Obispos fariseos

Los Obispos, que por institución divina son los sucesores de los Apóstoles, en virtud del Espíritu Santo que se les ha dado, son constituidos como Pastores en la Iglesia para que también ellos sean maestros de la doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros para el gobierno. Por la consagración episcopal, junto con la función de santificar, los Obispos reciben también las funciones de enseñar y regir.” (Código de Derecho Canónico. De los Obispos)

Con gran pena veía esta semana en las noticias, como una Iglesia era profanada. Primero fueron los conciertos, después las grabaciones de videos por parte de las estrellas musicales del momento, mítines políticos y ahora, homenajes a políticos ateos. El homenajeado, en esta ocasión, es un hombre que acaba de fallecer y que entre sus deseos, que en este caso quedaron en irrealizables, estaba que la fiscalía le abriera diligencias a la Conferencia Episcopal, por “condenar el uso de preservativos”. Este mismo señor, estaba casado con otro individuo y como pueden observar Vds., menos una vida de piedad y de oración, llevaba de todo, nunca mejor dicho. Pues el interfecto, ha merecido un homenaje, que no funeral, promovido por el cura madrileño de la jet set, aunque el prefiere ser conocido como “el cura de los sin techo” y todo esto, a la vista del Arzobispo de la Diócesis, que a posteriori, lo “lamenta mucho y manifiesta su dolor”. ¿No saben de quién les hablo? Sitúense en el mapa de España y póngale Vds. mismos el nombre a cada personaje, que al fin y al cabo, es lo de menos, lo importante es la profanación y lo que se ha hecho allí, que es un Sacrilegio.

Hubo tiempos en que este tipo de actos se hacían clandestinamente. De hecho en mi ciudad había pisos en los que se “celebraban” ceremonias de todo tipo, presididas por Sacerdotes que vivían al margen de la Iglesia. Pero ahora, no es necesario ocultarse, estas cosas se hacen a plena luz del día, con previo aviso, carteles, periódicos que lo publicitan: “un evento abierto a todos sus amigos, vecinos del barrio y de los movimientos gay y no gay” ¡Viva la Iglesia! y lo más importante, con el consentimiento de nuestros Obispos, qué después solucionan el enredo emitiendo comunicados en los que dicen que lamentan estos hechos, lo que tendrían que lamentar es tener a tanto inepto al frente de las Parroquias. Y me decía una amiga el otro día que no debíamos hablar de estas cosas, entonces ¿De qué debemos opinar, de si el horario de la Misa nos viene mejor a las siete en invierno, que a las ocho en verano? Centrémonos, que se están cepillando a Nuestro Señor delante de nuestras narices y pasamos de todo, nos parece bien. Jesucristo murió por nosotros en la Cruz y hoy, con nuestra indiferencia, lo volvemos a crucificar. ¡Eh! Que Dios nos pedirá cuentas a todos, desde el Papa hasta el monaguillo, pasando por el organista. A Vds. también Sres. Obispos.

“Dado que tiene obligación de defender la unidad de la Iglesia universal, el Obispo debe promover la disciplina que es común a toda la Iglesia, y por tanto exigir el cumplimiento de todas las leyes eclesiásticas. Ha de vigilar para que no se introduzcan abusos en la disciplina eclesiástica, especialmente acerca del ministerio de la palabra, la celebración de los sacramentos y sacramentales, el culto de Dios y de los Santos y la administración de los bienes” (Código de Derecho Canónico. De los Obispos Diocesanos)

¿Qué está pasando con nuestra Jerarquía Eclesiástica que consiente todo y baja la cabeza? ¿Siguen trabajando por amor a Dios, o se han convertido en mercenarios? Así es que después, nos dan conferencias para adoctrinarnos y que como borregos aleccionados digamos que todo está bien y seamos colaboradores de toda esta podredumbre que se ha filtrado en nuestras Iglesias. Como dice el refrán, “Señor, líbrame de los de dentro, que de los de fuera ya me libro yo”.

