
«No comunión para los divorciados [vueltos a casar]: Creo que el Papa decidirá así»
Entrevista con [el arzobispo de Milán] Cardenal Scola: La fidelidad a la doctrina es necesaria.
Corriere della Sera
Entrevistador: Aldo Cazzullo
02 de Diciembre 2014
Cardenal Scola, en el Sínodo la Iglesia estaba dividida, y surgieron dos grupos, uno formado por una mayoría, la otra minoría. ¿Es esto normal? ¿O debemos preocuparnos por ello?
«La palabra «división» está fuera de lugar. Lo que surgió en el Sínodo fueron posiciones diferentes. Se abrió un debate, que a veces fue muy intenso, pero siempre con el fin de intercambiar puntos de vista. No fue una cosa nueva. Basta con mirar a los otros Concilios”.
¿Cuál es su posición?
«En lo personal sugerí abordar el tema desde su raíz, a la luz de una reflexión antropológica de la diferencia sexual, y, en el plano teológico, profundizando en la comprensión de la relación entre matrimonio y Eucaristía. Hice una propuesta que va en esa dirección, que también el Papa ha manifestado en más de una ocasión, de permanecer fieles a la doctrina y promover un proceso de anulación de matrimonio más a mano con el corazón de la gente y más rápido. Agregando el planteamiento de involucrar al obispo más directamente en el proceso de determinación de nulidad”
¿Significa esto que los fieles no tendrán que pagar por este proceso?
«Existe un mito generalizado acerca de esto. La Conferencia de los Obispos italianos durante un tiempo ha previsto la financiación de los tribunales y ha introducido a defensores públicos gratuitos. Hoy en Italia el que quiera abrir un caso para probar la nulidad de un matrimonio pueden hacerlo incluso si no tiene dinero. Es cierto que hay abogados dedicados a prácticas abusivas, esto se verá firmemente”.
¿Pero en el tema de la comunión a los divorciados y vueltos a casar, ¿cuál es su posición?
«He hablado de ello intensamente, en particular, con los cardenales Marx, Danneels y Schönborn que estaban en mi pequeño grupo, yo no era capaz de ver la razón de la posición de que, por un lado la indisolubilidad del matrimonio se encuentra fuera del ámbito de la discusión, pero por otra parte la doctrina de indisolubidad es negada en la forma que se aplica, de hecho, como si lo que está sucediendo es una separación entre la doctrina, la práctica pastoral y la disciplina. Esta forma de apoyar a la indisolubilidad del matrimonio lo reduce a una especie de idea platónica que existe en una esfera etérea pero que no tiene nada que ver con los detalles concretos de la vida misma. Y plantea un grave problema en la educación religiosa: ¿cómo le decimos a los jóvenes que se casan hoy, para quienes el «hasta que la muerte nos separe» es ya muy difícil, que el matrimonio es indisoluble, si ellos saben que de todos modos siempre habrá una manera de salir de él? Esta es una pregunta que no se plantea a menudo, y encuentro esto muy sorprendente”.
¿Y así, en el Sínodo Usted votó con la minoría?
«En todo caso, con la mayoría, aunque yo no lo pondría en estos términos. En las proposiciones que no recibieron los dos tercios de votos necesarios el voto parece haber sido entre líneas. Ciertamente, la posición del Magisterio me pareció, en los informes de los grupos pequeños, que fue la seguida por la mayoría. «
¿Qué haría Usted, si al finalizar el Sínodo, el Papa toma una posición que no comparte?
«Yo no creo que él puede tomar tal posición. Pero si creo que a partir de este debate se está prestando una atención real a los divorciados vueltos a casar y a los homosexuales, una conversación que hasta ahora no existía. Y los beneficios de este audaz debate en el Sínodo ya son evidentes. Aún más porque de esa discusión se logró un concepto fundamental: la familia como sujeto y no como objeto, de la proclamación del Evangelio. La familia está llamada a dar testimonio de la belleza de enfrentar la vida cotidiana con la mirada de la fe: las emociones, el trabajo, el descanso, el dolor, la enfermedad, la procreación y la crianza de los hijos, lo que se necesita para vivir una buena vida. En otras palabras, para generar una experiencia de la Iglesia a salir de sí misma”.
El Papa puede dejar doctrina sin cambios, pero es indudable que ha desplazado el énfasis hacia otros temas, en particular, a los temas sociales.
«Tenemos que re aprender algo: El estilo, pero el estilo, como Lacan (psicoanalista francés) solía decir, es el hombre. Y el estilo de este Papa ha representado para nosotros los europeos una pro-vocación, en el sentido etimológico de la palabra. Él ha puesto ante nosotros la urgencia de asumir nuestra tarea como cristianos de una manera diferente. Y esto trae consigo una dosis saludable de desestabilización, porque uno no cambia si uno no se irrita. En el Sínodo, sin embargo, y en las reuniones previas a la del Cónclave, observe la importancia de ese antiguo sentido de «comunión». Se requiere de todos reconocer en el ministerio Petrino el pilar que garantiza la unidad de la Iglesia. Puede haber diálogo intenso, incluso crítico y momentos de incomprensión, pero al final todos se coinciden.
El estilo de la Papa pide a cada uno de nosotros, los fieles, la humildad de escucharle atentamente y tratar de entrar en su perspectiva. Para comenzar, su experiencia de América Latina, él se ha formado en una cultura y teología de la que nosotros, los europeos no estamos informados adecuadamente, el Papa pone énfasis en aspectos a los cuales quizás nosotros estamos habituados a acercarnos desde una forma de pensar que es un poco más como teología de sillón, un poco más convencional”.
