Ver también nuestros artículos previos:
¿Se pueden discutir los actos de gobierno del Papa?
La Excomunión de Roberto II «el Piadoso» – pintura de Jean-Paul Laurens.
Algo está definitivamente en el aire: Canonistas prominentes inicialmente alabando las reformas de nulidad matrimonial, luego dando marcha atrás, después mostrándose fuertemente contra estas, y discusiones muy serias de descontento entre un número significativo de canonistas y prelados. ¡Y no es que estemos hablando de tradicionalistas! Las reformas arbitrarias y altamente problemáticas del Papa sobre el proceso de declaración de nulidad matrimonial, que fueron llevadas a cabo sin ninguna consulta amplia y en relativo secreto y publicadas el 8 de septiembre a través del motu propio Mitis Iudex, están volviéndose rápidamente en una crisis de autoridad de su gobierno sin precedentes. La crisis de autoridad es real y ninguna cantidad de negaciones ni indiferencia por los medios Católicos establecidos ni por blogueros Católicos «respetables» puede ocultarla.
En los primeros días después de la promulgación del Mitis Iudex las evaluaciones críticas de este por el canonista Kurt Martens y el profesor de teología sistemática Chad Pecknold, ambos profesores en la Universidad Católica de América, llegaron a una amplia audiencia a través del reporte en el Washing Post sobre la reforma (El Papa Francisco anuncia los cambios más grandes al proceso de anulación en siglos). A nuestro entender fue Martens quien primero se refirió públicamente a las reformas como «La versión Católica del divorcio no culposo». Por favor guarden esto en consideración para la próxima vez que vean a un obispo o apologista profesional culpar a una conspiración secular por fabricar supuestamente la idea de que el Papa haya acabado de instituir el «divorcio Católico». Pero divagando …
A pesar del artículo en el Washington Post, los análisis iniciales de las reformas en la prensa Católica «conservadora» tendían a ser o neutrales o positivas. Aparte de la opinión neutral de Jimmy Akin «Cosas a saber y compartir» del motu propio, tres ensayos que inicialmente elogiaban o restaban la seriedad de las reformas y escritos por canonistas rondaron en los medios sociales:
Benedict Nguyen: Reforma de Nulidad: 6 Conceptos erróneos y 6 Avances
Edward Peters: Un primer vistazo al Mitis Iudex (y a su post en Facebook)
Ed Condon: Mitis Iudex: Lo Bueno, Lo Malo, y Lo Feo
Estos tres expertos pronto comenzaron a sacar respuestas más críticas.
Horas después Ed Peters comenzó a publicar más análisis, cada uno más crítico que el anterior: 1) Un segundo vistazo al Mitis, especialmente al nuevo proceso de anulación vía rápida (septiembre 8), Bah, eso no fue ninguna mancha, (septiembre 10), ¿Quién está satisfecho con el Mitis Iudex? (septiembre 13), y la más reciente hasta ahora – Nota: Evitar los requerimientos del Mitis no será fácil para los obispos (Septiembre 14). Las críticas y reservas de Ed Peter respecto de las reformas han sido ampliamente discutidas en blogs y páginas web Católicas y no las discutiremos más.
El artículo de Ed Condon «Una Propuesta Modesta» (septiembre 12) aún profesa que «hay más cosas buenas que malas en las reformas» pero dedica bastante tiempo a los muy serios peligros inherentes del «corto proceso» tal como lo autoriza el Papa Francisco. El Sr. Condon incluye la siguiente anécdota sobre la creciente falta de experiencia jurídica entre los «Defensores de la Unión» — los oficiales cuya tarea es defender la presunta validez del matrimonio en cuestión — una falta que únicamente se agravará con las nuevas reformas.
[padding left=»30px»]En mi propia experiencia de tribunales matrimoniales, que es muy diversa, lo más frecuente es que ninguno de los participantes tengan doctorados y únicamente algunos de los jueces tengan licencias. De hecho, usualmente sólo hay un único juez eclesiástico, no un panel de tres (antes una excepción dada ampliamente en los Estados Unidos, ahora hecha una opción universal por el Mitis Iudex) y las partes usualmente no poseen defensores en absoluto, y de tenerlos es raro que sean abogados canonistas.
Menos de la mitad de las opiniones de los defensores de la unión que he leído como juez son firmadas por un JCL*. Usualmente son firmadas por un sacerdote, o cada vez más por un diácono permanente, sin educación en ley canónica y que ha sido asignado como defensor de la unión como una adición no bienvenida a su trabajo pastoral normal en una parroquia. Un defensor de la unión que conozco incluso envía exactamente la misma única página de resumen para cada uno de los casos a los cuales él es asignado, y sin embargo nunca han escrito una apelación.
