“De todo lo cual se sigue que uno puede, conservando íntegra y salva la fe católica, no prestar asentimiento a dichas revelaciones y apartarse de ellas, con tal de que esto se haga sin destemplanzas indebidas, no sin razón, y sin llegar al desprecio”. (Benedicto XIV)
Me preguntaba una amiga en las redes sociales que por qué no hablaba del tema aparicionista ya que hay páginas en Internet que están en pleno auge con estos asuntos. Lo cierto es que nuestra conversación vino motivada por una persona que me etiquetó en una de estas publicaciones y yo mostré mi malestar, ya que estas etiquetas pueden dar lugar a equívocos y hacer creer a otras personas que participamos en algo que es completamente ajeno a nosotros o incluso que desconocemos. La realidad del momento que vive la Iglesia abre la puerta a todo este espectáculo sin fin de visionarios que proclaman la fecha del fin del mundo. Al fin y al cabo es lo que vienen vociferando todos, cada uno con distintas catástrofes, pero lo que se anuncia, supuestamente, es el día final.
No sé Vds. pero yo cuando era niña, esto de los meteoritos, lágrima de sangre en las imágenes, avisos, mensaje número seiscientos recibido esta mañana, señoras que escriben libros supuestamente dictados por el Señor, o no sucedía a nuestro alrededor, o a mis padres les debían resultar indiferentes estos asuntos no oficiales, porque nunca escuché nada al respecto en mi casa. De lo que sí nos hablaba mi mamá era de los pastorcitos de Fátima, es decir de las apariciones aprobadas oficialmente por la Iglesia y que nos ayudaban a crecer en nuestro camino hacia la Santidad. Principalmente las madres nos contaban la historia de los pastorciños para animarnos a rezar el rosario desde niños y mostrarnos como la Santísima Virgen escogió a aquellas almas por su pureza, los eligió como instrumento y en ellos tenemos un modelo de obediencia a Dios y a Su Santísima Madre. En este caso son apariciones aprobadas por la Iglesia Católica.
¿Por qué suscitan tanto interés los videntes en nuestra época? Como Vds. saben desde el Vaticano II, la Iglesia es plural en el sentido más amplio de la palabra, es decir, cabe de todo. Tal es así que temas serios como deberían ser las Canonizaciones, se han vulgarizado hasta el punto de que a día de hoy y gracias al actual Papa Francisco, un acto heroico nos puede hacer merecedores de la corona de Gloria. Todo vale en nuestra Iglesia actual, vivimos una profunda Fe protestante, basada en mero sentimentalismo, si uno nos parece bueno, es un santiño, si al otro se le ponen los ojos en blanco es que tiene locuciones. Y lo cierto es que al contrario de ponerse freno a todo esto, lo que se hace es abrir la mano cada vez más. Vds. pueden leer la historia de algunos de los denominados místicos del siglo XX y verán que muchos hechos de los que se relatan, más que acercarnos a Dios, yo diría que invitan a coger el primer boeing y salir volando. Comparen los escritos de Marta Robin (declarada Venerable por el Papa Francisco) con los de Santa Teresa de Jesús. Pongan los Foyers de charité de Marta frente a las Fundaciones de Santa Teresa, o lo que es lo mismo, el modernismo frente al Tradicionalismo.
Nuestro amor a Dios es tan flojo que sólo lo amamos si nos provoca algún sentimiento sensible, si cerramos los ojos y percibimos luces blancas, si nos parece que el sol y la luna se balancean juntos…una superficialidad y una ignorancia más propias de un niño de tres años que de Católicos formados. Queremos milagros y resulta que todos los días y a todas las horas del día se está produciendo un milagro a través de un Sacerdote, la Transubstanciación, el pan se transforma en el mismo Dios, en la Hostia está Jesús, ¿Hay mayor milagro o aparición que esta? ¡Vayan a la Santa Misa si quieren presenciarlo!
¿Qué quieren saber o que esperan muchas de las personas que acuden en masa a escuchar a los videntes del siglo XXI? Algunos, simplemente, que les digan si se va a acabar el mundo, si nos vamos a morir y lo cierto es que para saber esto, no hay más que recurrir a la Biblia, está anunciado desde el principio, el hombre quebró la orden de Dios de no comer del árbol del jardín y desde ese momento, quedó establecido que nacemos para morir, un fruto del pecado original. Aquí no se queda ni el apuntador.
