¿SALDRÁ EL PAPA FRANCISCO DE INCÓGNITO FUERA DEL VATICANO?


«Cuando salgo a ayudar a los pobres, al Papa le gustaría venir conmigo»

El Limosnero del Papa nos habla de la ayuda a los pobres

VATICAN INSIDER, 29 de noviembre de 2013

«Si le digo al Papa que esta noche salgo a la calle para ayudar a los pobres, siempre me arriesgo a que quiera venirse conmigo. Él es así, no piensa en las molestias…». El Arzobispo Krajewski, «don Conrado» para los amigos, es el brazo caritativo del Papa, al que se dirigen los pobres para pedir ayuda. El Papa le eligió, y nombró obispo, porque conoció su actividad en favor de los vagabundos, a los que lleva comida por la noche en los alrededores de San Pedro. Ayer por la mañana, Krajewski recibió informalmente a un grupo de periodistas y les contó cómo el Papa quiere que se haga su caridad.

A don Conrado le preguntaron si el Papa Francisco ha salido alguna vez con él, de incógnito, a llevar ayuda a los pobres. El prelado sonrió y dijo: «siguiente pregunta». Poco antes, a este propósito, había dicho: «Enseguida nos dimos cuenta de que podía haber problemas de seguridad, es algo difícil, complicado, pero el Papa es así y no piensa en las molestias». Las fuentes vaticanas desmienten que Francisco haya salido de incógnito con su limosnero, pero nadie duda que, pudiendo, ya lo habría hecho muchas veces.

«El Papa me manda casi a diario las cartas con las peticiones de ayuda y, a menudo, escribe en el sobre: «Ya sabes lo que tienes que hacer»». El año pasado, de la Limosnería pontificia salieron 6500 ayudas por un total de un millón de euros, «pero ahora estas cifras se están doblando». Don Conrado explicó que las peticiones deben llegar por lo menos con el sello del párroco para tener una certificación de que sean auténticas. «Una vez comprobada la autenticidad, mandamos un cheque al párroco que lo cobra y lleva la ayuda, en nombre del Papa». Por tanto, no se les envía dinero directamente, sino que se lo llevan en persona. Y el Papa quiere que el arzobispo polaco haga lo mismo,  en su nombre, en la ciudad de Roma, o en situaciones de emergencia, como la de Lampedusa, donde el limosnero regaló 1660 recargas de teléfono.

«El Papa me dijo: en la cuenta de la limosnería no debe haber dinero; no hay que invertir, hay que gastar. Y frecuentemente me dice: ¿necesitas dinero? También me ha dicho: tú haces el trabajo más hermoso de todos».

Krajewski contó que había involucrado a la guardia suiza en el trabajo nocturno de asistencia a los necesitados, que los soldados del Papa realizan fuera del horario de servicio. Para adecuarse al estilo de Francisco, don Conrado ha cambiado su coche por uno más modesto. Y contó una anécdota relacionada con la famosa «Misericordina», el rosario de la cajita que Francisco aconsejó como «medicina» en el Ángelus de hace dos semanas. «Iba a llevar al Papa las facturas con el coste de la operación cuando entré en un bar y encontré al presidente de una fundación, al que conocía. Pues se ofreció a pagarlo todo: ¡en su vida había hecho limosna!».

Padre Santiago González
Padre Santiago González
Sacerdote de la archidiócesis de Sevilla ordenado en el año 2011

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