“Para la idoneidad de los candidatos al Episcopado se requiere que el interesado sea: insigne por la firmeza de su fe, buenas costumbres, piedad, celo por las almas, sabiduría, prudencia y virtudes humanas, y dotado de las demás cualidades que le hacen apto para ejercer el oficio de que se trata” (Código de Derecho Canónico. De los Obispos)

Esta semana, tomaba posesión de su cargo político, una señora que está acusada de un delito civil que es el siguiente: el asalto a la capilla Complutense en Madrid, hecho por el cual está imputada. Pues miren Vds. mientras la ley juzga esto como un delito, la Iglesia, nuestra Iglesia, lo disculpa: “Hay que poner en su lugar, también las actuaciones de las personas. Cualquier persona, si de verdad sabe quién está presente realmente en el Sagrario y en la Eucaristía, no haría esas cosas. Muchas veces hacemos muchas cosas porque no sabemos y no tenemos noticia de lo que acontece allí”. Estas palabras pertenecen al mismo Obispo español del que hablábamos más arriba…La pregunta entonces es, si Monseñor sabe lo que acontece allí, en el Sagrario, ¿Por qué permite tanta “manga ancha” y mira para otro lado mientras se dan homenajes como el que se ha visto esta semana, a ese líder político, manifiestamente ateo, en una Iglesia que pertenece a su Diócesis? La respuesta la encontramos en estas declaraciones que él mismo, hace a un medio de comunicación, ya que nuestros Obispos no tienen problema en decir todas estas aberraciones públicamente: “El 99% de los hombres y mujeres que viven en el planeta creen en algo, y que, por lo tanto esa dimensión de trascendencia religiosa hay que respetarla”, ¿Es por esto? Cómo la gente cree EN ALGO, nosotros les prestamos nuestras Iglesias para que se expresen libre y abiertamente y ese algo, llene sus mundanas almas. ¡Oiga Vd., que la Diócesis no es de su propiedad! ¿Cómo puede ser que Vds. pongan a disposición de cualquier cafre una Iglesia y después limpien su conciencia con un somero comunicado, intentando justificar lo injustificable? Si Vds. no se enteran de lo que pasa en esa Parroquia, eso, sólo tiene un nombre: negligencia. Para los que no conozcan este Templo, les hago un breve resumen. En el altar, sobre el mantel, se lee, “solo ante Dios y un niño, nos ponemos de rodillas”, en una capilla lateral, hay una mesita de café, redonda, con unas sillas, una lámpara de lectura y un cartel indicando que es zona wifi, como si estuviéramos en un bar. En el cepillo, hay un letrero que pone “deja lo que puedas, coge lo que necesites”, una propuesta muy interesante, principalmente la segunda, dado los tiempos que corren. Y para que nadie se marche con el estómago vacío, también hay una mesa en la que se sirve café, “si necesitas un café, sírvetelo, aunque no puedas pagarlo. Si puedes deja el café pagado para otra persona”, ¡por supuesto!, somos todos hermanos y eso se demuestra, principalmente, invitando a un café. Y por si uno teme aburrirse allí dentro, no hace falta entrar solo, “se admiten animales de compañía”. Pues en medio de todo este paisaje aberrante, en un lateral del Altar, instalaron un panel gigante con la foto de este señor, icono de los homosexuales y ahí se retrató el que va de cura obrero, con una rosa en la mano, acercándola a la cara del finado. ¡Deprimente! ¡Aberrante!

Me pregunto si mientras leen esto, se están riendo o llorando…creo que lo segundo es lo mandado y lo indicado para un Católico, si es que de verdad amamos al Señor. Esto, es para morirse de pena, es para dejarse caer en el Sagrario en los brazos de Dios y quedarnos allí llorando y reparando hasta el fin de nuestros días. No puede ser que pasen estas cosas. Y no me digan que no se enteran, no, porque todo esto sucede a bombo y platillo y a la vista de todo el mundo, abran la página Web de esta Parroquia y pueden ver todo lo que les acabo de describir. Miren Vds., esta Semana Santa, en una Iglesia de mi Diócesis, de las más concurridas en afluencia de gente, ponían una mesa en el medio del pasillo central y allí, durante la Santa Misa, hicieron una vulgar representación de lo que ellos suponen fue la última cena. Todo esto se hizo en un Templo lleno de gente, en una Iglesia céntrica y como quién cuelga un trofeo de caza, las fotos fueron expuestas en las redes sociales… ¡Qué desvergüenza! Y nadie les dice nada…Y para tener la Santa Misa por el Rito Extraordinario hay que solicitarlo al Obispo, aunque digan que no…, hay que pedirlo, hay que mendigarlo y demostrar que hay un mínimo de personas que están interesadas y si Monseñor tiene a bien concederlo, te dan una Iglesia en el punto más alejado de la ciudad o del extrarradio, donde no puedan acudir ni los que tienen interés, porque así nos la cepillamos en un abrir y cerrar de ojos, alegando que no va nadie, ¿Vds. a quién quieren engañar o a quién quieren contentar? ¿Es esta la Iglesia primaveral de la que nos hablan todos los días? A mi me cae la cara de vergüenza de que Vds. sean nuestros Pastores, porque no veo representado en casi ninguna de sus caras al Buen Pastor, al que da la vida por sus ovejas, al contrario, a muchos de Vds. les veo al servicio de los mercenarios que quieren cargarse a nuestro Buen Dios. Mientras nuestros políticos se ríen de todos los Católicos, reniegan públicamente de la Iglesia y se niegan a enviar una representación oficial, como ha pasado estos días en las Procesiones del Corpus, nuestros Jerarcas, quitan hasta un comunicado para darle la bienvenida a los nuevos mandatarios. ¿A dónde vamos a parar? ¿Qué podemos esperar, de unos Pastores que se desmelenan a la mínima y no tienen inconveniente en ponerse una camiseta de un equipo de fútbol y salir de esa manera tan ridícula en las redes sociales, como se ha visto hace poco? ¿Qué debemos esperar cuando no tienen inconveniente en dar palmadas, saltos y ponerse a cantar, incluso alguno, guitarra en mano? ¿Dónde está la gravedad Sacerdotal que se les presupone? En ningún sitio, Mundanidad total y absoluta.

Recuerdo con que cariño mi madre nos inculcaba el amor al Santo Padre y a los Obispos. Cada vez que el Prelado venía a celebrar alguna Misa, nos ponía nuestras mejores prendas y nos recordaba en casa como teníamos que dirigirnos a ellos y besarles el anillo. Nada de intentar conversación, “no digáis ninguna tontería” sonreír y poco más. Eran tiempos en los que los Obispos representaban a la Iglesia con dignidad, con la misma que hoy vemos, por ejemplo, en el Cardenal Burke, un hombre valiente y fiel a la Santa Madre Iglesia, qué no se anda por las ramas a la hora de expresarse, un referente para todos los Católicos que vivimos o queremos vivir acordes al Magisterio.

“Sabemos que las puertas del Infierno no prevalecerán, pero mientras tanto nuestro camino es el Vía Crucis, el de la Cruz. Y si tenemos que padecer por aquello en que creemos, por lo que sabemos que es verdad, podemos abrazar el sufrimiento sabiendo que al final quien triunfe será Cristo. Será Él quien finalmente venza a todas las fuerzas del mal en el mundo y nos regenerará a nosotros y al mundo restituyéndolo al Padre.” (Cardenal Burke)

El otro día me comentaba un amigo, que en su Diócesis, un Obispo, les dio una charla sobre el matrimonio y les habló de un familiar suyo que convivía con su novia y que ahora se iba a casar por la Iglesia, “lo dijo todo con absoluta normalidad, sin traumas de ningún tipo”, palabras textuales de mi amigo. Me pareció correcta la expresión, al fin y al cabo, trauma, es de suponer que no hay ninguno, al contrario, la gente parece feliz de vivir instalada en el pecado, pero se supone que, también sin traumas, le explicaría Monseñor a su pariente, que eso es pecado mortal, para que se confesasen y se arrepintiesen, ya que en la conferencia se olvidó de mencionar este dato tan importante, aunque es normal, quizás los asistentes sí que podrían traumatizarse si escuchasen a un Obispo hablar rectamente de los Sacramentos ¿Verdad? Es una pena que no aprovechen estos momentos para formar bien al pueblo, en vez de deformar, que es lo que hacen Vds. tantas veces. ¿Por qué no hablan de la Doctrina de la Iglesia, en vez de buscar discursos amables que contenten a un público mundano? No lo digo yo, lo dijo San Pablo, “Oportet ergo episcopum irreprehensibilem esse”

“El Obispo diocesano, consciente de que está obligado a dar ejemplo de santidad con su caridad, humildad y sencillez de vida, debe procurar con todas sus fuerzas promover la santidad de los fieles, según la vocación propia de cada uno; y, por ser el dispensador principal de los misterios de Dios, ha de cuidar incesantemente de que los fieles que le están encomendados crezcan en la gracia por la celebración de los sacramentos, y conozcan y vivan el misterio pascual” (Código de Derecho Canónico. De los Obispos Diocesanos)

Sonia Vázquez

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