Yo fui monaguillo en esas misas permitidas por Benedicto XVI, cuando el Papa Francisco era todavía Cardenal y les puedo decir que éste último no podía ignorar que las autorizaba y encargaba en toda la ciudad a sus más acérrimos detractores y fanáticos odiadores, por más que uno de ellos, el que nombrara capellán general para estas misas en toda la ciudad, tuviera un doctorado en liturgia, además como Cardenal daba órdenes directas para mezclar elementos del Novus Ordo, como ser: la postergación simbólica de la Fiesta de Cristo Rey, inadmisible doctrinalmente, por lo cual me atrevo a decir que hizo todo lo que pudo para que esas misas nos hicieran sentir escoria de la Iglesia, las usó para cizaña y humillarnos hasta las heces.
El capellán general de esa misa en la ciudad: publicaba en Internet que está autorización era para empujar a retrasados en el avance de la Iglesia, un peso que sólo se esforzaba por hacer avanzar por pura compasión. A quien le felicitaba por celebrar el rito le negaba el saludo. A quien le pidiera fotocopiar la minúscula hojita de ayuda en la misa se lo negaba, a quienes le regalaron costosos artículos y vestimentas para la celebración digna, quienes explicaron en su presencia la importancia y significado de rezar hacia el Oriente, hacia la Cruz Mayor, los afrentó gravísimamente, pues en lugar de centralizar la cruz mayor celebró mirando en forma torcida y oblicua hacia la Cruz Mayor dando la espalda al Sagrario, obligaba a laicos a leer lecturas.
El otro sacerdote que la interrumpía desde el inicio de las vacaciones escolares hasta 2 semanas después de domingo de Pascua, no se disponía en el confesionario antes de la misa, se negaba a enseñarme a acolitar apropiadamente en medio de risas, burlas y desprecios a la misa tradicional. Me temo que quizá me hiciera tocar sin guantes más de lo debido. Los que acudían desertaban horrorizados por tales vejaciones y sacrilegios.
A los fieles se les predicaba en contra de esa misa para «atrasados», por eso casi nadie iba. Sermones contra la moral, contra el catolicismo tradicional. Se habla de división de la iglesia, pero si hubo quienes hicieron patentes dos iglesias y un cisma fueron el Cardenal Bergoglio y esos dos sacerdotes. No los asistentes.
Como yo les planteara a ustedes mi humilde opinión: Creo que para ser Iglesia no basta poner juntos los cuerpos físicos de personas a las que no puede extender certificado de ignorancia insalvable, necesitan además estar unidos y atravesados por el hilo de la fe en todos los dogmas, con las 5 notas de la Iglesia Católica. ¿De verdad puede llamarse a sí mismo católico quién no crea que su religión es universalmente necesaria para todos y en todo lugar (catolicidad es universal) si ni él mismo cree que su religión sea católica? Podrá si usted le extiende certificado de ignorancia insalvable. ¿Lo puede usted? No. Entonces, aunque él Papa sea Papa ¿por qué ubicar a la Iglesia fuera de los que si creen que su religión es universal = católica?
Álvarez Frati, Axel
Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Capital Federal
Argentina