De la Penitencia (I)

De la penitencia.

Diremos brevemente de la necesidad y de la noción de la penitencia, y luego expondremos: 1°)  las razones por las que debemos aborrecer y evitarel pecado; 2°) las razones por las que debemos repararle, y los medios para ello.

Necesidad y noción.

Art. I. — Aborrecimiento del pecado (mortal y venial)

Art. II. — Reparación del pecado (razones y medios)

Necesidad y noción de la penitencia.

La penitencia es, después de la oración, el medio más eficaz para purificar al alma de sus culpas pasadas, y también para preservarla de las venideras.

1°) Por eso, cuando iba Nuestro Señor a dar comienzo a su vida pública, hizo que su precursor predicara la necesidad de la penitencia: “Haced penitencia, porque ha llegado el reino de los cielos”. Manifiesta claramente que él mismo ha venido para llamar a los pecadores a la penitencia: Tan necesaria es esta virtud que, si no hiciéremos penitencia, pereceremos: Tantoentendieron así los Apóstoles esta enseñanza que, desde su primera predicación, encarecen la necesidad de la penitencia como condición para prepararse al bautismo.

La penitencia es realmente, para el pecador, un acto de justicia; porque ha ofendido a Dios y violado los derechos divinos, tiene obligación de reparar el mal que hizo. Esto lo lleva a cabo por medio de la penitencia.

2°) La penitencia se define diciendo ser una virtud sobrenatural, que se refiere a la justicia, e inclina al pecador a detestar el pecado porque es una ofensa cometida contra Dios, y a formar propósito firme de evitarle en lo futuro y de repararle.

Comprende, pues, cuatro actos principales, cuyo principio y enlace échanse de ver fácilmente, a) Con la luz de la razón y de la fe, vemos que el pecado es un mal, el mayor de todos los males, y, a decir verdad, el único mal, porque es una ofensa contra Dios y nos priva de los bienes más estimables; yaborrecemos ese mal con toda nuestra alma. b) Sabiendo, además, que el mal ese existe en nosotros, porque nosotros fuimos quienes pecamos, y, que, aun habiendo sido perdonados, quedan en nuestra alma algunas reliquias, concebimos vivo dolor que atormenta y angustia al alma, sincera contrición y honda vergüenza. c) Para evitar en lo futuro tan aborrecible mal, tomamos lafirme resolución o el propósito decidido de apartarle de nosotros, huyendo cuidadosamente de todas las ocasiones que nos pudieran arrastrar a él, y dando fuerzas a nuestra voluntad para que resista a las malas inclinaciones. d) Por último, entendiendo ser una injusticia el pecado, determinamos repararle, opagar por él con afectos de dolor y con obras de penitencia.

“COMPENDIO DE TEOLOGÍA ASCÉTICA Y MÍSTICA”

Adolphe Tanquerey

San Miguel Arcángel
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