“De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás; porque el día en que comieres de él, morirás sin remedio” (Génesis)
Por lo tanto si uno recurre a los videntes para saber si nos vamos a morir o a consolidar en la tierra, debería saber que nuestro día ya está fijado desde que estamos en el vientre de nuestras madres. No sé Vds. pero a mi me da igual morirme con toda la población mundial a un tiempo o hacerlo sola en mi casa, lo que sí me preocupa es que ese momento, cuando llegue, me permita estar en Gracia de Dios. Muchas veces se recurre a estas personas como el que va a una bruja a que le lea la mano y deberíamos saber que tan pecado puede ser una cosa como la otra, porque en ambas negamos a Dios, ya que: ¿se puede saber el día y la hora?
“Mas en cuanto al día aquel y a la hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, sino el Padre solo. Y como sucedió en tiempo de Noé, así será la Parusía del Hijo del Hombre. Porque así como en el tiempo que precedió al diluvio, comían, bebían, tomaban en matrimonio y daban en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la Parusía del Hijo del Hombre” (Mateo 24,36)
Y si ni siquiera los ángeles tienen la respuesta, ¿Cómo puede tenerlas un pobre mortal? No se trata de señalar todo como engañoso ni es la idea que les quiero transmitir, simplemente es una llamada a la prudencia. ¡Claro que puede haber revelaciones privadas santas y almas piadosas cuyo único fin es recordar el cumplimiento de los mandamientos y acercarnos a los Sacramentos! Pero, desafortunadamente, no todo va por ahí, por lo visto, incluso, algunas de las personas que se dedican a las profecías venden terrenos para resguardarse de la catástrofe final y otros, que todavía resulta más cómico, nos dicen si el Papa Francisco es el verdadero Papa o es el anticristo, como si uno mismo no tuviera ojos para ver y oídos para escuchar y dilucidar quién está sentado en la Silla de Pedro…Señores, seamos serios, de una catástrofe mundial o local, de un infarto, de un cáncer o de simple vejez, vamos a morir, no hay otra posibilidad y sobre Francisco…también morirá, como todos.
De los lugares no oficiales no se trata de ensalzar unos y vilipendiar otros, cada uno debe discernir apoyándose en las Escrituras y en su director espiritual a qué sitios va y que es lo que va buscando. Hay lugares a los que simplemente se va a orar como quién lo puede hacer en un monasterio o en un lugar recogido y estos sitios invitan a la piedad, a la paz y a la calma. Pero no todos los emplazamientos son así, ni el fin que encierran es pío. Se sabe de muchos videntes que se están pegando la fiesta padre con el dinero que la gente ingenuamente deposita en sus arcas. Quizás piensen que les estoy hablando de Medjujorge, pero estoy generalizando ya que apenas conozco nada de ese sitio. Hace unos años vino a mi ciudad una monja a instruirnos sobre dicho lugar, lo hizo en una Iglesia de la Diócesis, pero aún así, aunque sucedió en un Templo, yo me marché antes de que terminara, nada de lo que estaba escuchando me parecía que fuera conmigo. No hace falta añadir más, cada uno quite sus conclusiones.
Hoy en día han proliferado como setas o sectas, como prefieran Vds., sitios y más sitios en los que se suponen distintas apariciones de Nuestra Señora a algunas “almas escogidas”. Comprenderán que no tenemos potestad para decir si eso es verdad o no, ni siquiera la Iglesia se manifiesta oficialmente sobre todos estas casuísticas y es que para considerarlas oficiales requieren un estudio riguroso de lo que allí acontece, así como del visionario o vidente en cuestión. Lo primero que debería llamarnos la atención es que muchas de estas personas ni siquiera tienen un director espiritual, de ser así, ¿No estaría con ellos ofreciendo credibilidad y no lo habría comunicado ya a su Obispo? Otros se presentan con uno que está lejos de ser un Sacerdote recto, docto y formado, simplemente lo llevan como quién lleva una foto del Papa en su cartera. Todo esto aumenta a un ritmo tan vertiginoso que cualquier día en la reunión de vecinos de la comunidad, puede producirse un hecho sobrenatural.
