Esta tarde he asistido a una Sta. Misa en la forma extraordinaria del rito romano, también nombrada como Sta. Misa Tradicional. La Sta. Misa era de Requiem ofrecida por el alma de la madre de un buen amigo. A manera breve y “a vuela pluma” quiero decir unas palabras. Antes decir que yo tengo la gracia de celebrar la Sta. Misa tradicional cada lunes a las 20:00h. Para el sacerdote es de gran ayuda espiritual pero, también para los fieles que asisten. Hoy he asistido sin presidir la celebración y he podido apreciar, como en tantas veces, la gran profundidad espiritual que tiene la Sta. Misa Tradicional. Ciertamente no te “enteras” de todo lo que dice el sacerdote primero porque lo dice en latín (si estás atento siempre entiendes algo, mi conocimiento de latín es ridículo) y segundo porque hay una gran parte de oraciones que el sacerdote dice prácticamente en silencio. Enterarse de todo no es lo más importante. Hay algo más importante y es que cuando un cristiano católico vaya a oír la Sta. Misa salga tocado por el Señor, renovado por dentro. Con la certeza de que realmente he acabo de asistir a un acontecimiento que me supera, que me envuelve, que me llama y me atrae. Este acontecimiento es la renovación del sacrificio de Jesucristo en el calvario que, de manera incruenta, se hace realmente presente en el altar por medio del sacerdote que preside la celebración.
La Sta. Misa provoca la conversión del corazón del hombre como el soldado que mirando a Cristo crucificado exhalando ya su vida , reconoce que realmente, aquel que está allí crucificado es el Hijo de Dios.
Esta forma extraordinaria del rito romano es una maravilla, no puedes asistir a la Sta. Misa y no quedar tocado por el amor de Dios, esto es lo central. Nos han querido vender, yo estas cosas ya las tengo guardadas en el cuarto de los olvidos, que en la Sta. Misa hay que participar, es decir hacer, hacer cosas. Leer las lecturas, las oraciones, hacer procesiones de las ofrendas, muchos cantos ( con músicas pegajosas y en lengua vernácula con un mensaje poco claro). Y no hablemos de cuando cambian las lecturas de la Palabra de Dios por relatos de escritores o se inventan oraciones, hace la homilía un laico, van a buscar el Santísimo y reparten comunión fieles (hombres y mujeres) que van vestidos de manera informal…. Esto está ya pasado de moda, es antiguo, es arcaico, es estéril.
Llevo unos veinte años llevando la catequesis de comunión en las parroquias que he estado. Cada año cuando lo niños han hecho la comunión dejan de venir padres y niños. Llevo años consolando a las catequistas diciéndoles que al menos durante dos años han recibido formación y la mayoría han asistido con regularidad a la Sta. Misa del domingo. Pero…¿Cómo puede ser que prácticamente nadie, exceptuando alguna familia, no siga viniendo? ¿Cómo es posible que después de asistir a las charlas de formación tanto padres como hijos y a la Sta. Misa del domingo el Señor no les haya tocado el corazón….¡Al menos a la mitad! La típica respuesta es la de que estamos en otro tiempo o la típica escusa es el signo de los tiempos! Todo esto me parece una chorrada de dimensiones astrales. Después de reflexionar y rezar sobre esta asunto me atrevo a decir que nosotros hemos hecho las cosas mal. Suponiendo que se celebra la Sta. Misa, en el “novus ordo”, de la manera más curada y fiel tampoco arreglamos nada. Pero es q ya lo hacemos mal. Traigo a colación unos aspectos, seguro que hay más… La Santa Misa nueva está pensada para celebrarse de cara a oriente y esto no se hace. El latín, idioma oficial de la iglesia, se debía seguir usando en la celebración de la Sta. Misa, no se usa para nada. El gregoriano sigue siendo la música oficial de la iglesia y tampoco se usa. Tanto progresismo, es decir, tanta mundanización de lo sagrado para agradar más ha hecho que el misterio que se celebra se esconda y no lo perciba nadie…ni el sacerdote. Una cosa está clara, se han hecho muchas cosas para atraer a la gente y la realidad es que no atraemos a nadie. Las iglesias, salvo alguna honrosa excepción, están quedando vacías. No se transmite la fe porque no hay fe. La mayor parte de personas que quedan en la iglesia, son mayores en edad y son los que recibieron la formación catequética que ahora se ridiculiza (de preguntas y respuestas) y vivieron la Sta. Misa Tradicional.
La celebración de la Sta. Misa atrae necesariamente la gracia de Dios porque es santa. Pero es necesario que se cuide con esmero todo lo referente al culto para que la santidad de Dios se pueda manifestar y conmover las almas de tantos cristianos que viven una vida cristiana tibia y casi sin esperanza. Sin la Sta. Misa no puede haber vida cristiana porque todo nace de la Pasión y muerte del Señor Jesús y esto es lo que se hace presente en la Sta. Misa. La Misa Tradicional tiene el don de hacer como más presente la realidad de este maravilloso Sacrificio de Cristo. Quiera Dios que cada vez podamos vivir con más asiduidad esta forma del rito romano que, con alguna leve variación, lleva mil años alimentando la fe del pueblo de Dios, convirtiendo a los paganos y haciendo innumerable cantidad de santos.
PADRE JORDI GUTIÉRREZ BASSA (BARCELONA)