Padre Marcelino Gil, ejemplo formativo contra la deformación

¡Copo de nieve, mi Niño!

¡Virgen Blanca! ¿Mi ilusión?

Quiero vestirme de nieve…

¡De esa nieve que es amor!

(Padre Gil)

Algunos ya lo habrán reconocido, otros se preguntarán quién es o quién era el Padre Marcelino Gil

Me gusta curiosear las distintas hojas parroquiales que se pueden ver por las Iglesias adelante, me dan una idea de la mentalidad Diocesena en la que me encuentro. Me preguntaba si esas hojas no sería más conveniente que tuvieran una función formativa, más que deformativa, como suele ser el caso. Esta que tengo entre mis manos mientras les escribo, utiliza una cuartilla entera para explicarle a la gente la siguiente pregunta: “¿Quién es el guía o moderador de las ADEP?” y una foto en la que sale una señora dando la Comunión a otra señora que recoge el Cuerpo de Cristo con su mano. Todo muy ilustrativo y pío, así nos luce el pelo. Si alguno se pregunta que es eso de las ADEP, se lo traduzco: Asambleas dominicales en ausencia de Presbítero. Con esto, se rellena un folio. Obviamente, no saben o no tienen nada mejor que exponer y no les adjunto el texto, porque es mejor que ni lo lean, se lo imaginan y es suficiente. Resumiendo, en vez de utilizar un medio de difusión como es una hoja parroquial para formar cristianamente a los fieles de las Parroquias, lo que se hace es aleccionar en lo que un sector del clero considera fundamental, en este caso, en el capítulo de hoy, eliminar al Presbítero y poner al vecino del quinto con la Liturgia de la Palabra. Progrerío puro y duro, digamos las cosas como son, nada de medias tintas. Y para conseguir el objetivo, nada mejor que una hoja parroquial, ¿Vds. creen que esta es la función de dichas publicaciones? Si al igual que yo, están pensando que esto es un panfleto revolucionario, les recomiendo vivamente que abandonen la suscripción y busquen en los antiguos misales que están llenos de devociones con las cuales, además de dar Gloria a Dios, ocupan Vds. el tiempo santamente. Con la hoz y el martillo sobre el Cristo, ya hemos tenido suficiente por una temporada, no nos completen con lecturas subversivas, por favor.

IMG_8691Todo esto trajo a mi memoria unas publicaciones religiosas que le había visto a mi madre desde niña y que todavía guarda con celo, “bajo tu manto”. Estos pequeños libros formativos fueron creados bajo la dirección del Padre Gil, que fue un Sacerdote referente dentro de los Jesuitas de toda España. Nació en un pueblo de Valencia, Villanueva de Grao, en el año 1904 y murió en el año 1981. Los últimos 35 años de su vida los vivió en La Coruña.

Desde mi más tierna infancia recuerdo a mis padres hablar del Padre Gil, era un hombre vinculado a mi familia, a mi padre le unía una estrecha relación con él, que se traducía en bendiciones espirituales para todos nosotros. Eran tiempos en los que se rezaba el Rosario en familia, los niños iban con sus padres todos juntos a la Santa Misa, se pedía ayuda espiritual para sobrellevar las adversidades propias del estado de cada uno, la gente se confesaba…sintetizando, se vivía o se intentaba vivir en Gracia de Dios.

Nos bautizó a todos, a mis hermanos y a mí. No tengo un recuerdo físico de él, ya que era bastante pequeña cuando falleció, sin embargo fueron tantas las Gracias que mis padres recibieron a través de sus Santas enseñanzas y de su dirección espiritual, que todo ello revirtió en nosotros. Precisamente es ahora, en este momento de mi vida, cuando veo como todas esas cosas que nos inculcaron en la primera etapa de nuestra vida, producen su fruto y el ejemplo de una vida espiritual profunda y recia que pude ver en ellos, es lo que me anima a impulsar mi propio crecimiento espiritual, empujándome siempre a buscar el apoyo y la dirección en los Santos Sacerdotes. ¿Creen que no los hay? Busquen, el Señor siempre da las ayudas.

¡Qué importante es una buena formación en la infancia y que poco se valora en nuestros tiempos! Los padres, que antes eran los primeros educadores, hoy en día, desafortunadamente, muchos no saben ni enseñarles el Padrenuestro a sus hijos y así sucede que los niños, reciben su Primera Comunión en la mano y sin ni siquiera saber donde está el Sagrario, ¡cómo vamos a pretender que quede algo en su interior! ¡Triste realidad frente a la Sana Doctrina que se inculcaba no hace tanto! Pues no lo duden, esas buenas publicaciones eran un gran medio de formación para los fieles de todas las edades. Necrológicas, bodas, bautizos, vidas ejemplares, todo ello se mostraba entre sus páginas y eran grandes temas de conversación para las reuniones familiares. ¿Comentarían hoy en día Vds. en la cena, alguna noticia de su hoja parroquial? No me imagino a nadie entre bocado y bocado hablando del perfil del moderador de las ADEP.