Esto es posible porque un tribunal puede solicitar a la Signatura Apostólica para que pueda nombrar a personas «de otro modo expertas» (leer «formalmente no calificadas») a estas posiciones cuando es incapaz de encontrar suficiente personal calificado.
(…)
Esto no quiere decir que no tengan buenas intenciones, trabajen dedicadamente, o merezcan respeto y gratitud por sus esfuerzos; pero es ridículo esperar de ellas que cumplan roles vitales como defensores de la unión. ¿Hay alguien que piense que alguna de las partes en un caso de nulidad matrimonial consideraría permitir a alguien que no tenga título de abogado que los represente en los procesos de un divorcio civil, y menos aún a un voluntario bien intencionado?[/padding]
Esto es para el proceso actual, en los Estados Unidos el cual tiene uno de los números más grandes (sino el mayor) de abogados canónicos. Preguntamos: ¿cuántos más bajo el proceso acortado, más «dinámico» autorizado por Francisco, con la intención de abrir las puertas a la avalancha de solicitudes para declaraciones de nulidad?
En el mismo día que Condon publicó su artículo de precaución Benedict Nguyen dió una breve entrevista a la radio National Catholic Register (setiembre 12 –escuchar aquí). Él habló claramente acerca de la falta de consulta a los obispos del mundo y a las facultades de derecho canónico por parte de la comisión nombrada por el Papa, la cual trabajó por sí misma y en secreto. También mencionó el deseo de muchos abogados canonistas de ver una ampliación del vacatio legis dada por el Papa antes de que las reformas fueran implementadas (diciembre 8), por el bien de una amplia consulta en la Iglesia sobre estas reformas. En unos pocos días él publicó otro artículo, esta vez en el Catholic Herald del Reino Unido, el cual había elogiado descaradamente las reformas tan solo una semana antes.
El segundo artículo de Nguyen tiene un título claro: Nos dirigimos a los «divorcios Católicos» (septiembre 18). Nguyen explica breve y claramente porqué las nuevas reformas tumban la presunción de la validez de los matrimonios y permiten que muchos matrimonios sean pre-juzgados como nulos inclusive antes del inicio de cualquier proceso (enfatizamos los siguientes pasajes):
[padding left=»30px»]… Muchos respetados canonistas y comentadores están expresando graves preocupaciones acerca del texto conforme lo van estudiando con más cuidado. Uno mi voz al creciente número de aquellos que están angustiados. Desde mi punto de vista, algunos cambios corren el riesgo de hacer más daño que bien, creando más confusión que claridad acerca de la verdad del matrimonio y del propósito del proceso de declaración de nulidad.
El cambio propuesto más significativo en el Mitis Iudex es la creación del «proceso acortado» por el cual los casos matrimoniales son entregados al obispo diocesano para decidir por sí mismo en una especie de decreto administrativo. Este cambio altamente problemático levanta serias cuestiones y gran confusión.
A obispos diocesanos que ya están extremamente ocupados, incluyendo aquellos que no tengan formación en ley matrimonial, se les pedirá decidir potencialmente cientos de casos de matrimonios canónicos cada año confiándose únicamente en el reporte de asesores quienes a su vez pueden no ser abogados canonistas. Todo esto supuestamente para «agilizar» el proceso. Sin embargo, en la práctica es difícil de ver cómo esto podría ser posible sin que el obispo diocesano selle las decisiones sin consideración o las revise a la ligera a expensas de la minuciosidad debida. Cualquiera de estos casos sería una injusticia.
(…)
La ley canónica ya usa «procesos documentarios» acortados para casos que involucran una falta de capacidad para casarse (cánones 1073-1094) y una falta o defecto de forma canónica (cánones 1108-1123). Para el tercer tipo de casos matrimoniales – aquellos que involucran un defecto de consentimiento (cánones 1095-1107), que usan el «procedimiento formal matrimonial» -Mitis Iudex ahora permitirá el uso del nuevo «proceso acortado» donde estos casos parezcan ser nulos «por argumentos particularmente evidentes».
Esto es donde los problemas comienzan. ¿Cómo serían considerados debidamente tales «argumentos evidentes» antes de un proceso apropiado?
