El 28 de Noviembre de 1982 el Papa Juan Pablo II, en breve canonizado, erigió al Opus Dei en Prelatura Personal de ámbito Universal. En este 31 aniversario del que es un acontecimiento eclesial de primer orden (ya que es el único caso canónico de prelatura personal), nos acercamos a la figura de su fundador San Josemaría Escrivá para conocer mejor su mensaje donde se contiene, en frase del Papa Pablo VI: «la perenne juventud de la Iglesia»
Josemaría Escrivá vivió entre los años 1902 y 1975. Nacido en Barbastro (Huesca), es el santo español que fundó el Opus Dei, cuyo mensaje fundamental es la llamada de Dios a la santidad para todos los bautizados. El Papa Juan Pablo II, ya beatificado, le llamaba el «santo de la vida corriente», ya que su mensaje rompía del todo con la concepción anticuada de que la santidad es solo un llamado para los sacerdotes o personas de vida consagrada (monjas, monjes, misioneros….). San Josemaría viene a ser por tanto precursor del Concilio Vaticano II, y su fundación (el Opus Dei) es la que quizás ha recogido mejor el mensaje de dicho Concilio.
El pensamiento de este santo es asequible para todo bautizado, de manera especial para el laicado:
– Filiación Divina: saber y asumir el ser hijos de Dios, donde radica la dignidad humana
– La libertad de los hijos de Dios: sólo desde la libertad personal se puede aceptar la llamada de Dios, o rechazarla
– Santificación del trabajo: viviendo como fiel cristiano en la vida corriente (familia, trabajo, vida social…) sin necesidad de hacer cosas extraordinarias
– Unidad de Vida: ser cristiano en todas las facetas de la vida, no solo en algunas
– Oración: integrada en la vida no como un rito externo sino como el efecto es saberse amado y amar a Cristo
El mensaje y vida de San Josemaría suponen de hecho una ruptura con el clericalismo, pues desde la toma de conciencia de la vocación a la santidad recibida en el bautismo, el horizonte final (vivir siempre en el Amor de Dios) es el mismo para un consagrado que para un laico. Y teniendo en cuenta que el laicado supone la inmensa mayoría del pueblo de Dios, este mensaje dignifica profundamente el matrimonio, la familia, el trabajo bien hecho, y toda actividad humana social, cultural o política que se haga con fidelidad al Evangelio. Este pensamiento, desarrollado en documentos del magisterio católico durante el siglo XX, supone igualmente un impulso a la vocación sacerdotal desde la coherencia e identidad necesaria para que se viva con fidelidad a Cristo, desechando tanto la tentación secularista (convertir al cura en un medio-laico o agente social) como la clericalista (hacer que el cura invada las áreas propias del laicado).
Destaca de San Josemaría su profunda devoción a la Virgen María, y su gran amor a la Iglesia.
Siete años después de su muerte el Opus Dei fue erigido como Prelatura Personal de ámbito universal, caso único en la historia de la Iglesia.
La controversia habida en torno a su persona normalmente es alentada o bien desde ámbitos secularizados o
clericalistas, en ambos casos alejados del Espíritu y letra del Vaticano II.
Damos gracias a Dios en este día 28 de noviembre, por la gran bendición que supone para la Iglesia y para el mundo la existencia de la familia del Opus Dei.