En la ausencia de Donald Trump y del dictador venezolano Nicolás Maduro, los dirigentes reunidos en Lima (Perú) para participar de la Cumbre de las Américas firmaron un “compromiso” a favor de la globalización y de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas que organiza una gobernabilidad igualitaria desenfrenada. Las consecuencias para la libertad y la soberanía de los Estados podrían ser dramáticas.
Organizada cada tres años por la Organización de los Estados americanos (OEA), una suerte de ectoplasma de la Unión Europea, esta cumbre compromete gravemente en su declaración final las libertades nacionales. «Compromisos para la gobernabilidad democrática contra la corrupción», podría haber sido escrita por “espadas literarias” del Partido Comunista chino, respecto a los mismos temas que aquellos que han permitido a Pequín justificar las purgas o las prácticas totalitarias: adoctrinamiento de niños, limitación de la «la evasión fiscal» – de hecho sumisión a la fiscalización estatista- compartimiento de información sobre los ciudadanos entre los Estados, integración reforzada del hemisferio occidental.
Lo más preocupante es que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos están controlados por el Foro de San Pablo (FSP), una red de influencia de obediencia marxista y masónica. Una «brisa favorable» según los analistas oficiales, un «tsunami rojo» prefiere escribir Alex Newman en thenewamerican.com.
En la Cumbre de las Américas de Lima, gobiernos inspirados por el muy marxista Foro de San Pablo, Brasil
El Foro FSP fue fundado por el dictador comunista de Cuba Fidel Castro, los comunistas sandinistas de Nicaragua, los marxistas terroristas de las FARC de Colombia y el ex-presidente brasileño trotskista Luiz Inacio «Lula» da Silva. Su objetivo: instaurar en América Latina aquello de lo cual Europa se había librado: una dictadura comunista. Ciertamente Lula está en la cárcel y los afiliados del FSP perdieron el control de importantes Gobiernos como el de Chile o de la Argentina. Pero esa red también conoció importantes éxitos como en Bolivia o en Ecuador frecuentemente con la ayuda de Barack Obama incluso en países con raíces anticomunistas como Colombia.
El Compromiso de Lima denuncia la corrupción como un factor de bloqueo del «desarrollo sustentable de los pueblos de nuestro hemisferio». Ahora bien, la expresión «desarrollo sustentable» es el nombre en código de la globalización, del control sobre los gobiernos y mucho más aún. Para que todo sea bien claro afirma su apoyo a la Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo durable. Para decodificar este lenguaje laqueado a la moralina, es necesario saber que este programa globalista tiene como objetivo establecer un totalitarismo planetario, híbrido, mundialista, de fascismo, de socialismo y de tecnocracia, bajo el control del club de los dictadores que constituyen la ONU y de la oligarquía que los sustenta.
Sumisión a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, de carácter igualitaria y dirigista
Esta Agenda 2030 prevé una vasta «redistribución de riquezas» (olvidando que es necesario producirlas, como también motivar y recompensar a quienes las han creado), exige un control dirigista sobre la producción y el consumo al estilo del «Manifiesto comunista» de Marx, predica el adoctrinamiento de los niños para transformarlos en «agentes del cambio». Este «plan maestro para la humanidad» – uno tiene la impresión de leer el Pravda o el Neues Deutschlan durante los congresos del Partido– no debe «abandonar a nadie». El régimen comunista chino, que asesinó más seres humanos que ningún otro en la historia, se vanagloria de haber jugado un «papel crucial» en su elaboración. Ban Ki-moon, entonces secretario general de las Naciones Unidas, había hablado de «Declaración de interdependencia», teniendo en vista ridiculizar la «Declaración de Independencia» de los Estados Unidos.
En el campo clave de la educación, la cumbre de Lima prevé, a través de un entrelazamiento poco transparente de organizaciones gubernamentales, «armonizar» los sistemas educativos de las Américas, a la manera de la Unión Europea y de la Unión Africana. El objetivo es: «reforzar los valores democráticos y cívicos desde la primera infancia y a lo largo de toda la vida por medio de enseñanzas en todos los niveles». Evidentemente no explica por qué la educación debe ser confiada a organismos internacionales antes bien que a autoridades locales o nacionales, a las Iglesias o a las asociaciones y sobre todo a los padres. El principio de subsidiariedad es deliberadamente pisoteado en beneficio de una visión tecnocrática, globalista, autoritaria, niveladora y jacobina.
La agenda 2030 de las Naciones Unidas, un programa para eliminar la familia tradicional
En el programa de este adoctrinamiento educativo, la enseñanza de la «igualdad de géneros», tarta de crema del nihilismo en su etapa final, es una excusa para enviar a las mujeres al mercado de trabajo sin importar lo que verdaderamente piensen al respecto –a las madres de familia numerosas les será pedido que confíen sus hijos a la educación antinacional– como también para la eliminación de toda moral y costumbres tradicionales, de la autoridad paterna, con la promoción del aborto, del control de la población, de los comportamientos y de las familias.
Ivanka Trump, la hija «liberal» del presidente norteamericano, estaba presente en Lima. Ella aseguró que Washington desembolsaría 150 millones de dólares para animar a las «mujeres emprendedoras» de América Latina. Aún si la suma de dinero es simbólica, nada permite afirmar que este financiamiento de emprendimientos extranjeros por parte de los contribuyentes norteamericanos sea constitucional. Se observa también entre los acuerdos una miríada de exhortaciones a mayor «cooperación» entre esos gobiernos, que permanecen mayoritariamente dominados por los afiliados al FSP. Este pseudo-tratado, que pretende comprometer a los Estados Unidos en las políticas contrarias a su Constitución, organiza un secretariado permanente de la Cumbre con aplicación de las decisiones de este último. Pero el Senado norteamericano ni siquiera las examinará.
Matthieu Lenoir, reinformation.tv – 17 abril 2018
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