Todo discurso sobre “pobreza” y “humildad” desde las altas esferas de la Iglesia debe ser tenido como un discurso irrelevante mientras que el mayor escándalo económico relacionado en la Iglesia, el sistema Kirchensteuer alemán (Impuesto de la Iglesia) siga existiendo. Ninguna cosa es por si sola la mayor responsable de la inestabilidad de la Iglesia actualmente que el Simoniaco Impuesto de la Iglesia, por el cual a la vez se excomulga a aquellos católicos alemanes que se rehúsan a pagarlo y así como que la jerarquía alemana utilice su inmensa riqueza y sus recursos financieros como herramienta de subversión y chantaje de toda la Iglesia Universal.
Un sistema que ha vaciado a la Iglesia en Alemania y al tiempo que su riqueza se convierte en un tumor que atenta la salud de toda la Iglesia. Cuando un Papa desmantele o por lo menos decida revisar el sistema de la Kirchensteur en Alemania (y en cualquier otro lugar donde este impuesto trabaje exactamente en el mismo sentido simoniaco) entonces todo el discurso sobre la pobreza se volverá al final creíble.
Iglesia Rica, Iglesia Vacía
Simone Varisco
Protagonistas del reciente Sínodo: el contraste entre los principales exponentes de la Iglesia Católica Alemana, desde Mueller a Kasper, Brandmuller a Marx, es valorado además desde sus diferentes visiones de la crisis de la Iglesia alemana y las posibles soluciones.
De acuerdo a los más recientes datos de la Conferencia Episcopal Alemana, en el 2013 fueron 24,2 millones de católicos (1) un descenso registrado respecto de los años anteriores (24.3 millones) y que representa el 29.9% de la población (eran el 42.7% antes de la re-unificación de Alemania en 1990), nuevamente distribuida en mayores porcentajes en el Sur de los Lander, como Sarre (62% de católicos) y Bavaria (54 % de católicos),
Por otra parte, es de considerarse, dentro de aquellos que se declaran así mismos católicos, que el porcentaje de fieles que regularmente asiste, al menos, a la misa dominical, ha estado dirigiéndose desde hace años, en dirección de cifras de un solo digito.
Así que no es casualidad que comparados con los años previos, las parroquias y otros lugares de servicios pastorales hayan disminuido por 137 unidades (11.085 en el 2013, respecto de una población total de más de 83 millones de alemanes. En Italia hay 25.677 parroquias individuales en una población de más de 60 millones de habitantes).(2) Tanto los bautizos de los niños nacidos dentro de familias donde hay al menos un padre es católico como los matrimonios celebrados bajo el rito católico son cada vez menos.
Además los sacerdotes diocesanos y religiosos en el 2013 registraron un descenso adicional comparado con el ya problemático año 2012. Mejorando, pero en camino de descenso, están los datos relativos al diaconado permanente, que aunque si se ha incrementado en número en un nivel nacional (+ 66 diáconos comparado con el año anterior) por años este se ha estado dirigiendo progresivamente al estancamiento, especialmente aquellos que sirven su función de tiempo completo (+ 15 diáconos comparados con el 2012).
Dentro de este muy incomodo escenario, destacan notablemente los indicadores económicos. Con 5.5. Billones de euros del ingreso neto en 2013, en crecimiento continuo desde el 2005, la Iglesia Católica Alemana es una de las mas ricas de todo el mundo (en segundo lugar está la Iglesia Evangélica alemana con ingresos netos de 4.8 millones en el 2013).
Cabe recordar que basándose en el Kirchensteuer, el impuesto a las religiones actualmente en vigor en Alemania, el Estado no es directamente el actor clave en la financiación de las comunidades religiosas dentro de sus territorios, pero es el enlace entre ellos y sus respectivos creyentes para recaudar los impuestos entre la lista de miembros de las respectivas comunidades. Pagando el Kirchensteuer, los fieles adquieren el derecho a una serie de “servicios religiosos”, algunos de los cuales también son conocidos como Sacramentos.
La cancelación en esta lista implica la exoneración del pago del impuesto para los ciudadanos, pero también el cese de los “servicios religiosos” (excepto en el caso de riesgo inminente de muerte) y la imposibilidad de cubrir roles específicos, tales como el ser padrino o madrina o ser empleado en las oficinas eclesiásticas. Con estas implicaciones, lo que pudiera parecer un simple acto administrativo en la relación entre los ciudadanos, el Estado y el sistema contributivo, es para todos los efectos, una deserción de la Iglesia – con la dura posición adoptada por la Conferencia Episcopal Alemana, a su juicio es para “preservar la fe y la educación católica de los niños.” (3)
La prosperidad económica que alimenta al país y a la gran máquina de la Iglesia Católica Alemana es la misma prosperidad material que está vaciando las iglesias, al punto que muchas de las grandes catedrales del país son visitadas más por los turistas que por los fieles.
También sostenido por el éxito económico que distingue a vastas áreas de Alemania de la mayor parte de las economías europeas occidentales, es el frágil balance, cada vez mayor, entre el crecimiento de la riqueza per cápita de los ciudadanos alemanes y el descenso de los fieles (hasta ahora se ha mantenido). Sin embargo, no es difícil predecir que si la hemorragia de fieles continua, como ha ocurrido en los últimos años, en un futuro cercano la Iglesia Católica Alemana estará cerca de la sombra de un colapso financiero.
Es absolutamente necesario tomar este factor en cuenta cuando se considera la confrontación mostrada recientemente en el Sínodo – si nada más por el falso sentido de urgencia para cambiar las tendencias. En el Sínodo, la Iglesia Católica de Alemania se probó así misma como una de las más dispuestas a las demandas del mundo moderno – una Iglesia que los medios masivos de comunicación no dudaron en definirla como “abierta”; y sin embargo una Iglesia “enferma”- de acuerdo a una terminología cercana al actual Pontífice – “cerrada” en una sociedad próspera cada vez más tentada por la completa inutilidad de la fe y erosionada por algunas de esas mismas fuerzas que están empujando en la dirección del cambio.
Es una apuesta segura que en el debate, el cual ha ocurrido desde hace bastante tiempo en la Iglesia alemana, así como en la Iglesia Universal, los principales protagonistas del Sínodo que solo acaba de concluir tienen toda la intención de no desempeñar el rol de simples espectadores. Ni en un lado ni en el otro.
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1.Para estos y subsecuentes datos : Katholische Kirche in Deutschland. Zahlen und Fakten. 2013/14, Secretariat of the German Bishops’ Conference, Bonn.
2. Archivos del Instituto Central para el apoyo del Clero ( Central Institute for the support of the clergy ’)
3. Allgemeines Dekret der Deutschen Bischofskonferenz zum Kirchenaustritt, II, 2.
Traduccion Teresa Larosini
[Original Translation: Contributor Francesca Romana]
Posted by New Catholic at 10/30/2014 12:00:00 AM