Homilía: La soledad del cristiano actual


16º Domingo después de Pentecostés
(Lc 14: 1-11)

Las personas maduras cuando releemos este episodio lo primero que nos viene a la mente es cuánto han cambiado las bodas: antes era un auténtico y alegre compromiso de fe, donde un hombre y una mujer se prometían fidelidad para toda la vida ante Dios. Ellos se daban cuenta de que era un momento único en sus vidas. Hoy día, por la pérdida de la fe y del sentido del compromiso verdadero se ha transformado en un mero acontecimiento social. La degeneración ha llegado a tal punto que ya no hay compromiso, ni boda, ni fidelidad… No os podéis imaginar cuánta añoranza produce todo esto en nosotros los mayores.

Se ha procedido a la destrucción total del matrimonio, y con ello de la familia, célula básica de la sociedad y escuela cristiana para los hijos. La desaparición del solemne compromiso matrimonial es más grave de lo que le pueda parecer a muchos. El hombre fue creado por Dios para amar y ser amado. El amor es el motor de la existencia del hombre; de tal modo que sin amor no puede vivir.

No es bueno que el hombre esté solo – nos decía él Génesis. El hombre ha sido creado para vivir comprometido. Al eliminar el compromiso atentamos directamente contra el hombre y el propósito por el cual Dios le creó.

El hombre como cabeza de familia. Significado de la frase de Efesios: “la mujer ha de estar sometida al varón”. Los que se aman desean pertenecer el uno al otro, someterse por amor. Eso no es esclavitud, sino amor.

Si desaparece el matrimonio cristiano también desaparecerá el amor cristiano. El matrimonio ha sido eliminado, pero ¿cómo hemos podido llegar a esta situación? Ya no se cree en el amor de verdad, en el amor para siempre. El amor, que es el fin último del hombre, ahora ha quedado reducido al sexo.
Incluso la expresión que se decía “hasta que la muerte os separe” es relativa; pues con la muerte de disuelve el vínculo conyugal pero no el amor. El amor es más fuerte que la muerte. En cambio el Maligno ha conseguido desintegrar a la familia cristiana. Ya no se cree en las palabras de Cristo en el Evangelio… (sigue)

Padre Alfonso Gálvez
Padre Alfonso Gálvezhttp://www.alfonsogalvez.com
Nació en Totana-Murcia (España). Se ordenó de sacerdote en Murcia en 1956, simultaneando sus estudios con los de Derecho en la Universidad de Murcia, consiguiendo la Licenciatura ese mismo año. Entre otros destinos estuvo en Cuenca (Ecuador), Barquisimeto (Venezuela) y Murcia. Fundador de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, aprobada en 1980, que cuenta con miembros trabajando en España, Ecuador y Estados Unidos. En 1992 fundó el colegio Shoreless Lake School para la formación de los miembros de la propia Sociedad. Desde 1982 residió en El Pedregal (Mazarrón-Murcia). Falleció en Murcia el 6 de Julio de 2022. A lo largo de su vida alternó las labores pastorales con un importante trabajo redaccional. La Fiesta del Hombre y la Fiesta de Dios (1983), Comentarios al Cantar de los Cantares (dos volúmenes: 1994 y 2000), El Amigo Inoportuno (1995), La Oración (2002), Meditaciones de Atardecer (2005), Esperando a Don Quijote (2007), Homilías (2008), Siete Cartas a Siete Obispos (2009), El Invierno Eclesial (2011), El Misterio de la Oración (2014), Sermones para un Mundo en Ocaso (2016), Cantos del Final del Camino (2016), Mística y Poesía (2018). Todos ellos se pueden adquirir en www.alfonsogalvez.com, en donde también se puede encontrar un buen número de charlas espirituales.

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