SAN NICOLÁS DE TOLENTINO

           El 10 de Septiembre la Iglesia recuerda a San Nicolás de Tolentino,
patrono de las almas del purgatorio.

Este santo nació en la ciudad italiana de Ancona en 1245, y desde muy niño se caracterizó
por su vida de piedad profunda que le llevó a practicar la caridad con los más pobres y a llevar
una existencia muy austera. Ya de joven vio clara su vocación sacerdotal e ingresó en
los agustinos, ordenándose presbítero con 26 años de edad.

Entregado por completo al ministerio sacerdotal, pasaba muchas horas al día confesando
y destacaba por su don de aliviar los sufrimientos morales de todos los que acudían a él.
Con frecuencia le pedían que intercediera por los difuntos, y  tras su muerte sería nombrado
patrono de las benditas ánimas del purgatorio.

Padeció una dolorosa enfermedad de estómago que llevó con paz interior dando así
testimonio de fe a sus semejantes. Hizo milagros en vida y recibió la aparición de la
Virgen María en una ocasión para ser curado de su dolencia. Esto le dio un breve periodo
de salud previo a su última enfermedad que le condujo a la muerte en 1305.

La memoria de este santo nos invita a rezar por los difuntos, en un tiempo como el actual
donde se duda o niega el dogma de fe del purgatorio y, de ese modo, se abandona la
mayor obra de caridad (en palabras de San Alfonso) que supone orar por aquellas almas
que más lo necesiten, salvadas por la misericordia de Dios pero aún no purificadas del todo
para entrar en la gloria eterna.

San Nicolás de Tolentino, patrono de las almas del purgatorio, intercede por nosotros
y por nuestros seres queridos difuntos que más lo necesiten

Padre Santiago González
Padre Santiago González
Sacerdote de la archidiócesis de Sevilla ordenado en el año 2011

Del mismo autor

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO: HOY 20 DE NOVIEMBRE

Miércoles, 20 de noviembre de 2013 AUDIENCIA GENERAL “Confieso que hay un solo...

Últimos Artículos

Hijo de David

I. El Evangelio del Domingo XVII después de Pentecostés...

El Sínodo sobre la Sinodalidad: una caja de Pandora de consecuencias imprevisibles

Ignoramos si los diez años transcurridos entre comienzos de...