Lo que efectivamente ha logrado el Mitis Iudex es tumbar en la práctica el principio de suma importancia encontrado en el canon 1060, donde el matrimonio se presume válido hasta que se pruebe lo contrario. Al permitir el proceso acortado para casos que se estimen como nulos por «argumentos particularmente evidentes», Mitis Iudex está permitiendo una especie de pre-juicio del matrimonio como nulo inclusive antes de que un proceso haya sido seleccionado.
El resultado es que algunos matrimonios serán presuntos como inválidos incluso antes de iniciado el proceso. Esto va directamente contra la presunción de la validez requerida por justicia, lógica y el canon 1060. Mitis Iudex ha creado una situación donde el matrimonio se presume ser inválido y ahora es la validez que debe ser probada.[/padding]
Por último, pero no menos importante, nuestros amigos del Centro de Ley Canónica han publicado un comentario (La Bomba de Tiempo «Et Cetera» En El Artículo 14 S1 Del Ratio Procedendi) sobre lo que muy posiblemente se convertiría en la palabra más peligrosa del motu propio del Papa – el «etc.» al final de la lista de circunstancias que pueden ser invocadas para que el «proceso acortado» pueda ser usado para juzgar la validez de un matrimonio (hacemos énfasis en el siguiente pasaje):
[padding left=»30px»]No muy diferente a ciertas ambigüedades y expresiones vagas que terminaron en los documentos oficiales del Vaticano II, el «etc.» en el Artículo 14 S1 estará, sostengo, entre los blancos potencialmente más abusados de interpretaciones heterodoxas encontrados en las nuevas normas. Este abuso se hará posible por el vasto reservorio de discreción administrativa otorgado a los obispos diocesanos bajo la ley reformada. Si bien es cierto que se deben cumplir algunos requisitos básicos para que un caso sea atendido de acuerdo al processus brevior, es igualmente cierto que estos requisitos no son muy difíciles de satisfacer bajo las nuevas normas.[/padding]
El Centro de Ley Canónica también sostiene que el «proceso acortado» para acelerar la entrega de declaraciones de nulidad serán la norma y no la excepción:
[padding left=»30px»]…Sería bastante ingenuo creer que los processus brevior serán algo excepcional o raro en la práctica tribunal contemporánea. Ciertamente, si las tendencias recientes en los procedimientos penales canónicos proporcionan alguna indicación sobre lo que podemos esperar en el futuro cercano (los últimos dos años han sido testigos de un esfuerzo concertado dirigido por la Congregación de la Doctrina de la Fe a alejarse de procesos judiciales y establecer procesos administrativos más cortos como la norma), es la opinión de este autor que, de manera similar, el processus brevior se volverá gradualmente la nueva norma en la práctica tribunal. Este proceso más corto será sin ninguna duda una puerta abierta para el abuso de la administración de justicia conforme muchos papeles serán colocados en las manos de una única persona, el obispo. En ese sentido, la confianza de uno en el proceso de nulidad matrimonial necesariamente dependerá en la confianza que se tenga en el obispo que pronuncie el juicio.[/padding]
Hasta aquí, los blogueros de Rorate no han visto ni un solo comentario extenso, no liberal, sobre el Mitis Iudex que sea abrumadoramente en favor de él y que no se haya retractado en alguna medida. Es verdad que algunas diócesis católicas y conferencias episcopales han publicado notas de prensa elogiando las reformas, pero francamente esto es de esperarse. Algunas diócesis Católicas conservativas (por ejemplo Madison, Wisconsin) han publicado comentarios intentando minimizar la naturaleza arrasadora de las reformas, pero estas nos parecen más bien una forma de control de daños. Ciertamente no es realista esperar diócesis que manifiesten oficialmente críticas a los decretos de Roma. No obstante, no ayuda a la verdad cuando los obispos tratan de poner buena cara ante una ley de la Iglesia tremendamente mala, particularmente una con consecuencias para la recepción de la doctrina.
A pesar de esto, esperamos que en poco tiempo, los abogados canonistas se unan para presionar a Roma en una forma pública y organizada para retrasar la implementación del Mitis Iudex. Nada menos que la consistencia histórica y la credibilidad de la Iglesia Católica y su enseñanza sobre el matrimonio están en juego. Sería una gran y terrible ironía que la Fiesta de la Inmaculada Concepción de este año se convierta en el día en que esta enseñanza tomara un golpe durísimo del cual no se recuperaría en muchas generaciones, sino siglos.
*Juris Canonici Licentia: Licenciado en Derecho Canónico
[Traducido por Denis Robertson. Artículo original]