El rezo del rosario todo lo obtiene. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que une el cielo a la tierra; uno de los extremos está en nuestras manos, y el otro en los de la Santísima Virgen. Mientras sea rezado el rosario, Dios no podrá abandonar el mundo porque esta oración tiene gran poder en su corazón. El rosario es como una levadura que puede regenerar la tierra. La dulce Reina del cielo no puede olvidar a los hijos que, incesantemente, repiten sus alabanzas. El rosario sube como incienso al trono del Todopoderoso. María lo reenvía enseguida como un rocío bienhechor que viene a regenerar los corazones.
No hay oración que sea más agradable a Dios que el Santo Rosario.