Cuando Charles Dikens escribe su genial obra «A Christmas Carol» (Canción de Navidad), a través del personaje llamado Scrooge y ciertos encuentros fantasmagóricos, quiere enseñar, entre otras cosas, lo importante del desprendimiento y lo malo del egoísmo. Dikens así, no afecta en modo alguno a la fiesta navideña.
Pero la concepción papanoelesca de la Navidad, tapa una verdad y enseña una mentira, y presenta una generosidad maquiavélica.
Papá Noel es un atroz egoísta: acapara indebidamente esperanzas ajenas y las carga en su bolsa.
No hace mucho tiempo, una maestra les dijo a sus alumnos que el personaje llamado Papá Noel, sus regalitos y las historias navideñas que suelen contarse sobre él, era todo una falsa ilusión. Concomitante a eso, les enseñó el correcto significado de la Navidad, y les habló entonces del nacimiento del Niño Dios en el pesebre de Belén.
Como era de esperarse, los niños contaron a sus padres lo aprendido, y la queja no demoró en hacerse presente: acusaban a la docente de haber demolido una importante ilusión en sus alumnos.
Entiendo que lo anterior encierra demasiada gravedad: la gravedad de una acusación lamentable, que defiende un engaño terrible; la gravedad de cambiar el significado esencial e inigualable de la fiesta navideña, por uno falso.
No creo que a nadie le agrade que en el día de su cumpleaños, en vez de festejarse su nacimiento, comience a celebrarse la aparición de una nueva marca de shampoo para el bien de todos los cabellos existentes. Y pienso también que todos estaremos de acuerdo en tildar de necio a todo aquél que pretenda defender el cambio. ¿Qué tiene que ver el festejo de la existencia de un ser humano, con la aparición de un nuevo producto para el pelo? Nada en absoluto.
Y bien, otro tanto ocurre con el “bonachón de rojo”. .El gordo de barbas blancas no tiene absolutamente nada que hacer en el día en que nació el Salvador del mundo; el visitante de chimeneas y sus dádivas, es, en verdad, un escamoteador del Verdadero Regalo.
Tristemente, conforme a mi experiencia personal, cuando niño sufrí varios robos de navidades. Esperaba ilusionado encontrar en algún momento al jocoso de risa contagiosa dejando en el arbolito unos cuantos regalos, en especial los que uno quería. Y ajustando más las cosas, la Navidad se transformaba entonces en la espera de un obsequio y su ulterior disfrute. La Navidad era alegría por la obtención de una materia. Y así, uno y otro año, se pasaban en la ilusión de cosas que solo servían para enterrar más el verdadero significado de una fiesta de valor inconmensurable. El barrigón me robaba navidades y el tesoro inigualable que encerraban, y, a cambio, me dejaba, por ejemplo, un diminuto rodado de cuatro ruedas, que en días más, días menos, estaba destinado a desaparecer por efecto de mi descuido, traducido muchas veces en la destrucción del objeto.
Hoy veo a lo de Papá Noel como una gran estafa pergeñada contra el alma de los hombres; estafa que se sigue viabilizando en el tiempo, desde su aparición hasta nuestros días, gracias, precisamente, a la continuidad que le dan los hombres.
Niños ilusionados, y mayores que se ilusionan en ver ilusionarse a los hijos. La falsa ilusión y sus derivados. Este engaño atroz que ha buscado diluir el significado verdadero de la Navidad, esto es, la venida del Redentor para la salvación de los pecadores; este obsequio invaluable de la Caridad por antonomasia para bien nuestro, se enmarca también en aquellas palabras de las Escrituras: «La verdadera luz, la que alumbra a todo hombre, venía a este mundo (…), y el mundo no lo conoció». El ladrón de navidades favorece ese «no conocimiento», o, al menos, contribuye significativamente a desdibujarlo en consideraciones inútiles.
