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Homilía: La alegoría de la caverna

Homilía: La alegoría de la caverna

I Domingo de Adviento
(Lc 21: 25-33)

A caballo entre los siglos V y IV antes de Cristo, el filósofo Platón trasladó a sus obras la alegoría o mito de las cavernas. En ella, unos hombres que estaban encadenados en una cueva veían pasar unas sombras por fuera de la misma, creyendo que toda la realidad exterior a la cueva se reducía a eso: sombras. Hoy días, hay muchos, tanto en la sociedad civil como en la religiosa que, engañados por falsos maestros y profetas, piensan que lo único que existe en la realidad son sombras.

La sociedad moderna vive en un mundo irreal y engañoso. La sociedad civil, mediante la manipulación de las masas, es engañada por las oligarquías corruptas. Oligarquías que han despojado a la sociedad de cualquier ética humana y ha convertido a sus miembros en robots para que sean fácilmente manipulables. Una sociedad que ha legitimado la inmundicia y el vicio y que persigue la verdad y la virtud. Ciudades que en otros tiempos fueron gloriosas, son ahora antros de corrupción gobernados por analfabetos corruptos.

En la sociedad moderna religiosa la situación no es muy distinta. Una Iglesia gobernada por una jerarquía que en su mayor parte ha apostatado. Al apostatar, ha dejado de alimentar a sus fieles con el alimento de la Palabra de Dios. El pueblo católico sigue practicando una religión (quien todavía practica) que ya no es la religión auténtica heredada de Jesucristo y transmitida fielmente por la Iglesia de siempre….
…………

Cuando Platón habla del final de este mito, dice que uno de los encadenados logró soltarse y salió fuera de la cárcel; pudiendo comprobar que la realidad era muy diferente a la que le habían enseñado. Entonces volvió dentro para enseñárselo así a los demás; pero éste no fue creído, sino que lo persiguieron para matarlo. Hoy día, el hombre ha caído en tal grado de servilismo, adoración y sumisión, que no es otra cosa que manifestación de estar diabólicamente poseído. Ya no se cree en el testimonio de los santos, sino en la palabra engañosa de los falsos profetas, que no son otra cosa sino enemigos de Dios.

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Nació en Totana-Murcia (España). Se ordenó de sacerdote en Murcia en 1956, simultaneando sus estudios con los de Derecho en la Universidad de Murcia, consiguiendo la Licenciatura ese mismo año. Entre otros destinos estuvo en Cuenca (Ecuador), Barquisimeto (Venezuela) y Murcia. Fundador de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, aprobada en 1980, que cuenta con miembros trabajando en España, Ecuador y Estados Unidos. En 1992 fundó el colegio Shoreless Lake School para la formación de los miembros de la propia Sociedad. Desde 1982 residió en El Pedregal (Mazarrón-Murcia). Falleció en Murcia el 6 de Julio de 2022. A lo largo de su vida alternó las labores pastorales con un importante trabajo redaccional. La Fiesta del Hombre y la Fiesta de Dios (1983), Comentarios al Cantar de los Cantares (dos volúmenes: 1994 y 2000), El Amigo Inoportuno (1995), La Oración (2002), Meditaciones de Atardecer (2005), Esperando a Don Quijote (2007), Homilías (2008), Siete Cartas a Siete Obispos (2009), El Invierno Eclesial (2011), El Misterio de la Oración (2014), Sermones para un Mundo en Ocaso (2016), Cantos del Final del Camino (2016), Mística y Poesía (2018). Todos ellos se pueden adquirir en www.alfonsogalvez.com, en donde también se puede encontrar un buen número de charlas espirituales.