“María no fue estéril, como dicen algunos” o “Las excelencias de la virginidad cristiana”
Hace unos días el Santo Padre dijo en una homilía en Santa Marta algunas cosas que conviene aclarar. Dijo que tanto Isabel como María eran estériles. Todos sabemos que Isabel sí era estéril, tanto por nacimiento como por edad; pero María no era estéril, era virgen. No confundamos la esterilidad con la virginidad.
La Virgen María es Madre de Dios y Madre nuestra, ¿cómo se le puede llamar a eso esterilidad?
No confundamos tampoco ser virgen con ser solterona. Una solterona es aquella que no se ha casado porque no le ha salido novio; como vulgarmente se dice: se ha quedado para vestir santos. María era virgen porque se había consagrado en cuerpo y alma a Dios.
Hay una paternidad/maternidad natural y otra paternidad/maternidad sobrenatural. Esta última es la que tienen los sacerdotes y las personas consagradas a Dios. El sacerdote es un verdadero padre; aunque también es amigo y hermano.
Hace tiempo ley no recuerdo dónde una frase que era una tremenda barbaridad y que se me quedó grabada. Decía así: «El sacerdote es un héroe porque al renunciar al matrimonio ha renunciado al amor». ¡Qué barbaridad más grande! En realidad es todo lo contrario, tanto el sacerdote como la mujer consagrada a Dios son precisamente los que más aman; pues por amor a Dios han renunciado a la parte para quedarse con el todo.
El fruto del amor del sacerdote son sus hijos. Cuanto más amor, más hijos sobrenaturales tendrá.
La virginidad es el supremo amor. Por eso decir que María era estéril es cuanto menos un gran disparate. No os dejéis engañar cuando os digan esas tonterías.
El matrimonio es bueno, pero la virginidad es más excelsa.