Los demonios son ángeles que se rebelaron contra Dios. No debemos estar atentos a los fenómenos extraordinarios que provocan los demonios, sino más bien estar pendientes de no imitarlos. A través del esoterismo abrimos la puerta a los demonios. Debemos también estar alerta ante la proliferación de revelaciones privadas y mensajes. El demonio siempre nos engaña vestido de luz. Ni siquiera leamos mensaje no aprobados por la iglesia, no es necesario tener un espíritu de estar buscando siempre algo «nuevo», la Revelación ya terminó.