannos ejemplos de matrimonios Santos, nuestro objetivo es el cielo, no el infierno, esto es algo muy serio.

Y después de esta exaltación del pecado, el pueblo de Dios, ¿Qué tenemos que hacer, tenemos que ser como Humberto y Claudia, dejar paso a nuestras pasiones en vez de refrenar la carne? Y este señor suelta con toda la desfachatez “después del abrazo de Nuestro Señor, sentimos que el corazón no cabía en nuestro pecho”, qué desvergüenza, utilizar así el nombre de Dios. Luego nos escandalizamos con los políticos de turno y su ateísmo manifiesto y cuando el maltrato viene de personas que dicen ser Católicos, nosotros, no decimos nada, nos parece bien, ¿Esto no requiere ni manifestación, ni movimientos banderiles de las asociaciones de laicos implicados? Ah, no, claro, esto es la primavera eclesial, encabezada por el mentor de Laudato Si, entonces hay que decir que está bien, ¡hipócritas!

“Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva”, si nos acercamos a las Sagradas Escrituras esto es de lo que se nos habla, de arrepentimiento y conversión. En la parábola del hijo pródigo, el padre abraza al hijo que vuelve arrepentido, pero la buena de Claudia y su santo esposo, no sólo se regocijan en su pecado, sino que se levantan como líderes de masas, como ejemplo de laicos implicados en su parroquia, rozando lo absurdo nos cuentan que el hijo que tienen en común, es monaguillo y mientras, el público presente, como borregos, vitorean este discurso no apto para cardíacos, ¡Qué asco! Demoledor, ¿No? Hay que decirlo así, porque parece que tragamos con todo. ¿Qué sentiríamos si al ir a beber agua, nos hubieran echado lejía, ácido? Pues esto, es lo mismo. Una estampa muy bonita de dos enamorados que en su verborrea esconden dinamita pura y dura. ¡Boom! Así es como está explotando nuestra Iglesia.

“Entramos a un grupo para divorciados vueltos a casar, nos acercamos a la Iglesia y recibimos amor y misericordia”, Esto es una película barata, sin presupuesto. Miren Vds., cuando uno comete un delito, lo llevan a la cárcel y paga con una condena, hay en lugares en los que las cárceles son verdaderos infiernos, pero en mi país, por ejemplo, los carceleros te reciben con ese mismo amor y misericordia, pero te abren la puerta de la celda para que entres y te quedes ahí hasta que cumplas la condena. No he estado en la cárcel, pero por lo que leo, funciona así. Esto quiere decir, que esos grupos de los que hablan, resultarán maravillosos, pero si no te muestran la realidad de tu situación, sigues en estado de condenación, es decir, en pecado mortal y si mueres en ese estado, el destino, es el infierno. Es tan simple que hasta un niño de colegio lo podría entender. En esos grupos, ¿forman o deforman? ¿La Iglesia promueve estas agrupaciones?

Este matrimonio tan ejemplar, ayuda en las cárceles con “acompañamiento”, supongo que no será espiritual, quiero pensar que será para jugar a las cartas o con cualquier otro entretenimiento, digo yo, no obstante, dice Humberto que los acompañan con artículos de “higiene personal”, mejor sería que Vd. y su señora busquen ayuda espiritual que les proporcione “higiene del alma” ¿Cómo hablarle de Dios a otras personas, si no lo conocemos, si no lo amamos, si no queremos imitarlo con una vida Santa?

Sí, Señor, yo te amo, pero sólo en lo que me conviene: Como tengo tiempo libre voy a colaborar en la cárcel, en cáritas, voy a llevar alimentos, me voy a privar de ver la tele un poco, de decir palabras feas, pero claro, no me pidas que no conviva con esta señora, que deje de utilizar anticonceptivos, que renuncie al placer de satisfacer al cuerpo en todo lo que me pide, a las pasiones de la carne, no, Señor, eso no, pídeme lo que puedo hacer y lo que me apetece darte…Así estamos de flojos, “Comulgamos en el hermano enfermo” y de aquí a la Beatificación.

Miren, podíamos escribir de muchas cosas, pero hay que hablar de estas situaciones, porque esto genera desconcierto y caos, ¡Cuidado! nos están conduciendo a la vida de pecado, están pisoteando los Sacramentos, se está negando a Dios en la Santísima Hostia…es normal que la gente Comulgue en la mano, ¿no creen?, esta Iglesia es luterana, no cree en la presencia Real del Señor, creen como paganos.

Por favor, hágannos un favor, márchense y devuélvannos los Templos.

El otro día se me acercó una señora que me vio recogida en oración y me dijo que parecía una Santa, es normal que lo piensen así, miren donde está el nivel: en el subsuelo, está tan bajo, que los que luchamos diariamente por vivir en Gracia de Dios parecemos Santos, a esto hemos llegado…¡Qué triste! No tenemos a donde mirar para seguir fieles a nuestra Fe…o sí, claro que si, a Jesús, al Hombre que se dio por nosotros, El que cada día en la Santa Misa nos pide que le amemos más, a nuestro Dios que está sólo y abandonado en los Sagrarios, vilipendiado por sus propios Pastores, escupido por sus Obispos.

Señor… aún así, nos amas, deseas ardientemente que el pecador se convierta y vuelva a ti, por eso permites toda esta humillación pública por parte de los que se hacen llamar, Hijos de Dios.

Díganlo en voz alta, “vivir amancebado” es pecado mortal, así lo dicen los Mandamientos de la Ley de Dios, así lo debe confirmar la Iglesia de Jesucristo y así de alto y claro lo tiene que manifestar el que se sienta en la Silla de Pedro, no con un abrazo al pecado, sino con una invitación al arrepentimiento y una vuelta a la Casa del Padre.

No pierdan el norte, la referencia es Jesús.

Sonia Vázquez