Se ha intentado siempre vincular al gordo con San Nicolás de Bari. Pero la comparación es improcedente. No hay relación posible; y si es por el tema de los obsequios, es tanto como querer igualar las antenas de una hormiga y las de una televisión, simplemente por el hecho de ser antenas. Nada en común tiene un usurpador de fiestas, y un santo respetuoso de las mismas.
El pensamiento papanoelero que se tiene sobre Navidad, debería traducirse como el Día Internacional del Mega Latrocinio. A propósito de días internacionales -muy de moda en la actualidad-, hubieran utilizado la figura de Papá Noel para hacer el día internacional del regalito, usando un día que no fuera el de la Navidad. Tal vez hasta podría ver al hecho con cierta simpatía; pero la sola superposición que se ha dado, indica demasiado, en el grado que ya he dejado sentado.
Tiempo atrás mantuve un intercambio de ideas con un respetuoso lector de mis notas, al cual le quedo siempre agradecido por el tiempo que se ha tomado en leerme y responder mis diferencias. Creo provechoso dar a conocer lo medular de esas charlas. A lo del lector que mi hizo saber sus pensamientos lo doy a conocer con la letra “L”, y a mis respuestas las doy a conocer con la letra “T”. Comencemos.
L: “Papa Noel (San Nicolás de Bari) fue uno de nuestros hermanos mayores en la familia católica y del cual deberíamos seguir su ejemplo. Papa Noel (San Nicolás ) se tomó tan en serio las enseñanzas de Jesús que incluso hizo milagros casi tan grande como Jesús, uno de ellos fue juntar los pedazos de cuatro niños descuartizados y traerlos a la vida, por eso es el santo más querido por los niños. Ahora bien, desprestigiar a Papa Noel seria como dentro de una familia hablar mal de nuestro hermano mayor del cual tanto tenemos que agradecer y aprender, creo que si le preguntáramos a Jesús nos diría que cada uno de nosotros debería ser como Papa Noel, porqué se lo relaciona con la Navidad. Papa Noel (San Nicolás de Bari) nació y murió en periodo de Navidad, Navidad no es solo un día sino un periodo. Con respecto a la apariencia, fue tomada de un cuento que un padre en el país del norte le cuenta a su hijo, y posteriormente fue tomado por la Coca Cola e incluyéndole sus colores, ahora la representación tiene mucha importancia, creo que no, también podríamos decir que el Niño Alcalde o el Niño de Praga no es Jesús o también que la Virgen de Pompeya o la medalla Milagrosa no es María. El nacimiento de Jesús es para los Católicos un acontecimiento tremendamente grande que no se cambia por nada, pero no desprestigiemos a quienes tanto tenemos que agradecer en nuestra casa.” T: Estimado ‘L’. Al separar la persona de San Nicolás de Bari de la de Papá Noel, estoy resguardando al primero de los engaños del segundo. Defiendo al hermano en la fe, de un farsario. Papa Noel no es –como brevemente digo en la nota- el representante del santo varón, sino una figura impostora, una ficción que pretende escamotear el verdadero espíritu de la Navidad. De hecho, la experiencia lo confirma, para miles y miles, Navidad es igual a regalos papanoeleros. La comparación con el Niño de Praga o la Virgen es improcedente, porque su representación es concreta. San José se representa con San José, no un con una suerte –por ejemplo- de Robin Hood, y todo porque ambos –por ejemplo- fueron pobres. Se ha intentado hacer un salto asociativo entre el virtuosísimo varón de Bari con Papá Noel, y esa es la versión que circula en internet y de la cual la mayoría se sirve; falsa traslación, que solo sirve para confundir. Con todo, me resta decir lo siguiente. Pienso que si el santo se hubiera enterado que algunos, tergiversándolo, lo iban a usar para ponerlo como centro de la Navidad, se hubiera indignado. Y hay algo aún más significativo que prueba la falsedad del relato que se conoce: que aún concediendo de momento la veracidad del relato, aún cuando Papá Noel fuera San Nicolás de Bari, la Navidad no es para celebrar a un santo –sea quien fuere-, sino el nacimiento del Niño Jesús. Nada debe desviar la atención de ese hecho central y fundamental. Resumiendo: 1) el Papá Noel (al menos el más extendido) no representa en modo alguno a San Nicolas de Bari como falsamente algunos textos que circulan asocian. 2) Es defender a San Nicolas de Bari el distinguirlo de una figura comercial e impostora. 3) El Papá Noel, como lo confirma la experiencia, ha servido para quitar la atención de los hombres de la verdadera fiesta. 4) La Navidad es la celebración del hecho histórico y amorosísimo del nacimiento de el Niño Dios. 5) Sigamos el ejemplo de San Nicolás, que, como todos los santos, celebraron la Navidad, pero jamás pretendieron que sea la Navidad la que los celebre a ellos.
L: Estimado ‘T’. La Navidad no solamente la festeja el mundo Católico sino también otras culturas. Navidad no se festeja desde hace 2.000 años, Navidad se festeja desde hace aproximadamente 5.000 años con diferentes denominaciones, el solsticio de invierno norte se produce aproximadamente el 21 de diciembre momento en el cual el sol comienza su regreso hacia el extremo norte, para llevar la luz y la vida cuando todo parece morir, al no saber precisamente y con exactitud el nacimiento de Jesús, el Papa Julio I en el año 345 con mucha lógica y criterio la asoció con el nacimiento de Jesús, y colocó como fecha fija el 25 de diciembre también por la insistente inquietud del pueblo por saber cuándo se produciría el solsticio, cosa que para los astrónomos de la época llevaba bastante tiempo debido a la falta de tecnología, en la noche más larga de mayor oscuridad es que se le atribuye haber nacido a Jesús porque el sol es la vida, y Jesús, EL CRISTO, es la vida espiritual, ambos se han fundido el mito solar con el cristianismo, pues se ha comparado a Jesús con el sol, y si se tiene duda basta con entrar a la capilla ardiente de una iglesia y observar la custodia. Vamos a San Nicolás de Bari. San Nicolás nació en Patata al sur de Turquía y fue Obispo de Myra, donde fue sepultado, sus restos fueron raptados para protegerlos de la invasión Islámica y llevados a la ciudad de Bari en el sur de Italia, la tumba de San Nicolás segrega un líquido que por estudios realizados es de altísima pureza y con virtudes milagrosas el cual es repartido en muchas catedrales del mundo que están bajo su advocación, entre ellas la Catedral de La Rioja Argentina. Ahora, Papa Noel, el viejo pascuero, Santa Claus, San Nikelaos, San Nicolás, no se pueden separar; no se puede considerar a uno como el santo varón y al otro como un farsario, no, y eso porque representa al mismo ser con diferentes apariencias. Si hay alguien que representa el espíritu de la Navidad es Papa Noel aunque no lo sea. Es el animador de la fiesta, y no el dueño del cumpleaños, nadie como él expresa bondad, alegría, y, sobre todo generosidad, claro que para ser generosos muchas veces tenemos que acudir a centros comerciales, a no ser que queramos ser generosos regalando cosas viejas y usadas. En fin no se puede separar lo que se ES. Se puede cambiar su forma, su apariencia, y quizás algunos su sentido, tanto los que lo crearon como los que lo mal interpretan. Pero los seres humanos no solo pueden ser cambiados y transformados por otros, sino por sí mismos, más allá de las transformaciones que la vida nos produce naturalmente. Un ser humano varón puede transformar su cara, su pelo, su voz, su cuerpo, incluso extirparse partes de su cuerpo, también cambiar su identidad, pero basta un solo pelo para saber quién es, nunca se puede cambiar lo que se ES. T: Estimado ‘L’. Siempre estuve haciendo referencia a la Navidad Católica (única y exclusiva). Y tal Navidad tiene por centro único a Cristo, su nacimiento. Insisto en distinguir al Santo del farsario, e insisto en que la única asociación viene de la mano de versiones que circulan sin seriedad. San Nicolás es San Nicolás, Papá Noel es lo que es. Una prueba más es que no hay siquiera un solo documento eclesiástico, un solo texto de algún santo que haga la relación. Más allá de lo anterior, invoco la experiencia que veo, y que me muestra que cada vez más Navidad es Papá Noel y no el nacimiento de Cristo.
L: Estimado ‘T’. Me gustaría comentarte que tengo un vecino que se llama Pedro pero casi nadie lo conoce por Pedro, pero si todos lo conocen por Cacho. Para nada se me ocurriría pensar que Pedro es Pedro y Cacho es Cacho, tampoco se me ocurriría buscar algún documento civil donde me diga que Cacho es Pedro, porque jamás lo encontraría, pero la realidad es que Pedro es Pedro y Cacho es Pedro. Pero gracias a Dios muchos sacerdotes y no los nuevos sino los sacerdotes viejos, ya han dilucidado esta confusión, aunque por lo que se ve son muchos los que no se enteraron o no se quieren enterar. T: Estimado ‘L’. Me alegro por lo de Pedro, y por su sobrenombre, Cacho, pues el sobrenombre es un caso, y otra cosa distinta sería una falsa parodia de él, que pretenda ser él pero lo deforme. No sé si San Nicolás tenía sobrenombre, lo que estoy seguro (una vez más recurro a la inconcusa experiencia) es que Papá Noel es un impostor que nada tiene que ver con San Nicolás. Tocante a los sacerdotes viejos, si puedes pasarme algún texto de ellos sobre la cuestión dilucidada, más que agradecido te quedo. Cordial saludo.
L: Estimado ‘T’. En cuanto a los textos no tengo ninguno, solo hace falta ir a misa y escuchar o en su defecto preguntarle a un sacerdote. Pero ese concepto aferrado de que papa Noel es un impostor y no puede representar a San Nicolás, debe ser el mismo concepto de que Jesús no puede representar al Sol, (pero basta con ver el sagrario). T: Estimado ‘L’. Sucede que no conozco sacerdote de los viejos que hayan llegado a “dilucidar” la cuestión, tal como dices. Para ello se deben haber servido de algo. Y eso de lo que se han servido realmente debe ser muy misterioso, pues deben tener una lucidez mayor que los santos, pues en los textos de éstos no sé encuentra aprobación alguna a la yunta moderna que atribuyes a «muchos sacerdotes viejos». Qué notable, un sabio y anciano sacerdote, el R.P. José Mendiano, Parroquia Nuestra Señora de Lourdes (San Luis, Capital), hace un tiempo, en uno de sus sermones, fulminó a Papá Noel por los motivos que ya de sobra he repetido. Tenía en aquél entonces más de 80 años. Y la cuestión simbólica del sol y Cristo, no se compara en modo alguno con un Santo y un embustero.
L: Estimado ‘T’. New York es la ciudad que más ama a San Nicolás y el primer lugar en América que se le rindió culto desde 1.626 en que un barco Holandés llego con su estatua en la proa. Luego le hicieron una esfinge en tierra firme, de tanto nombrar a San Nicolás se mimetizó y quedó Santa Claus. Ahora, todas las distorsiones, deformaciones, tergiversaciones, etc., etc. que puedan haber hecho deberías preguntarles a quienes las hicieron. La devoción por San Nicolás se propagó a Latinoamérica, en Chile le dicen Viejo Pascuero, en Argentina Papa Noel, y es el mismo Santa Claus (San Nicolás), aunque se haya tergiversado su representación, siguen teniendo algo en común, su aspecto alegre, bonachón, y, sobre todo, su generosidad, virtudes que el propio Nicolás dominaba a la perfección. Pobre padre José Mendiano, me apena mucho su desinformación, aunque hay muchos como él, pero gracias a Dios no todos. Con respecto a la cuestión simbólica del Sol y Cristo, no es una cuestión y tampoco es simbólica; es literal, la Hostia es el cuerpo de Cristo. Mucho se habla de que el centro de atención debe ser Jesús, quisiera saber dónde va a nacer Jesús y si estamos preparados para recibirlo, porque si creen que será en una cueva en belén, eso fue hace 2.019 años, o en un brindis, o contemplando la representación de un hermoso y bello pesebre, o tal vez en una delicada representación teatral o tal vez en la Iglesia, todo esto es hermoso, pero lamento desilusionarlos. Jesús no nacerá ahí, para ir al cumpleaños hay que conocer la dirección y estar muy bien preparados para recibirlo. Y puedo asegurar que la gran mayoría de los seres humanos del mundo no estamos preparados para recibirlo. T: Estimado ‘L’. Veo que no nos pondremos de acuerdo. Encima ahora sí admitís tergiversaciones. Lo tergiversado no es lo real. La devoción por San Nicolás no tiene nada que ver con la deformación. Tocante a la eucaristía, el sol es símbolo, pero el sol físico no es Dios. Hay que ver lo que es un signo y lo significado, una cuestión de lógica. Jamás negué que Cristo esté en la eucaristía, no pongas en mi escrito cosas que no he afirmado. El Padre Mendiano como otros sabios sacerdotes sabían lo que dicían. Vos aún de esos «muchos» que nombraste no me dijiste un solo nombre. Ayer y hoy, en el centro, veía a la gente compulsivamente comprando y comprando regalos. Bien: la experiencia de nuevo y el papa Noel que defendés.
L: Estimado ‘T’. Las tergiversaciones siempre las he admitido porque siempre están y mucho más en historias tan antiguas. Respecto al nacimiento de Jesús que tanto defendés, no leí nada. Toda parte física tiene su parte espiritual es una cuestión de lógica, la hostia es la imagen del sol, sola basta con verla, y es la vida espiritual, el sol físico es Dios y es la vida física y espero que no se apague por el bien de los que creemos que es Dios y de los que no también, porque se terminaría toda vida física, destrucción total y caos universal. Lástima que estos sabios sacerdotes hayan ocultado tantas cosas. Con el fuego de Dios físico el cual emite la luz y sus tres colores principales que corresponden a la SANTÍSIMA TRINIDAD y es PADRE HIJO Y ESPIRITU SANTO pases una hermosa Navidad. T: Estimado ‘L’. El sol físico es una estrella, eso es astronomía no lógica. El sol físico se aplica a Cristo por simbología. Pero veo que así como confundís eso, también haces con San Nicolás. Por otra parte, todo mi artículo titulado ‘Ladrón de Navidades’ es en defensa del nacimiento de Jesús, pero decís que no leíste nada mío sobre el nacimiento del Redentor: te invito a releerlo, en especial la última parte que cito las Escrituras, diciendo que ‘la Luz vino a este mundo y el mundo lo rechazó’. Y agrego «con ayuda del moderno gordito embaucador papanoelero». Hasta aquí el intercambio de ideas.
Quebrar falsas ilusiones es un acto muy loable. Hacer esfumar ilusiones harteras es algo muy sabio e incluso, dadas las condiciones, caritativo. Quitar de la mente de todos que Navidad es igual a Papá Noel, y poniendo las cosas en su sitio volver a darle al nacimiento de Cristo el lugar completo que se merece, es calibrar las mentes en la verdad de las cosas; es, dado el caso, restaurar las inteligencias.
Estoy ilusionado con ese quiebre, es una contra-ilusión; es una sana ilusión, entendida como esperanza.
En un tiempo en donde un ladrón camuflado no será metido preso, conviene al menos tener el coraje de desenmascararlo
Tomás I. González Pondal