No fue fácil el camino de los pastorcitos de Fátima ni el de Bernardita en Lourdes, pero después de aprobarse dichas apariciones, tanto Bernardette como Lucía abrazaron la vida religiosa, no continuaron por estos mundos de Dios dando mensajes semanales y viviendo de las aportaciones de las personas que acuden a estos lugares. Su vida se caracterizó por la sobriedad y el silencio. Tanto es así, que en el caso de Sor Lucía ese ocultamiento voluntario dio lugar a distintas teorías sobre una suplantación de su persona. Cierto o no, lo que si es verdad es que su vida fue discreta y apenas había fotos de ella, vivía en clausura.
Hace poco, por razones de mi trabajo, me invitaron a la presentación de un libro. Una feligresa de una parroquia que tiene contacto con los ángeles, es decir, le hablan, según ella dice. Esta buena mujer comentaba en su discurso que todos somos susceptibles de ser interlocutores válidos para estos seres de luz, sin ir más lejos en la peluquería se encontró a otra señora que tenía las misma vivencias y a golpe de secador vivieron el gran encuentro. La presentación del libro corría a cargo del presidente de la Adoración nocturna de mi ciudad, ni más ni menos. Independientemente de la credibilidad de todas estas situaciones, ¿Por qué prolifera todo esto como nunca antes había sucedido? Muy sencillo, si Vds. recurren a los escritos de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, los documentos emitidos por la Congregación para la doctrina de la Fe, las enseñanzas de Benedicto XIV, los textos evangélicos, más recientemente Benedicto XVI, podrán observar en sus escritos que llaman a la cautela, a la prudencia, al discernimiento, pero claro, ¿qué leemos hoy en día, la gente se instruye en estos documentos oficiales o leen las hojas que le da la vecina con su conversación con Santa Lucila? Hay personas que acuden a lugares de peregrinación no oficiales y no han leído ni una página de la Biblia, con lo cual es normal que todo lo que les cuente un vidente les resulte novedoso.
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la Parusía de nuestro Señor Jesucristo según fábulas inventadas, sino como testigos oculares que fuimos de su majestad” (San Pedro)
¿Es necesario perder tres horas de nuestra vida escuchando a Mari Loli diciéndonos que hay que ser buenos y que queda poco tiempo? ¡Vaya novedad! Piensen Vds. que esto mismo nos lo podría decir cualquier Sacerdote en una homilía de domingo, e incluso detallar a un nivel teológico más elevado qué es lo que implica “ser bueno” y cual es el camino que lleva a la salvación del alma, quizás muchos se sorprenderían que no necesitan alejarse a kilómetros de su casa, sino buscar en el propio interior y hacer lo que ciertamente nos lleva a Dios: oración.
“El fin de todas las cosas está cerca; sed, pues, prudentes y sobrios para poder dedicaros a la oración” (San Pedro)
De manera oficial hay menos de 30 apariciones reconocidas por la Iglesia. Estas apariciones oficiales tienen una finalidad, ayudarnos en la Fe, animarnos a llevar una vida Católica coherente para alcanzar el cielo. No son un sustituto de nada.
El Señor llama a nuestra puerta a diario, no necesitamos recorrer la geografía, ponernos las botas de escalador y subir a la cima de ninguna montaña, no, si lo buscamos es que Él ya ha hecho toc toc en nuestra alma y nos está esperando, ¡vayamos al Sagrario, ahí está la gran aparición!
¿Creen Vds. que quiero decir que es imposible que una persona tenga locuciones o visiones? Al contrario, un alma limpia de pecado, que frecuenta los Sacramentos y que se recoge con el Señor vive las locuciones en primera persona, sin necesidad de escuchar mensajes en grupo, ni presenciar levitaciones. Esto es muy simple, el Señor está Vivo, esperándonos en la Hostia cada día.
Queridos ¿Quieren saber como será el fin de los tiempos, les preocupa esta cuestión? Si es así están de enhorabuena, es una inquietud santa si consultan las “fuentes oficiales”. El Señor dio respuesta a través de Juan en el Apocalipsis, no pierdan capítulo, lean de principio a fin, les enganchará más que cualquier serie de televisión o telenovela y lo mejor de todo: no es ficción, esto sí es real, verdadero y aprobado por la Iglesia Católica
“Revelación de Jesucristo, que Dios, para manifestar a sus siervos las cosas que pronto deben suceder, anunció y explicó, por medio de su ángel, a su siervo Juan; el cual testifica la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, todo lo cual ha visto. Bienaventurado el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas; pues el momento está cerca” (Apocalipsis).
Sonia Vázquez