Hoy se ha inaugurado en Roma el Sínodo de la Juventud LGBT (oficialmente XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada a la juventud).
En su discurso de apertura, el Papa atacó al clericalismo. Como si él no fuera el más clericalista del mundo, que se niega a responder a las acusaciones presentadas por Viganò de que protegió y defendió a Ted McCarrick. Igualmente, despotricó contra los blogs; eso quiere decir que estamos haciendo bien nuestro trabajo.
El símbolo de este sínodo que nadie había pedido y que carecerá de toda legitimidad (ya que sus participantes fueron minuciosamente seleccionados para evitar toda oposición al programa pro LGBT del Papa) es la ferula escogida por Francisco: en vez de la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, este invento:
