Domingo I de Cuaresma (Rito Extraordinario)
Mt 4: 1-11
«Las tentaciones de Jesús en el desierto»
Jesús se sometió a las tentaciones por amor a nosotros. La tentación es una prueba que hemos de superar con la ayuda de Dios. Hemos de rezar en la tentación para no caer en ella. Una tentación superada supone un crecimiento en la vida de santidad. La tentación no es un pecado; el pecado es caer en la tentación. De hecho, la tentación puede ser algo «bueno», pues es una prueba de nuestro amor a Dios.
Prácticamente el resto de esta homilía habla sobre la primera tentación y algo sobre la segunda. No trata la tercera tentación por falta de tiempo.