Siempre le escuché a mi madre, que no se hablaba en toda la ciudad de otra cosa que no fueran las predicaciones del Padre Gil, sus ejercicios espirituales, su ayuda a los más necesitados, profesor de religión en el instituto, formador en la escuela de Santa Teresa, pero según todos los que le conocieron, lo más destacable de su personalidad fue la gran devoción a Nuestra Señora, un amor que trató de propagar por activa y por pasiva. Prueba de ello fueron las CC.MM. de Hijas de María y Señora de Lourdes que dirigió durante muchísimos años y en la radio tenía un espacio reservado para hablar de la Santísima Virgen, no de fútbol ni de cantinelas, como vemos hoy en día. Pero todo esto, aún no le parecía suficiente, no se conformó y fundó y dirigió la Casa de la Virgen como centro de actividades marianas y formación de nuevos congregantes. Y Vds. querrán saber, de dónde quitaba el tiempo…Sin lugar a dudas, Dios concede un extra a los que de verdad le aman y se entregan por Él. No perdía las horas en cafeterías ni en locales de moda, se desgastaba enseñando Sana Doctrina y con su ejemplo y su entrega, señalaba sin complejos el pecado y ensalzaba la vida de Gracia. Todo ello lo hacía extensible a la publicación “bajo tu manto” donde se podía leer una síntesis de sus homilías.

¿Qué les parece hasta aquí todo lo que les estoy contando? Quizás Vds. estén pensando en algún Santo Sacerdote al que han conocido y que al igual que él, se esforzaba por vivir su vocación como una entrega sin concesiones a Dios. Así era el Padre Gil, así eran muchos Sacerdotes antes de que un devastador Concilio entrara como un huracán en la vida de la Iglesia. Pastores entregados a su Ministerio, que buscaban principalmente la salvación de las almas, pasando horas y horas en el Confesionario. Precisamente, en esa misma Iglesia donde el Padre Gil entregó los últimos años de su vida, el otro día en un lapsus de una hora, se marcharon tres personas porque no había nadie para Confesar y créanme si les digo que es de las pocas Iglesias en mi ciudad en las que suelen estar los Sacerdotes en el Confesionario. Así que ya ven el panorama actual, como para intentar encontrar un director espiritual…

Fundó tantas capillas a lo largo del mundo, que él mismo solía decir que ya le faltaban advocaciones para todas esas capillas. Y es que un Sacerdote cuyo corazón no está cerca de la Virgen, difícilmente puede estar cerca de Dios.

¿Vds. no creen que esto, es lo deseable y loable en cualquier Sacerdote? Pues fíjense que contraposición, mientras él jamás quitó la sotana y mantuvo la gravedad Sacerdotal, otros, en estos meses de verano ya han puesto sus fotos en bañador en las redes sociales, tanto los futuros Presbíteros que abandonan el seminario en el verano, como los que deben tener poco trabajo en sus Parroquias y aprovechan los calores veraniegos para darse un chapuzón, cualquier día nos sorprenden en las publicaciones diocesanas con un reportaje ilustrativo. ¡Qué vergüenza! Para esto murió Nuestro Señor en la Cruz, para que el Clero se reboce en la arena como una croqueta. Y después pedimos en las oraciones de los fieles por los Sacerdotes mártires que mueren en el mundo, mientras con nuestra indiferencia no somos capaces ni de estar una hora rezando en el Sagrario por sus almas.

Me comentaba mi madre, lo mucho que le molestaba al Padre Gil ver a algún Sacerdote de la Compañía que ya despuntaba por ir con el Clerygman, en vez de con Sotana y él mismo les explicaba a mis hermanos la incorrección de esas acciones… “tengo un curita ye ye” sonaba en las emisoras de radio…el principio del declive.

Lo último que salió por la boca de este hombre fue un Canto, la Salve Regina que todos los sábados del año entonaba con el pueblo tres veces, añadiendo siempre, “tres minutos con la Virgen”, en los cuales hablaba de Ella…

Y hoy me he acordado de él, por su bondad y ayuda hacia mis padres, hacia mis hermanos y hacia mí, por su preocupación por la salvación de nuestras almas, para que algún día nos podamos encontrar en ese cielo inimaginable que el Señor reserva para los que le son fieles y cumplen sus Mandamientos. He pensado en esas publicaciones, “bajo tu manto” que eran un vergel espiritual para el alma, donde se ensalzaban vidas ejemplares como la de Mari Carmen González Valerio, la Reverenda Madre Dolores Balboa, donde se señalaban los ejercicios de piedad que un buen Católico debía seguir y donde se animaba a la gente a recibir ejercicios espirituales y a llevar una vida recta de oración y de piedad…y sinceramente, he deseado que todo eso vuelva a nuestra Iglesia, porque nos jugamos mucho, tanto como nuestra salvación.

“No soy Santo pero yo sé que estás, Madre y Señora,

siempre conmigo: ahora y en la hora…”

(Padre Marcelino Gil)

Sonia Vázquez

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