Usted ha dicho que la Iglesia ha tardado en abrirse hasta homosexuales. Ruini le respondió que la marea libertaria menguará, tal como sucedió con la marea marxista. ¿Está de acuerdo?
«Hace veinte años escribí que la revolución sexual pondría el cristianismo a prueba, tal vez incluso más que la revolución marxista. Ahora vemos que este es realmente el caso. Puede haber un reflujo de la revolución sexual. Ya vemos algunos signos de ello, por ejemplo, en los Estados Unidos existen asociaciones de jóvenes que eligen permanecer vírgenes hasta el matrimonio. También hay un movimiento de base en nuestra propia tierra que entiende la fidelidad a la familia en términos que son cada vez más informados y dispuestos a formas de vida que se basan en la fraternidad: la hospitalidad, los niños de crianza, adopción. Comparto la idea del cardenal Ruini que lo que la gente piensa no es lo mismo que es expresan los medios. Pero el camino correcto es el camino de asumir la responsabilidad de hacer todo lo posible en la situación. Con respecto a cómo se hacen las cosas en una sociedad plural, no podemos exonerar a nosotros mismos de tomar una posición pública y, por tanto, de proponer leyes que creemos que son las mejores de la situación. El mayor peligro hoy es la destrucción de la filiación, lo que significa ser un hijo o una hija, a través de las madres de alquiler que actúan como un útero en alquiler. Lo que esto hace es colocar en el mundo niños que han quedado huérfanos de sus padres vivos, con la enorme carga de problemas que esto ya está produciendo. «
Por lo tanto, de acuerdo a Usted, todavía tiene sentido hablar de valores no negociables. Aunque sabe que el Papa no reconoce esta expresión.
«No quiero parecer presuntuoso, pero nunca he utilizado esa expresión. Siempre he hablado de principios irrevocables. En cualquier caso, la expresión «no negociable» no quiere decir que no estamos dispuestos a entablar un diálogo con todos. Pero de hecho hay principios que para nosotros son fundamentales, como la necesidad de oxígeno para sostener la vida. Estoy convencido de que en una sociedad pluralista es necesario el proceso del que Ratzinger habla en su diálogo con Habermas. Presento mi visión en su totalidad dentro de una sociedad que toma nota de la presencia de sujetos con diferentes perspectivas, y busco el enfrentamiento que se produce con firmeza. Pero yo no puedo renunciar a ciertos principios. Si no se acepta mi posición, apelaré entonces al principio de objeción de conciencia”.
¿A qué puntos se refiere?
«Tenemos que decidir pensar en el grupo triple de los derechos, obligaciones y leyes como una unidad. No podemos hacer leyes equitativas sin referencia a los derechos y obligaciones en su conjunto. Hoy en día esta «terna» no se presenta como parte de un todo. Toda inclinación subjetiva pretende ser también un derecho fundamental. Aunque, de hecho, invocando una mayor libertad, lo que están tejiendo es un suéter que se está volviendo más apretado con leyes que cada vez lo hacen más pequeño”.
Estamos en vísperas de su discurso en San Ambrosio. Milán hoy está viviendo a través de la descomposición de las «periferias», los bordes de la ciudad, y la sublevación social.
«Me voy a referir a la tesis del Papa Francisco acerca de la» mega-ciudad «de Buenos Aires. La fuerza de Buenos Aires, dice el Papa, es su esencia como un poliedro. Todas las caras son, quizás, son diferentes de la otra, pero el poliedro permanece uno. Milán no es una «mega-ciudad», pero es en la actualidad una metrópoli, en la que ciertas áreas de la periferia se han convertido en lugares de marginación muy grave. Mis párrocos y Caritas dicen que ahora en esos lugares, solamente el 20-25% de la población tiene la seguridad de un ingreso estable. Esto ya no es un tema que puede ser limitado a los fenómenos de ocupación de las casas abandonadas, de las personas sin hogar, de los Rom, de elementos criminales pequeños y grandes. Paradójicamente en nuestra ciudad el problema puede ser cada vez menos posible de superar que el de los barrios pobres o favelas o villas miserias, porque los fenómenos de exclusión son tan numerosos como las manchas de un leopardo. Yo estaba en Baggio y Forlanini, y vi fila tras fila de grandes edificios de apartamentos en el que estos problemas son explosivos. Pero en Corvetto encontré otras manifestaciones de esto, y en Quarto Oggiaro otras más, con la paradoja escandalosa de que hay casas sin habitantes y habitantes sin casa.
¿Qué opina sobre Salvini alineándose con Marine Le Pen? (Nota: Matteo Salvini es un miembro del Parlamento Europeo para el Noroeste de Italia; Marine Le Pen es un político francés considerado como «derechista» y es miembro del Parlamento Europeo..)
«Me parece que ahora tiene un proyecto nacional. Por lo tanto, es necesario entender cuáles son las exigencias profundas con las que comienza su propuesta. Entre nuestro pueblo hay un gran temor. Y sería contradecir la realidad el creer que el fenómeno de la migración no aumenta ese miedo. Pero el miedo es un mal consejero. Uno tiene que prestar atención a este temor y llegar hasta su origen para encontrar las razones que permitan superarlo. Si en cambio, este miedo sigue rondando, se convierte en ira, y la ira es un terreno fértil para la ideología. La ira puede convertirse en violencia o renuncia narcisista. Esto es válido para todos, incluyéndonos a nosotros, los cristianos”.
[Traducción Zela Fabbri. Artículo original. Fuente, en italiano]